jueves, 2 de febrero de 2023

TAR: la hipocresía del siglo XXI

Todd Field  vuelve a escribir y dirigir tras una pausa de dieciséis años y lo hace con una propuesta inteligente y sutil, incluso en los momentos que devela su indiscutible violencia. 

En la primera escena, hay dos detalles que van a marcar los pilares en los que se afirmará esta película. En la entrevista que se hace a Lydia Tár, ella deja clara su necesidad de controlar el tiempo para obtener lo que quiere de su orquesta, y el segundo , el hecho de que la quinta sinfonía de Mahler, esa que  la protagonista está por grabar en vivo para conseguir un hito en el mundo de la música docta, es un misterio. Desde ese momento, el director empieza a jugar con la percepción del espectador, lo que se mantendrá a por todo el metraje, hasta el punto de que resulta inevitable preguntarse cuánto de lo que vemos en pantalla ha sucedido así realmente. Cuando vamos avanzando, el guion nos permite navegar sin perdernos entre los muchos problemas que entrañan la personalidad y la profesión de Lydia Tár. Y también nos va quedando muy claro que es una maniática del control, un rasgo lógico dado su trabajo, pero a lo largo del film vemos precisamente cómo va perdiendo ese control, lo cual se entiende como sinónimo a que la protagonista tocó fondo. Lydia no es una buena persona y hay infinidad de detalles que van acumulándose para que eso sea evidente, aunque nunca recibimos toda la información sobre lo que ocurrió con Krista Taylor, la presencia que persigue a la protagonista en todo momento, y los espectadores asumimos mucha y sin saber si esa era la intención de Field.

Por ello, la película tan bien trabaja sobre la psicología de 'Tár', rodeándola de fantasmas que ayudan a dar la sensación de misterio y pérdida de control sobre su exultante carrera y sobre sus amores: el metrónomo, esos gritos en el parque o aquel momento en que ella se va en busca de otra música que la cautiva, la cual desaparece repentinamente…todo se teje para señalar una caída progresiva, aunque hay detalles que algún espectador simplemente no podrá  explicarse si opta por una lectura única del film, la cual decanta por un enfoque menos tradicional al incluir las hipocresías de la actual cultura de la cancelación.


El guion de Field, con la ayuda sublime de Cate Blanchett, define a un personaje con muchas sombras aunque más de alguien sentirá empatía con una mujer que podría haberse quedado en el estereotipo de persona de mediana edad intelectual y déspota. El guion plantea y desarrolla la violencia de muchas situaciones sin que tengamos que ver gritos, golpes o sobresaltos; sí observamos un aumento de intensidad , donde la violencia subyace de manera potente en varios planos y tiros de cámara, con tantos matices como la historia de vida exitosa que se va desdibujando frente a nosotros. 

La película no funcionaría igual sin el trabajo de Cate. Todo gira alrededor de una protagonista que muestra su sentimiento por la música y su contradictoria personalidad, y la actriz se somete en ambos niveles y en cada etapa de manera soberbia.

'Tár' es una película compleja y reflexiva, que se disfruta mucho y cuya escena final es la mejor del año; muchos elementos elegantes y decadentes, de fotografía en gris y planos a contraluz suman puntos para distinguirla como una obra riquísima y que destaca mucho por sobre el resto de las recién estrenadas.