martes, 30 de agosto de 2016

THE NIGHT OF: No hay peor sentencia que la injusticia

No era una propuesta especialmente innovadora: una mini-serie basada en otra británica (“Criminal Justice”), que versa sobre un asesinato con sospechoso que mezclaría, en el guion, los temas raciales y el odio cultural. Pero con el correr de los capítulos, “The Night Of” adquirió personalidad, dando a cada escena un espacio máximo para respirar. Nunca el lema de una serie tuvo tanto significado.


Cuando te acabas una buena serie, como “American Crime” o el batatazo de Ryan Murphy con su retrato del caso OJ Simpson, te preguntas ¿Con qué sigo ahora?, ¿Dónde está el reemplazo?. Y es aquí don aparece “The Night Of”, una serie sin tanta difusión ni marketing como otras de HBO, pero que tenía un buen paraguas como pilar del proyecto: una adaptación brit (siempre es bueno) del escritor Richard Price (“Clockers”) y del director Steven Zaillian. Ambos creadores cavaron en el meollo de la ley y de saber cómo convertir el realismo social en un gran entretenimiento.
“The Night Of” fue otra serie policial, pero no del estilo de tantas. Se alejó por completo de la estructura que la mayoría de los dramas policiales adopta….aquella cuyos episodios se caracterizan por ser independientes entre sí. Y otro detalle que la distinguió fue que no se ocupó tanto de la resolución del crimen, sino que prefirió escarbar a fondo en  el “behind the scenes” del sistema judicial y carcelario.

Otros puntos altos fueron:

ACTORES
Fueron un gran acierto. Un magnético Riz Ahmed interpretó a Nasir Khan, un paquistaní-estadounidense que maneja un taxi cuando conoce a una mujer muy atractiva. La curiosidad, la simpatía, o algo más oscuro le impulsa a ver hasta dónde puede llegar esa la noche; la curiosidad termina con su  “amiga” muerta de 22 puñaladas. Es culpable? 
Riz Ahmed es la figura central del drama, pero a medida que transcurren los capítulos va tambaleándose entre una estrella y un espíritu al borde de la saturación. Jugó, de manera maestra, a ser protagonista y antagonista. Al final, decidió mirar de frente y sin temor a toda la infraestructura institucional, mientras el guion desenmascaraba cada falencia del sistema. Ahmed pone en primer plano la vulnerabilidad de Naz, pero muestra otros lados de su carácter. Es su rendimiento, junto con el trabajo formidable de Michael K. Williams, el que dio mucho peso al guion en el espacio carcelario.
Igualmente impresionante fue Bill Camp, como el detective que tomó el caso. Camp también desarrolla un papel duro pero teñido de una angustia casi psíquica. La mayoría de las personas que pasan por su sala de interrogatorios son culpables y merecen el infierno. Todo se le fue devolviendo a la cara y ser testigos de ese proceso y de su cambio de mentalidad fue interesante…hasta el episodio final donde, una simple foto le devuelve (quizás) ese aire que nunca pierden los verdaderos detectives que buscan la verdad y salen de la zona de confort de un sistema endeble.
John Turturro interpreta uno de los personajes mejor desarrollados de los vistos este año. Su performance como el extravagante y carismático abogado John Stone es sencillamente espectacular. Brilla en cada escena (especialmente en el capítulo final). Con un aire a Saul Goodman, se dedica a defender a los marginales de la ciudad: prostitutas, traficantes, lanzas etc; motivo por el cual es objeto de burla entre sus colegas. Sin embargo, la noche en que conoce a Naz, algo se revela en su interior. La escena, en el episodio dos, donde negocia sus honorarios con los padres de Naz es tan potente que hasta induce al llanto; en ese momento creía que el caso tenía más perfil de los que acostumbraba y eso mejoraría el cómo otros lo veían en lo profesional, pero luego descubre que este caso puede ser su as bajo la manga para desenmascarar al sistema y hacer una verdadera justicia. Este personaje era para James Galdofini, pero Turturro se apropió de él hasta la médula.


GUION
Escalofriante, entretenido, desafiante. Price y Zaillian se aseguraron de que los espectadores fueran descubriendo la odisea de Naz. Cada testigo potencial manejaba muchos detalles y cada uno podía ir en contra de Naz; había que probar, había que ir apretando la soga hasta que el guion te dejara sin aliento. Cada vez que un detective o un abogado hurgaba la escena del crimen, cada vez que veíamos parte de un interrogatorio, cada vez que el ojo y la cámara se detenían en datos y detalles entrabamos a otro clímax que podía ser negativo para Naz.
Los grandes temas fueron parte activa del guion: la raza es un factor predominante; Naz escucha insultos entre dientes dirigidos hacia él desde los testigos hasta los propios policías. La policía se muestra como una organización con exceso de trabajo y mal estructurada. Se rompe la cadena de custodia de las evidencias y se notan las fallas en la comunicación. La presentación de Zaillian es extremadamente detallada, con un lenguaje preciso, relajado y auténtico. 



PRECISA ADAPTACIÓN
Habiendo visto “Criminal Justice”, la serie inglesa en la que está basada, me atrevo a decir que “The Night Of” es un buen ejemplo de cómo debe llevarse a cabo una adaptación. El trabajo que hicieron Price y Zaillian es fabuloso. Si bien se mantiene fiel a la estructura, “The Night Of” construye su propia identidad, se apropia de lo que la serie original quiere decir pero lo dice a su manera. Adoptó un tono distinto y se tomó la libertad de profundizar en situaciones y personajes poco explorados en la versión original. La forma en que se fueron construyendo las coincidencias, para hacer tambalear al sistema, también fue obra de mucha observación a la versión original.


BUEN NIVEL TÉCNICO
Como ya nos tiene acostumbrados HBO, hubo muchos aciertos en el apartado técnico. La dirección es majestuosa, con una potencia visual tremenda. Los planos, la fotografía, los cortes, el sonido, la música, todo está ensamblado de manera sumamente bella pero, al mismo tiempo, muy cruda.



Fue una serie muy cuidada en todos sus niveles. Este era el gran proyecto de James Gandolfini. Esa atención quedó manifiesta en cada episodio, en cada detalle antes explicitado, lo que convierten a “The Night Of” en otro punto a favor para HBO este 2016, de hecho, el episodio 1 debería estar en los Emmy, postulando al premio al Mejor Episodio. “The Night Of” fue un viaje potente a lo profundo de un ineficiente sistema judicial, al que poco le importan las personas y, menos aún, la verdad. Si bien hubo algunos que esperaban saber quién fue el asesino, eso no resultó relevante ante la brillantez de sus ocho episodios, los que nos escupían a la cara eso de que “No hay peor sentencia que la injusticia”.

miércoles, 24 de agosto de 2016

BBC CULTURE y su listado de las 100 Mejores Películas del siglo XXI: un check al top ten

Aunque sólo llevamos 16 años de siglo XXI, la BBC ya hizo un análisis  para saber cuáles son las mejores cintas producidas a partir del año 2000, y para ello pidió la opinión a 177 críticos de 36 países. Desde este humilde espacio, damos un rápido vistazo a las 10 primeras de la lista y cuál es nuestra opinión al respecto.


10. No Country for Old Men (Joel and Ethan Coen, 2007)
Gran película. Marca “Coen” por donde se le mire. A Bardem le toca un personaje difícil pero él logró convertirlo en algo especial…lejano y cercano, repugnante y atractivo  En términos cinematográficos de cómo contar una historia, esta película es de estudio para los aprendices, porque no hay un solo momento en que la trama se sienta falsa y en el que los silencios no sean tan bien utilizados. Concuerdo con el top 10.




9. A Separation (Asghar Farhadi, 2011)
Los imprevisibles giros argumentales, la atmósfera de amenaza y el humanismo de Farhadi convierten esta película en una obra absorbente; pero es su forma de plantear las preguntas fundamentales lo que la confirma como una obra maestra y maravillosa. Concuerdo con su ubicación en el listado.




8. Yi Yi: A One and a Two (Edward Yang, 2000)
Una comedia dramática, de 3 horas de duración, que obtuvo excelentes críticas. Es más, muchos la describieron como la mejor película del año 2000 y ganó muchísimos premios. Muy recomendable pero no sé si es para un top 10.



7. The Tree of Life (Terrence Malick, 2011)
El trabajo más desafiante de Malick. Meticuloso y visionario, sabe dónde poner la cámara. Una gran reflexión sobre el amor y la pérdida. Lo más descollante del film es su asombrosa fotografía, la que ayuda muchísimo al director a enriquecer el lenguaje artístico. Bien ubicada.



6. Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004)
Qué gran noticia que esté tan arriba en el ranking!. Esta película es una tremenda meditación  sobre el amor y las relaciones. El casting conjugó, de manera maestra, a un grupo de talentos salvajemente dispares, pero que encajaron maravillosamente. La película perfecta sobre las inevitables imperfecciones del amor.



5. Boyhood (Richard Linklater, 2014)
Una epopeya sobre lo común, sobre los momentos simples que construyen una vida. Termina convertida en algo tan especial en su generalidad. En extenso, la comenté aqui



4. Spirited Away (Hayao Miyazaki, 2001)
La importancia cultural de la animación japonesa tiene muchas joyas dentro de su filmografía, y esta es una de ellas. Una obra maestra visual sobre el viaje impresionante de una niña y su autodescubrimiento. Es una película llena de imágenes cautivadoras y diversión atemporal. Y toda esa diversión es llegar al final del viaje. Sin duda que Hayao tenía que estar en el top 5.



3. There Will Be Blood (Paul Thomas Anderson, 2007)
Sangrienta y extraña. Este film marcó un nuevo rumbo en el trabajo de Anderson. La película es reveladora, perturbadora, porque la ventana que abre permite ver a la propia conciencia humana. Anderson quiso retar a su audiencia, tomó decisiones inesperadas y consiguió dar en el clavo con un resultado muy ambicioso, pero de impacto.



2. In the Mood for Love (Wong Kar-wai, 2000)
Tony Leung ganó Cannes a Mejor Actor. La película fue nominada al BAFTA. Ganó el Cesar como Mejor película Extranjera y el Círculo de Críticos de Nueva York la premió como la Mejor fotografía y Mejor Película Extranjera. Wong Kar-Wai se superó a sí mismo y entregó una película memorable. Un melodrama sencillo, cotidiano, pero narrado con una perfección difícil de encontrar en el cine contemporáneo. A pesar de ser muy liviana, tiene intrínseca una profunda reflexión sobre las relaciones personales, la amistad y el amor. Una maravilla y qué bueno que esté bien arriba en esta lista.



1. Mulholland Drive (David Lynch, 2001)
Inclasificable. Sorprendente su 1er lugar, pero no por eso deja de ser una buena película. Está llena de intriga, con personajes ambiguos y una trama que deja muchas respuestas en el aire. Thriller psicológico, de tres horas de duración, que no es fácil de entender inmediatamente; hasta el propio Lynch titubeó al ser consultado si realmente conocía el significado del desenlace. Su revolución vino por el lado de la técnica y la estructura narrativa, junto a su carácter simbólico, aspectos que, en realidad, no ayudaron a tener taquilla. Tras su estreno se generaron múltiples debates sobre lo que el director quiso mostrar con esta crítica a la industria del cine.






 La próxima vez que aparezca un listado similar veremos si “Mulholland Drive” continúa en el 1er lugar. Confiamos en qué muchas cosas buenas están por venir en estos momentos difíciles a nivel creativo en la industria del cine.

lunes, 22 de agosto de 2016

THE GET DOWN: un caótico recorrido

Grafiti, breakdance, rap y todos los símbolos que los rodean: bandas callejeras, el Bronx de 1977 y un homenaje al mundo musical. Estos son los puntales sobre los que se sustenta “The Get Down”, que tras el fracaso de la apuesta de HBO, “Vinyl”, era la esperanza de los que amamos la música por sentir que la TV nos transfería algo del sentimiento basado en música. El resumen es que debemos seguir esperando.


No todo el mundo iba a disfrutar de la serie ni generaría el éxito, casi inesperado, del reciente fenómeno de Netflix (“Stranger Things”). No era fácil tampoco estrenar tras la propuesta ochentera, pero ese no iba a ser el único desafío para "The Get Down", la que terninaría siendo sólo otra historia más contada por niños. La serie se lanzó con todo desde su primer capítulo, dirigido por el propio Baz Luhrmann. El afamado cineasta quiso plasmar, sin medias tintas, el nacimiento del hip hop en el New York de los ’70. Un intento complicado y maravilloso a la vez.

La idea inicial no era ni cercana a los 120 millones de dólares invertidos: las cosas se fueron de las manos, hubo problemas de todo tipo, desde el punto de vista creativo y financiero. Pero Netflix bancó el proyecto. 
El mundo de “The Get Down” es real y ambientado perfectamente; una Nueva York en baja, con altercados políticos y una visión distorsionada de lo que la cultura Hip Hop iba a representar (golpeando la mesa). El guion se arma únicamente con juegos de palabras, bailes improvisados, algunos tubos de spray y un grupo de adolescentes que sellará un pacto que irá creciendo capítulo a capítulo.
No podemos dejar de comentar el primer episodio, de tediosos 92 minutos, en la que debe ser la más terrible introducción de una serie; titulado "Donde no hay ruina, hay esperanza para un tesoro" es desesperante, demasiado confuso y forzado, teniendo el sello Luhrmann: totalmente barroco, atiborrado de detalles y exceso de color. Los fans de "Strictly Ballroom", "Romeo y Julieta" y "Moulin Rouge" reconocerán tonos familiares en "The Get Down”.
Desde el segundo capítulo destacan más claramente los personajes de  Ezekiel “Books” Figuero y Mylene Cruz, chico y chica con sueños y una tensión amorosa que lucha entre lo imposible y la necesidad. El primero se enamora perdidamente de la cultura Hip Hop y la segunda sólo quiere cantar y largarse de allí, sin enganchar totalmente con lo que ocurría en las calles. A ellos se unen los hermanos Kipling, tres jóvenes afroamericanos con un talento impresionante pero tratados por el guion como acompañamiento, más el DJ “Shao”.
"Book" (Ezekiel) es también el ancla emocional del espectador, la ventana sensible para mirar cómo era ese 1977, lo que permite mayor conexión con la historia desde el segundo episodio, aunque cada uno de ellos comienza con el recurso de enlazar con 1996 cuando, ya mayor, Ezekiel rapea los créditos de apertura. Smith se basa consistentemente en las emociones de su personaje, el que representa la angustia del adolescente y el anhelo de conseguir algo más grande. Esta interpretación está bien lograda. El guion muestra uno de sus más cuidados detalles, justamente en las líneas de Ezequiel: la poesía, la que desborda emoción, por ejemplo, cuando Book relata el asesinato de su madre o cuando le dice a Mylene que la ama.


Desde el tercer episodio, "The Get Down" se vuelve un lío con bastantes defectos; el resultado, a oídos del aficionado a estos géneros musicales y a la cultura hip hop, huele a que algo no se terminó de cocer, que la creatividad se fue diluyendo y que hasta el catálogo pareció poco estudiado, como que se quisieron ir a la segura en términos musicales. Otro de los desórdenes se nota en la ejecución, con muchos cambios de tono, pasando de la caricatura a la cursi tragedia, algo común en recreaciones de los años ’70 porque cada escena, acto o situación suele ir acompañada de mucho diseño de producción. ¿En algún momento alguien tuvo la sensación terrible de estar viendo “Glee”?.

Tras el fracaso de “Vinyl” la esperanza era que "The Get Down" nos contara el nacimiento de una cultura, en sus multitudes y en su expansión. Lo logra a medias cuando utiliza la narrativa a través de objetos identificables: Bronx, casting negro, comedia negra en las situaciones familiares. Pero falla cuando quienes nos cuentan la historia están desbalanceados (muy bien Smith y muy pobre la ejecución de Herizen Guardiola).
Por otro lado, y aparte de avanzar muy lento, hubo que lidiar con dos narrativas: el romance de Ezequiel con Mylene y su intensa amistad con su compañero Shao. Fue una dinámica con espectáculos aparte.

El caos en que termina convertida la serie se transmitió al producto final, el que vimos a medias (sólo se emitieron 6 episodios, los restantes 6 llegarán en 2017): caos visual, caos interpretativo, caos musical, caos Luhrmann .
En su esencia “The Get Down” es el viaje de un niño que quiere convertirse en héroe y rescatar a su mundo de la oscuridad. Es una pena que en la era de oro de la TV aún no exista una serie que pueda transmitir el feeling, el sentimiento de la música creada en la calle y que dio origen a toda una cultura que sería la base para todo tipo de demostraciones culturales en las décadas venideras y aún todo se reduzca a historias de amores no correspondidos adornados con grafitis y estereotipos archi manoseados. ¿Se reeditarán los capítulos restantes? ¿se gastará más dinero en este proyecto o se tomarán las mismas drásticas decisiones que tomó HBO?. Nadie lo recordará en lo inmediato.


domingo, 21 de agosto de 2016

Batman, The Killing Joke: otro mal día

Uno de los estrenos más esperados de 2016. Aquel de una cinta animada inspirada en un comic que, para muchos, es el mejor  de la historia. Tarea cuesta arriba, ya que la horda de fanáticos del original tiene demasiadas expectativas.


Para quien no la conoce, “The Killing Joke” versa acerca de cuál es, o sería, el posible origen del Guasón y su plan ultimo para llevar a la locura a la batifamilia. Batman es uno de los superhéroes más populares por lejos y esto, en gran parte, se debe a lo interesantes que son sus historias, las que han inspirado películas de gran producción como “Batman vs Superman” y, mucho mejor, “The Dark Knight Returns”, una increíble novela gráfica escrita por Frank Miller. Pero al hablar de grandes historias de Batman, una que los fanáticos han adorado durante años como una de las mejores es “The Killing Joke”, escrita por Alan Moore y la cual, finalmente, tiene una adaptación animada.
Leí la gráfica hace años y aunque no recordaba todos los detalles, me pasó lo mismo a cientos de fans: la sola noticia de una adaptación produjo muchas  expectativas, esa eterna arma de doble filo de querer ir a la segura con algo que se sabe tendrá mucha prensa y público.

Veamos:

Se agradece mucho el regreso de Mark Hamill como Guasón pues tiene un gran espectro vocal para interpretarlo antes y después de volverse loco.  Junto a Kevin Conroy dieron nota alta en la interpretación de estos personajes. Y el resto del casting es digno de la historia. Pero la primera pregunta que te haces cuando escuchas que viene otra adaptación del comic es: ¿qué tanto de adaptación tendrá o qué tan semejante será a la original?.
En la primera mitad de la historia vemos algo totalmente original en la relación que tiene Batichica con Batman al tratar de atrapar a un integrante de la mafia; de ahí en adelante es casi una adaptación exacta a los paneles del comic; en lo personal, esta primera parte es polémica porque es algo que sólo se creó para la película y, sobre todo, porque trata de manera explícita la relación entre Bárbara Gordon y Bruce Wayne. Si dejamos el fanatismo  atrás, esta relación es interesante de explorar, y convengamos que de no haber existido no nos habría provocado ninguna sensación la caída de la chica frente al Guasón. Hay otro detalle nuevo y que terminó molestando mucho: el prólogo. 
Lo que hace el prólogo es desarrollar el personaje de Bárbara presentando, con mucha efectividad, sus motivaciones, sus sentimientos hacia Batman y el hecho de que, aparentemente, no es tan fuerte como su mentor. Si el comic relaciona a Batman con el Guasón, lo lógico hubiera sido que el prólogo hablara de ambos y no de un personaje que no es el principal y que luego pierde fuerza en la historia. Lo desafortunado no es saber los sentimientos de ella ni verla teniendo sexo con Batman, lo desafortunado es que ese ingrediente no tendrá ningún impacto en la segunda parte de la historia. Aunque parecería que está construido para eso, la primera parte dista mucho del estado de ánimo que propondrá la segunda mitad, y terminan siendo dos historias totalmente diferentes.


Es bueno que se hayan tomado la libertad de construir algo nuevo para la primera parte, es un riesgo, pero el comic está ahí para ser leído cuando quieras; la gracia de una adaptación es añadir novedades, pero  esta novedad no funcionó porque la segunda mitad de la película totalmente el comic, lo copia casi panel a panel, dándole a la película un resultado….raro.

A nivel técnico, la película cumple. La animación no genial pero no se ve mal. Los movimientos de los personajes (especialmente en los combates) son fluidos y los fondos tienen suficiente detalle como para convertir a Ciudad Gótica en una locación creíble. El director, Sam Liu, hace uso del 3D, de vez en cuando, para agregar emoción cuando se imprime el caos. La escena final es otra contradicción y ha mantenido a los fanáticos discutiendo sobre el resultado de la misma; se sintió totalmente falta de creatividad, se sintió vacía y no tuvo el mismo impacto que en el papel. No podemos decir que la adaptación es una mala película, pero la copia fiel obviamente sacrifica originalidad y personalidad. Por ejemplo, “The Dark Knight Returns” se tomó más libertades, expandió su versión y dio un resultado emocionante. En este caso no fue así. Y si viéramos esta “The Killing Joke” como un producto por sí solo, tampoco es consistente porque quedaron dos partes separadas, sin hilo, con poco sentido y con diálogos fuera de lugar.


Si nunca has leído “The Killing Joke” te recomiendo leer primero el comic y luego ver la adaptación. Igual es muy complicado dar en el clavo con el ambiente de locura, desquicio y oscuridad del original, hay que tener mucha personalidad, en todos los niveles, para estar a la altura de un comic definido como gigante y que hace que estas superproducciones se vean como algo, solamente, cumplidor.

lunes, 15 de agosto de 2016

ESTRENOS para la primavera 2016

Ya hay un circuito indie que ha pasado por infinidad de festivales desde, aprox, 7 meses. Nombres que se repiten, que han ganado relevancia y que prometen ser los “brotes” de la primavera cinéfila. Búsquelas en la red, a la espera de que su cine favorito decida exhibirla en Chile.


“The Light Between Oceans”
Walt Disney Studios Motion Pictures / Entertainment One
Es una película dramática, escrita y dirigida por Derek Cianfrance y basada en la novela homónima escrita por M. L. Stedman. Está protagonizada por Michael Fassbender, Alicia Vikander y Rachel Weisz. Ha sido citada como la cinta más “dulce” dentro de la dramática filmografía de Cianfrance. Muy parecida a la temática tipo "Blue Valentine", y con su adaptación a la gran pantalla de una novela éxito de ventas, toma los detalles de un amor de infarto, posterior a la Primera Guerra Mundial. Michael Fassbender es el guardián de un faro que se enamora de Alicia Vikander. Por el casting y la temática se augura prensa y éxito comercial. Nótese que la BSO está cargo del imprescindible Alexandre Desplat.




"Yoga Hosers"
Kevin Smith está de vuelta. Sin dejarse intimidar por las críticas salvajes con que fue recibida, en 2014, su obra "Tusk", el hombre detrás de "Mallrats" regresa al género para el segundo capítulo de su trilogía "True North", pero esta vez dirigido a un público algo más joven. Protagonizada por Johnny Depp, Harley Quinn Smith (Tusk), Tony Hale y Natasha Lyonne (Orange Is The New Black).




"White Girl"
FilmRise / Netflix
Ópera prima de la escritora y directora Elizabeth Wood. Sigue al universitario Leah en sus últimas semanas de verano con su nuevo amor, una narcotraficante puertorriqueña llamada Blue. "White Girl" está protagonizada por Justin Bartha ("The Hangover"), Chris Noth ("Sexo en Nueva York") y Adrián Martínez ("Focus"). La película se estrenó en el Festival de Sundance de este año.



"Max Rose"
Jerry Lewis nuevamente en la pantalla grande!. Tras 20 años fuera del cine,interpreta a Max, un músico de jazz retirado cuya mujer, de 65 años, Eva (Claire Bloom) acaba de morir. Después de descubrir una nota íntima de otro hombre, escrita a Eva en 1959, Rose comienza a cuestionar lo que fue su matrimonio y comienza a buscar a este pretendiente del pasado. Un primer corte de la película se proyectó en Cannes 2013, pero luego fue totalmente reeditada (el proceso duró casi 2 años).



"London Road"
Debutó en Toronto hace casi 1 año. Las estrellas Tom Hardy y Olivia Colman se subieron a bordo de este proyecto, tipo musical, cantado por el Teatro Nacional.  Sorprendentemente, el guoon utiliza transcripciones literales del autor del musical, de personas que entrevistó, y que estuvieron involucrados en el seguimiento de un asesino en serie de prostitutas en London Road. Norris decidió convertirlo en una película de bajo presupuesto, para lo cual alteró la estructura y le sumó sólo una canción clave, para que el público no tuviera problemas con enfrentarse a la típica estructura de un musical. 



"Other People"
El escritor Chris Kelly salta al cine con temáticas personales y bastante divertidas. El estreno en Sundance, este año, arrojó a Jesse Plemons como una versión cinematográfica de Kelly, un escritor de comedias neuróticas que regresa a su casa en California para ayudar a cuidar a su madre moribunda (Molly Shannon).


"Kicks"
Con 15 años de edad, Brandon (Jahking Guillory) quiere un nuevo par de zapatillas muy caras, pero en esa búsqueda se encontrará con un matón de barrio. Las zapatillas sólo son un dispositivo para activar la historia y motivar un viaje, a través de la bahía, muy conmovedor, con un retrato fiel de la vida urbana.



Autor: The JT Leroy Story"
El ex adicto a las drogas JT LeRoy se convirtió en una sensación literaria en la década de 2000, con la publicación de tres obras aclamadas por la crítica. Luego, en 2006, se reveló que él no había escrito esas líneas. El autor era un personaje inventado. "Autor: The JT LeRoy Story" es un documental extraño, dirigido por Jeff Feuerzeig ( "The Devin and Daniel Johnston") que revela como Alpert, un ex rockero punk de San Francisco, que trabajó como operador de sexo por teléfono, logró ser uno de los mayores engaños literarios de nuestra época. La película cuenta con celebridades tales como Gus Van Sant, Winona Ryder y Billy Corgan.




sábado, 13 de agosto de 2016

SUICIDE SQUAD y cómo el marketing manejó tu cerebro

Pésimas críticas, sólo un 25% de puntuación en Rotten Tomatoes, mucha psicodelia y un soundtrack brutal. Esto es "Suicide Squad", la que pudo haber ofrecido mucho más originalidad, dentro del cine de superhéroes, a través de la visión del villano. Pero decidieron ir sobre seguro y dejar a los presos en el patio de Arkham.


Los personajes son presentados de una manera fallida: hay mucho neón, canciones inconexas, los personajes llegan uno tras otro sin mayor explicación de dónde vienen por tanto, no sabemos por qué son malos, qué buscan, qué los dañó , contra qué luchan, es decir, no hay trasfondo.


Trailers engañosos: a lo mejor he visto tantos trailers que me confundí de película (no creo), pero mucho de lo que vimos en los adelantos no lo vemos en la cinta. ¿Es una mala broma?, ¿para qué mostrar escenas cortadas del metraje final?, ¿reedición de última hora?.


El malo de la película: elegir a Cara Delevigne para que interpretara un rol que necesita mucho de eso que ella no tiene: interpretación. Se la muestra como una diosa con poderes pero nadie nunca nos explica por qué y para qué.


Amanda Waller: es el personaje más potente de la película, bordado por la calidad actoral de Viola Davis, que no tuvo más remedio que echar mano a sus recursos como actriz ante un débil guion. No se entiende su fascinación por los superheores ni por qué necesita un escuadrón para guardar un corazón en un maletín.


La historia: ante la ausencia de diálogos y escenas (claramente faltan escenas), no se logra entender la historia.




Will Smith: algo ha aprendido y es uno de los que sostiene esta película y actúa en consecuencia. Will Smith haciendo de Will Smith.


El reparto: Reitero que Cara Delevigne falla groseramente, pero el resto no se salva mucho. El australiano del unicornio, la japonesa, el que controla fuego….hay un montón de estereotipos mal trazados y se farrean la oportunidad de haber mostrado a un grupo muy diverso de personalidades.


Harley Quinn: la película gira en torno a ella, tiene más pantalla que todos pero la base del personaje no queda clara. ¿Por qué se volvió Harley Quinn?, ¿está enamorada del Joker?.



El guasón: se podría haber hecho tanto!. Jared Leto se preparó tanto, no quería ser la sombra de Heath Ledger etc….nada!. Un actor ganador de un Oscar super mal utilizado. No tiene nada que ver con un psicópata, es más bien un punk salido del Studio 54 riéndose extrañamente. Le faltó mucho carisma y las escenas con Harley Quinn son muy forzadas.



La película tiene pocos buenos momentos. Rescato el soundtrack (por lo menos tarareamos grandes temas) y algo de la edición de sonido. El guionista y David Ayer tienen mucho que explicar y han acusado demasiada intervención del estudio (bueno, tienen derecho ¿o qué esperaba?), pero más allá de las críticas la gente igual va al cine y eso es bueno. 
Películas como ésta son una prueba de que el marketing puede manejar tu cerebro y que bien utilizado en el cine puede crear grandes expectativas en un género ya atiborrado de oferta; el marketing puede hacerte desear el estreno con ansias, para después sufrir una gran decepción. Un plan de marketing que partió hace un año, basado en trailers espectaculares, con los actores subiendo fotos a sus Instagram, dando muchas entrevistas que despertaron nuestro apetito y curiosidad. Sin duda que era uno de los estrenos del año y sólo alcanza a ser entretenida a medias, aunque no tenga ningún sentido el despilfarro de millonario presupuesto y el pensar en secuelas o películas independientes de cada personaje..