La historia de Sir John Franklin
y su expedición al Ártico, en 1845, no necesitaba mucha ficción para
convertirse en una historia de horror, porque bastaban los sucesos nacidos de la pobreza humana en situaciones límite. Sin embargo, “The Terror” le añade una
explicación sobrenatural al misterio de la desaparición de la verdadera
expedición Franklin. Y al final, la pregunta es si realmente necesitaba de ese
aderezo.
Una expedición para explorar el
pasaje noroeste del Ártico. ¿Cuál era el problema?, que aquella ruta nunca había
sido navegada y los marinos que se atrevieron acabaron siendo devorados por el
olvido. Con esa premisa, Dan Simmons escribió “The Terror”, a la cual
supo añadirle una exquisita componente de terror gótico, otorgándole a la
niebla y al hielo eterno una dosis de ahogo, de claustrofobia que, llevada a la
pantalla, acabaría siendo atrapante para el espectador de este proyecto de AMC. Si a eso le agregamos
el soportar condiciones de vida a -50 grados, el que las provisiones se acaban, el que existe una salvaje criatura monstruosa, el que los barcos empiezan a deteriorarse
y que las enfermedades aparecen, tenemos un escenario dantesco ideal para que se
asomaran los ejes centrales de la historia: la pérdida de la cordura, el volverse
unos contra los otros, la locura, el narcisismo, el olvido, el caos, la irreflexión…
todo sale a flote en la tripulación
de esos barcos y son los puntales de lanza de un guion que se mostró fuerte
desde el inicio, con frases como “estamos aquí para preservar la democracia, no
para practicarla”.
Resultó curioso que AMC comprara
el proyecto, porque es una de esas propuestas caras y que no siempre seducen a
la masa, más aún si tras la idea estaba David Kajganich, quien ya había fallado
con “Cegados por el sol” e “Invasión”, por tanto, esta era
una chance tipo “todo por el todo”. La primera decisión correcta y relevante
que tomó, fue contar con los servicios de un gran diseñador de producción:
Jonathan McKinstry estuvo a cargo de los escenarios en “Penny Dreadful” y “El
imperio del Fuego”, por lo que sabía que con una buena ambientación, el proyecto
“The Terror” ya habría ganado mucho. La serie entra por los ojos, asique estaba
en lo correcto.
Luego, vino el reparto, uno con
mucha experiencia en teatro y en otras películas del tipo Dickens; “The Terror”
tiene mucho de obra de teatro al mostrarse consciente y muy reflexiva, con
diálogos complejos que podrían espantar al fanático de las series Marvel. Tobias
Menzies (“Game of Thrones”, “Outlander”) es uno de los actores más
infravalorados pero que saca la tarea afuera con gran virtud; el sobresaliente Jared
Harris (“The Crown”) aporta humor negro a un hombre con cierto aire cínico, más
Cian Hinds, protagonizan una oscura evolución de la lucha de poder. Este trío vuelve
perverso el relato, mostrando las ruines
miserias del alma humana.
“The Terror” resulta un ejercicio
brillante en cuanto al desarrollo de la idea, aunque por momentos pareciera llevar al límite al espectador más de lo necesario; es perfecta en lo visual
y muy bien actuada, porque son las decisiones tomadas por este grupo de
personas, partiendo por ese aire de superioridad moral que ha existido desde
los inicios del tiempo, lo que da la verdadera sensación de terror a la serie,
la cual atrapa por lo que cuenta y en eso, quizás, no habría sido necesaria
tanta grandilocuencia.