domingo, 14 de noviembre de 2021

No Time To Die, el cierre de otra etapa de James Bond

'Sin Tiempo para Morir' mantiene la espectacularidad de la saga y le da una despedida solemne a Daniel Craig, quien por 15 años sostuvo al mítico espía; y aunque se queda por detrás de ‘Casino Royale’ y ‘Skyfall’, se volverá una parte notable en la historia de James Bond.


Hace 15 años y en un ambiente que se llenó de críticas, Martin Campbell dio el visto bueno a una nueva etapa cinematográfica del popular 007 con la fantástica ‘Casino Royale’, en la que se nos presentó un James Bond más tosco y oscuro, personificado por un Daniel Craig que se apropió totalmente del mito. Es innegable el aporte de este personaje a la historia del cine, pues son veinticinco películas, una banda sonora inconfundible y escenas de acción que dictaron la pauta para muchas películas posteriores. En ese contexto, 'No Time to Die' cierra esta última saga de 007con espectáculo, emotividad y ciertos planteamientos sobre el futuro. 

En esta quinta entrega, Bond está retirado y disfruta la vida junto a Madeleine (Léa Seydoux). Sin embargo, el pasado acecha de nuevo y debe volver a la acción para rescatar a un científico. Este es el inicio para un largo camino de desarrollo de los típicos elementos del universo Bond, para lo cual Cary Fukunaga construye una cinta emotiva, con sorpresas y acción; en la primera media hora, rompe el statu quo que dejó ‘Spectre’ y asienta los cimientos sobre los que se edificará esta entrega de 163 minutos. El grueso  argumental vuelve a ahondar en el Bond más complejo emocionalmente, el que se ha ido cocinando  a fuego lento desde 2006. Esto se traduce en mayor carga dramática, más sombrío, donde los demonios de la psicología de 007 lo siguen acechando.


El guion de Neal Purvis, Robert Wade, Fukunaga y Phoebe Waller-Bridge, se esmera en darle un buen cierre al personaje y deja de lado el desarrollo de una historia compleja. La incorporación de Waller-Bridge fue fundamental para dibujar a un James Bond más humano, pero que equilibra muy bien su masculinidad con la arrolladora fuerza de las mujeres que, históricamente, le han rodeado. La narrativa es sencilla, pero no olvida el glamour, las armas, las frases, las mujeres, las misiones físicamente complicadas, la alta tecnología, autos de ensueño, el traje de Tom Ford... todas las señas de identidad de la franquicia permanecen intactas y no se sienten implantadas  la fuerza. por otro lado, el despliegue visual es de primera y no tiene nada que envidiarle a lo que propuso Deakins en ‘Skyfall’, porque Cary Fukunaga ha vuelto a exhibir su gran capacidad para narrar en imágenes, sin olvidar el factor estético. Por parte de la canción principal,  interpretada por Billie Eilish, mantiene el estilo y la solemnidad, lo cual  le otorgará algunas nominaciones en la próxima temporada de premios, pero ante la imposible comparación con las interpretaciones de Adele o Sam Smith, quizás no le alcance para coronarse. Finalmente,  Hans Zimmer envuelve el film como para regalo, haciendo suyas las partituras  de la saga vistiendo todo el acto final de épica, de riesgo, dejando un corolario que recordaremos por mucho tiempo.

Así, Daniel Craig se despide de James Bond planteando un progreso. En algunas escenas, Bond discute con Nomi (Lashana Lynch) sobre el significado del número 007, el cual solo es eso…’un número con valor simbólico dado por la agencia y al portador’. Esto abre la posibilidad futura no de un nuevo James Bond, pero sí de la aparición de un nuevo portador (o portadora) del emblemático número. Volviendo a Daniel Craig, su final es digno de un mito y concluye su recorrido rodeado de emotividad. Y no es para menos, ya que se entregó por entero y supo llevar al personaje a otros límite, refrescando las características propuestas por Ian Fleming.

No hay duda que Craig deja un hoyo negro, pero es momento de darle un nuevo rumbo a este personaje y son otros los que tendrán que tomar la posta y proponer nuevas visiones y conjeturas sobre un hombre que es parte de los cimientos del cine y porque , simplemente, no hay tiempo para pensar en la muerte de 007, más bien, pensemos que en entra como en una pausa hasta que aparezca otro director o directora con más perspectivas y futuro para 007.