martes, 28 de octubre de 2014

WHIPLASH, y lo que ningún amante del jazz se puede perder

Este año hemos visto buenas apuestas donde se trata de unir una buena historia a una buena música. Jersey Boys es un buen ejemplo, pero acá el joven Damian Chazelle nos da un golpe a la cara y nos presenta una película apasionante y divertida, donde la severidad de la instrucción musical y el combate interno entre lo que soy y lo que quiero ser, rara vez se vincularon tan bien.

Andrew Neiman es un joven baterista de jazz absolutamente enfocado en alcanzar la cima. Terence Fletcher es su instructor, reconocido tanto por su talento como por sus aterradores métodos de enseñanza. La pasión de Andrew por alcanzar la perfección rápidamente se convierte en obsesión, la que es alimentada maliciosamente por su profesor….
Cualquiera que haya tenido un profesor manipulador o que se mete con la vida de los estudiantes, sin duda, tendrá recuerdos con este amargo retrato donde la narrativa está estructurada desde el punto de vista del joven.

El profesor está interpretado por JK Simmons, quien logra una magnífica interpretación, llena de intensidad, dureza….. todo ello mostrado en constantes intimidaciones, insultos y abuso a  su puesto de trabajo en el Conservatorio de Música de Shaffer, que es el número 1 en el país. Simmons es un actor muy experimentado que siempre lo ha hecho muy bien, desde el divertido director del Daily News en “Spider-Man” hasta el padre apoyador y complaciente de “Juno”, se apodera del personaje sin miramientos: "¿Es usted una de esas personas de una sola lágrima?", frase aterradora, que no sólo le da fuerza al guion sino que coloca al personaje en el standard que el director quiere mostrar de este instructor. Esta actuación de Simmons está perfectamente para un Óscar y desde ya lo candidateamos. Miles Teller lo iguala en ocasiones, pero con la diferencia que su personaje evoluciona a medida que la música lo va haciendo. Teller es un músico muy aficionado, de hecho, al ver el making off de la película, él mismo relata cómo se le hizo muy fácil entregarse a cada escena pues la música es parte de su vida, y tocó de manera real en casi todas sus escenas, logrando transmitir sensaciones que un actor que sólo practicó para esa película no habría logrado transmitir. Parte algo tímido, pero luego repunta como lo hace su propio personaje.


La música es actriz principal en esta película; si hablamos sobre la evolución de un gran jazzista no pueden faltar temas intensos que nos acompañen durante el desarrollo artístico de Andrew Neiman. Intensidad acompañada de imágenes duras, de manos ensangrentadas que sólo buscan mostrar el máximo esfuerzo por lograr tocar en el tiempo adecuado. Especial atención a los temas de jazz de los concursos de música y de los bares con música en directo, un deleite.

Hay un par de fallas en el guion pues hay que reconocer que ya hemos visto esta historia del maestro cruel que exige a su alumno soñador; hay una relación sentimental que se pierde en la historia y que termina ofreciendo su protagonismo absoluto a esta pareja profesor-alumno. Pero son detalles que olvidaremos gracias a la fuerza interpretativa de 2 actores y por esa escena final inolvidable, hecha sólo con arte.


Reventó el Festival de Sundance ganando a Mejor película y Premio del público; se acaba de presentar en Sanfic como la típica película independiente que puede arrebatarle el protagonismo a las superproducciones hollywoodenses. Y ojalá así sea.


domingo, 26 de octubre de 2014

PERDIDA: EL KNOCK OUT DE FINCHER

Causa la misma sensación que esos libros que descubres de tarde en tarde. A la quinta página estás totalmente atrapado por la historia, por las sensaciones, los personajes, el entrecruce de detalles y las ganas de seguir y seguir devorando ese texto hasta el final.

Con “Perdida” pasa exactamente igual. A los 15 minutos la velocidad psicológica de este thriller te tiene atrapado en una maraña de tensión que no va a soltarte. Es realmente una adaptación demoledora la que hace David Fincher de la obra de Gillian Flynn.



Prometo no contar ningún detalle de la trama, aunque el tráiler ya devela bastante, pero sólo les voy a comentar que no se dejen llevar por nada que lean ni que les cuenten. La idea es que vayan a disfrutar de esta cinta que, junto a Relatos Salvajes y Hotel Budapest, debe ser lo mejor que hemos visto este año en las salas.
Lo mejor de “Perdida” es la perfecta combinación de melodrama sentimental con suspenso, intriga y humor negro, todo apoyado totalmente en el libro en el que está basado. El texto madre sirve como plataforma ideal porque los personajes no son manipulados, se ajustan muy bien a los del libro, pero la magia de Fincher es liberar el ritmo, hacer de la película un viaje a mil por hora en 150 minutos; también es maestro cuando mezcla géneros, ya lo comentamos más arriba, y nos muestra distintos planos y dimensiones. De la trama en general me encanta cómo pone en el tapete la labor actual del periodismo, invadido de redes sociales en donde al parecer el que tira antes la información se superpone sobre el resto, y también es genial cómo la palabra “manipulación” política, y mediática también, es la reina de estos tiempos hiper conectados, en donde enjuiciamos escondidos en un nickname y donde la televisión y las noticias hacen un show diario de la vida y los dramas de gente real.

En esta película le doy una vuelta a mi apreciación actoral sobre Ben Affleck. Jamás me ha parecido de lo mejorcito que hay en Hollywood, es más, creo que en “Argo” demostró más dominio detrás de cámara que delante de ella, pero en esta película, y de la mano de Fincher, da un paso adelante. Combina sutileza con sobriedad alcanzando un nivel que sin duda lo postulará a la temporada de premios, porque hacía rato que no lo veíamos tan arriba, quizás hasta debiera meditar si está bien tomada la decisión de vestirse de Batman luego de esto.


Rosamund Pike soberbia, una actriz sin excesos en lo gestual, inteligente, rotunda. Y qué decir de Neil Patrick Harris, un actor que acá, aunque es secundario, se pone al frente en varias escenas siendo totalmente encantador. El tipo ya ganó un Tony este año y en "Perdida" da muestras que es mucho más que un comediante.

Melodrama perfecto, fascinante. La adaptación es impactante. Un thriller tenso totalmente excepcional. Con su paso maravilloso por la serie House of Cards y con esta película, más todo su glorioso “pasado”, David Fincher, creo, se pone delante de varios cineastas en cuanto a astucia, calidad del relato y calidad del vértigo de la acción. Aquí hay un crecimiento a nivel de dirección y sólo puedo decir que David FIncher ha dado el golpe de knock out del 2014.


Vayan a verla y juzguen ustedes mismos el por qué.

miércoles, 15 de octubre de 2014

MASTER OF SEX y el drama de no saber qué se cuenta

Fue exquisita la primera temporada de Masters of Sex .La serie que se planteó la idea de mostrar cómo avanzó la medicina en los estudios sobre el orgasmo femenino, de la mano de los doctores Bill Masters y Virginia Johnsonn, tenía una dura prueba que superar con su segunda temporada, pues fueron muchos los flancos que quedaron abiertos.
Esta segunda temporada está a punto de finalizar pero debo decir, con mucha lástima, que ha sido muy irregular en lo narrativo, y esto desde el primer episodio, en el que se nos mostró qué había ocurrido tras esa última escena bajo la lluvia.
Partamos diciendo que había 2 historias potentes que no se siguieron profundizando: los problemas de Barton para asimilar su condición sexual y la hermosa amistad que surgió entre Virgina Johnson y la doctora DePaul. Y lo lamentamos porque esta temporada centró su desarrollo en el poder de las heridas psicológicas y cómo éstas condicionan nuestras vidas y relaciones. Casi ningún personaje se salvó de esto, y hubiera calzado perfecto con las situaciones mencionadas; pero el guion decidió descargar este torrente doloroso en el Dr. Masters, pues es quien más sufre esta temporada al estar completamente atrapado en la incomunicación, la deshonestidad, el rencor….con estos sentimientos se enfrentó a su mujer, su hermano y su colega.

Aunque las tramas se mostraron interesantes fueron flaqueando y dando paso, en momentos, a una mini teleserie venezolana, con lagrimillas fáciles, con discursos morales falseados que no dieron la talla. Quizás esta sensación es así porque la primera temporada se mostró muy fresca, muy cuidada, a pesar de que faltaba como matriz un guion más de autor.
Esto no quiere decir que no hayamos visto capítulos brillantes, como el n°3 titulado “Fight”. Acá el guion se lució con un perfecto enlace de ideas entre el combate de boxeo retransmitido por televisión y el combate dialéctico que Bill y Virginia mantienen en la habitación de hotel. Fue tan bien logrado que podría, este episodio, recibir una nominación a los premios de la televisión norteamericana por el desarrollo y fuerza que le dieron sus protagonistas a la idea de la pugna a todo nivel, personal y profesional.
También destaco el capítulo  “Asterion”, un ejemplo de buen montaje, una joya, pero que como punto de inflexión hacia la mitad de la segunda temporada se fue diluyendo.
Me sorprendió la instrascendencia de algunas sub tramas, como la del doctor Langham y su nueva jefa abusando sexualmente de él….divertida pero sin peso para la historia central, provocando el descarrilamiento del guión.

Esto pasa cuándo no sabes qué es lo que estás contando; hay capítulos donde sólo se habla de infidelidades, y en otras se vuelve grande y pretende ser un espejo de todos los problemas de la sociedad, desde las disfunciones sexuales hasta la segregación racial. Abarcar demasiado fue el error?
Ahora, luego de 2 temporadas (faltan un par de episodios para concluir la segunda) ya está claro que el alma de la serie es Lizzy Caplan. Sensual como ella sola, elegante, luchadora…. la actriz se come la pantalla y eclipsa al resto del reparto; poco podría perdurar la serie si ella saliera o perdiera el protagonismo eficiente que ha mantenido y trabajado.

Las series se consolidan en las segundas temporadas, pero ¿habrá sido mucha la presión?. Masters of Sex no ha estado a la altura. Sólo nos queda esperar que el año que viene vuelva a levantar cabeza, quizás, de la mano de una brecha en la relación Johnson-Masters y que pudiera surgir del probable fracaso del programa televisivo que les propusieron, donde claramente el doctor va a interponer su interés de crecimiento profesional a la relación con su colega. O quizás bastaría que el guion se basara en el castigo que sufrían las mujeres de la época que no se contentaban solamente con ser madres y esposas, y Virginia sería perfecta en llevar esa bandera en la siguiente temporada. Historias hay, claridad para encausarlas….no sabemos.

martes, 14 de octubre de 2014

Bienvenidos al circo del horror!!

Más que una serie “loca” o “volada”, lo que veo en “American Horror Story” es una propuesta, algo de lo que escasea hoy en día el mundo del cine y la televisión, lleno de superhéroes del pasado y remakes de historias ya vistas.

En esta 4ta temporada, la serie ha regresado con un nuevo nombre: "Freak Show". La historia se desarrolla en el  pueblo de Jupiter, Florida, y el primer capítulo se tituló "Monsters Among Us”:
Si bien sólo vimos el estreno hay algo que va quedando claro como eje de la serie: la especial relación entre las madres. Mientras en "Murder House", Constance Langdon no había sido una madre ejemplar, Nora Montgomery quería un niño que cuidar. En "Asylum", Lana Winters daba en adopción a un hijo nacido fruto de una violación y, años más tarde, éste trataría de acabar con la vida de su progenitora. El año pasado, en "Coven", hubo una pugna por el mandato de la escuela de brujas entre Fiona y Cordelia siendo uno de los puntos centrales; además, observamos la rara relación entre un Kyle revivido y su madre; la posesiva Joan, que controlaba a su hijo Luke a su antojo. Y aunque sólo llevamos un capítulo, ya hemos visto una relación extraña entre madres e hijos pero no nos engañemos, la auténtica madre de este año será Elsa Mars.


De entrada ver a Sarah Paulson con dos cabezas fue lanzarse de lleno a la piscina, fue tirar a la parrilla talento y creatividad. Mientras Dot es más desconfiada, Bette es más impulsiva, incapaz de morderse la lengua. Aunque Bette fue la que agredió a su madre, Eudora, y la mató. Tras lo sucedido, debido a sus propios remordimientos, Dot decidió clavarle a su hermana unas tijeras. Durante su estancia en el hospital, conocen a Elsa Mars, la dueña de un circo que termina reclutándolas. Con dos personalidades dentro de una misma gran actriz, esta mujer de dos cabezas nos debiera regalar grandes momentos.

Y claro que hay que detenerse en el personaje de Jessica Lange; al parecer en esta temporada dejará fuera su rol de diva para mostrarnos a una mujer llena de sueños rotos y que también tiene una deformación física que no quiere aceptar; intentó vivir el sueño americano pero no consiguió nada en el espectáculo. Con tal de atraer al público, para que la vean a ella, tiene montado un circo de horrores donde tienen cabida una mujer barbuda, la mujer más pequeña del mundo y demás personas con malformaciones. Pero la gente no acude al circo, es como si todos temieran de mirar que existe este tipo de seres en la sociedad, que es más fácil y menos molesto ignorarlos.



Una de las buenas apuestas de esta temporada es el payaso, el que parece salido de "Balada triste de trompeta". Tiene una apariencia terrorífica, trayendo al presente los malos recuerdos que todos tuvimos cuando niños acerca de estos hombres destinados a hacer reir con piruetas y tropezones preparados. Aunque lo terrorífico del payaso no es su apariencia –bastante fea-, sino su comportamiento muy bipolar. De partida no habla, sólo se limita a hacer gestos, reír y gritar, para temor de los pequeños que tiene secuestrados en una vieja van donde, aparentemente, vive. Pero el crimen no es lo único con lo que disfruta, también le gusta observar al grupo de freaks, los sigue, los observa, dando pistas que en algún momento pudiera entrar en escena.
La idea de crear este circo de horror fue de la propia Jessica Lange, quien ha estado siempre muy comprometida con la serie y en cada temporada ha dejado su estampa en cada personaje.

Pero hubo una parte realmente emocionante, sobre todos a quienes nos gusta la música; fue cuando Elsa interpreta el tema de David Bowie "Life on Mars?" (les perdonamos que la canción es de 1971 y la serie está ambientada en los 50), y que sirvió para mostrarnos que a ella le cuesta mucho aceptar que es una fracasada. Demás está decir que ya tiene miles de vistas en Youtube. Lo único que le pido a los guionistas es que no veamos a cada personaje poniéndose a cantar porque no es un musical lo que queremos ver, ni tampoco queremos que la serie saque un disco (tipo 'Nashville'). Por las escenas que se han adelantado de los próximos episodios, todo apunta a que la siguiente en cantar será Sarah Paulson, y que veremos a Angela Bassett en el piano. Y sabemos que nos queda por oír a Jessica interpretando un tema de Lana Del Rey.



Si la hubieran titulado 'El Musical' quizás no habría logrado la sintonía más alta de todas las temporadas, porque lo importante es que la serie sigue apostando a lo original,  a la línea narrativa dispersa, al diseño de vestuario genial, a la fotografía imponente y a las actuaciones sorprendentes de este grupo, ahora, transformado en un freak show.

jueves, 9 de octubre de 2014

La encrucijada de Ray Donovan

Para su segunda temporada, recientemente finalizada, la producción se aperó con todo. Los resultados de la primera sesión de Ray Donovan la convirtieron en una de las series revelación, que podía seguir creciendo en más truculencia y decadencia social por tener un leve parecido a Los Soprano, pero que a la larga fue encontrando su propia estela. Con un ritmo constante, repleta de claroscuros sobre la moral y la ética, donde el fin siempre justifica los medios, Ray Donovan se adentra en el juego la vida, en la psicología de un país donde el dinero y el éxito son dioses paganos. 

Ambientada en Los Angeles, Ray Donovan (Liev Schreiber) es un “arregla asuntos”, un hombre que para todo problema que tengan sus clientes tiene a la persona indicada o conoce la forma de solución. Siempre pegado al celular su vida transcurre entre multitud de problemas con la policía y su familia, la que entró, en esta segunda parte, a darle problemas. No solamente su esposa miró para el lado y sus hijos, enfrentados a la adolescencia, se encontraron de frente con el sexo y las drogas, sino que tuvo que lidiar con su drama más pesado, el que lo atraviesa hasta la médula: su padre, interpretado por un espectacular Jon Voight, en el papel de un malandrín recién salido de la cárcel.



Ray mata, chantajea, teje ardides según le pidan. Pero esta temporada le planteó dobleces morales que un hombre de su calaña generalmente no se cuestiona; esta es una evolución del guion pues presentó matices que pueden hacer crecer la historia. Su imagen paternal quedó muy clara por la constante preocupación por sus hijos y por sus medios hermanos, tratando de hacer lo posible por ayudarlos y guiarlos.

La serie toma características del Señor Lobo de Pulp Fiction y del mismo Tony Soprano cuando nos muestra los cuestionamientos a un estilo de vida que le da comodidad y lujos, pero que lo desestabiliza internamente. Al hombre que viste trajes caros, al que maneja un auto de lujo, al que tiene una colección de relojes pero cuyo semblante, siempre sombrío, sale a la luz mostrando la cruz que lleva dentro y que, en gran parte, es culpa del padre que reaparece en su vida como la ortiga.
Si bien hacia el final de la temporada el personaje de Jon Voight adquirió un total protagonismo (no le podrían dar de nuevo el Emmy como actor “secundario”) y se transformó en pieza clave para una tercera temporada, y los líos de falda de Ray distrajeron un poco la atención de lo que había sido medular el primer año, igualmente la historia fluyó con facilidad, no existiendo personajes de relleno ni circunstancias que no aportaran al drama. El silencio fue una de las grandes virtudes narrativas de la temporada. Los guionistas no suelen apreciar el valor del silencio, no le dan valor al ruido del mar o a la luminosidad del sol en una escena. En Ray Donovan el silencio del chico duro fue vital, nos habló de él, de lo que siente, mostrando las ganas de encontrarse realmente a si mismo sin sentirse en el fracaso. 

Grandes fueron las incorporaciones al elenco de James Cochran, el agente del FBI, interpretado por el ganador de 4 Emmys Hank Azaria, y la periodista ganadora del Pulitzer, interpretada por Vinessa Shaw. Ambos lo pusieron contra la pared, y aunque uno tuvo que desaparecer y porque el otro está involucrado en ello, es que se abre otro flanco lleno de dolor para Ray, de cara a la tercera temporada, donde el guion deberá resolver si seguir mostrando la encrucijada por arreglar su pasado porque tropieza totalmente con su presente. ¿Cuál será la línea narrativa más apropiada para afianzar la serie?, ¿cuál es la mejor línea narrativa que el personaje merece y que el público quiere seguir viendo?. Esa es la encrucijada.



miércoles, 8 de octubre de 2014

The Good Wife, la esposa que no le teme a internet

Cuando un político se para en un estrado y reconoce públicamente una infidelidad, con su esposa sentada en primera fila, es imposible no sentir pena, lástima o por último preguntarse qué pasará por la mente de esa mujer, en el momento en que su marido sólo está pensando en salvar su capital político.

Esta pregunta fue la que Michelle y Robert King quisieron responder creando a Alicia Florrick; el matrimonio de guionistas la planteó como una mujer sumisa, más bien callada, sometida quizás a la sombra de un marido fuerte. pero claramente ella es otra mujer en esta temporada de The Good Wife, serie que no se cansa de crecer, de explorar nuevas alternativas, de seguir proponiendo, sin temor, ante la arremetida de canales de internet que vienen recargados de novedades.

El Emmy que acaba de ganar Juliana Marguiles confirma lo anterior. Alicia Florrick ha evolucionado y comprende mejor su rol, no es para nada una santa.Desde la tercera temporada que viene mejorando su aspecto físico, vistiéndose con trajes caros, que la hacen ver elegante, no tan imponente aún, pero más llamativa que la simplona de las primeras dos sesiones. Ahora ella llevará el bastión, separada de su esposa y pensando en una posible carrera política ¡por el puesto de su ex!.

Así The Good Wife nos atrapa. Sin temor a mostrar la verdadera esencia de sus personajes, sin negarse a mostrar el egoísmo y la competencia del mundo de los tribunales. pero ahora, la arista web está siendo trabajada por la serie y nos plantea como las redes sociales son totalmente inmanejables, y que actualmente tienen una incidencia muy alta en toda carrera electoral o política, sino pregunten al pobre Eli Gold.

Alicia está enterada de lo que ocurre en twitter, sabe darle seguimiento a lo que se está diciendo o comentando en la web, y ha comprendido cómo el buen manejo de esta información puede echar por tierra mucho trabajo en construcción de imagen. también sabe cómo su marido puede cambiar de opinión a la hora de votar algún oficio según el nivel de popularidad que esto pudiera darle.

Alicia no le tema a la web, y tampoco le teme a Netflix y a todos los competidores que le hacen pelea a la buena esposa. Alicia debe ser el personaje femenino más completo de todas las series que estamos viendo hoy (y que son muchas); hasta ahora ninguna otra tiene su estampa, su seguridad, su versatilidad. Y mientras eso siga la serie seguirá volando alto pues ella llevará la batuta si es que ahora debe pensar en si se postula a gobernadora.