viernes, 23 de octubre de 2020

Lovecraft Country: el horror de la discriminación

Se nota que la serie de HBO tuvo a Jordan Peele y J.J. Abrams como cerebros. "Esta es la historia de un chico y su sueño. Pero más que eso, es la historia de un chico americano y un sueño que es verdaderamente americano". Esta cita de la película "The Jackie Robinson Story" inicia todo el recorrido y encapsula el visionado, el que termina por definirse como intrínsecamente estadounidense y hoy, eso está en juego.

Emprender un viaje hacia el pasado de Estados Unidos es el símbolo que elige "Lovecraft Country", para exhibir una unión entre la literatura del horror y la lectura política de estos tiempos. Ambientada en el Estados Unidos racialmente segregado de los ’50, la propuesta de HBO resulta relevante porque tiene elementos que ayudan a entender el país lleno de conflictos que es hoy. 

La perspectiva de Peele y Green decide hacer visible el universo fantástico en el que Matt Ruff incursiona en su libro, con la metáfora de que los monstruos reales son los hombres blancos. Y ese tono se estampa de inmediato, desde la secuencia en que la conducción es a ritmo del discurso de James Baldwin sobre la imposibilidad del sueño americano para los afroamericanos, y al tiempo que esto ocurre, vemos a Atticus ir en busca de su pasado, y en esa aventura estará intrínseco el encuentro con un país que lo rechaza. Otro elemento interesante que los showrunners incluyeron al relato son los anacronismos; Baldwin es uno de varios, como también lo es la banda sonora con Etta James y Nina Simone (años ’70), Frank Ocean y Marilyn Manson, las citas al cuento "El Extraño" y la mención de los shoggoths,  referencias a Indiana Jones, evidente en el cuarto capítulo, la música de Rihanna y la música de la campaña que Nike usó hace unos años, para la igualdad LGBTQ. Nada de esto es el azar, es más, ayudan a ligar la serie con el pasado y presente de Estados Unidos.



Los personajes centrales están perfectamente delineados y la ejecución de sus actores es precisa. Atticus, George, Montrose y el resto de la familia son ávidos lectores, hábito que guía al espectador por esta compleja mitología. Leti es el personaje "femenino fuerte" y una conductora muy hábil, que se toma la historia y defiende su rol, mientras Christina es una bruja profundamente frustrada por las limitaciones de ser mujer. "Lovecraft Country" viene a confirmar experiencias como “Atlanta” o “Watchmen”, donde también es imprescindible dar al terror un imaginario complejo, que conecte las preocupaciones raciales con la revolución de los límites del mundo actual.

La serie se estrenó en el momento preciso para esta discusión. En 10 capítulos, "Lovecraft Country" nos lleva de viaje al corazón supremacista blanco de Estados Unidos, pero a través de la mirada del "black horror" hace coincidir, con lucidez y crítica, los pesares de ser negro, porque nada es porque sí en la serie, ni el apellido de Atticus es deliberado, ni tampoco lo es la escena final, con Leti quitándole la magia a Christina y dicéndole "ahora la magia es nuestra", mientras la niña clava la metáfora del cierre de ciclo rompiendo su cuello con un brazo robótico, que hace el link con nuestros tiempos, mientras es custodiada por el monstruo dueño de ese mítico territorio.