domingo, 31 de diciembre de 2017

Black Mirror, temporada 4: La delgada línea del equilibrio

Después del éxito arrollador de la temporada anterior, Charlie Brooker debía definir cómo respondía a las enormes expectativas, en un año lleno de aciertos para Netflix y cuya serie había sido escogida como el broche de oro ideal. En un primer visionado, la temporada de  “Black Mirror” deja una estela de leve decepción porque carece de un “San Junipero”, “White Bear” o “Shut Up and Dance”, no hay nada de eso que nos desgarró las entrañas, y de ahí la pregunta de si Brooker no quiso (o no pudo) llegar a tal nivel de efecto sublime, o simplemente fuimos nosotros los que perdimos la capacidad de sorpresa.


El famoso episodio del cerdo, en la primera temporada, marcó un estándar de calidad que “Black Mirror” ha ido poniendo en jaque con el tiempo. Tanto es así que lo inolvidable de la serie se ha ido reduciendo a momentos contados con los dedos de una mano, siendo “San Junípero” lo que más recordamos. Y con esa marca muy fresca en la memoria, el equipo de Charlie Brooker y Netflix se dio el tiempo suficiente para construir una temporada a la altura de un nuevo actor: la masividad. Y con el objetivo de asestar un golpe de entrada, el episodio que abre la sesión 4 es la dedicatoria más flagrante a un universo explícito y muy masivo también. “USS Callister” está hecho para los fans de “Star Trek” y es desarrollado por el televisivo Toby  Haynes, quien ya había dirigido episodios de “Doctor Who” y que ahora buscaba aplicar al máximo una historia propia de la tecnofobia de “Black Mirror”. Es el episodio más largo de los seis, el más ambicioso en niveles de producción y el único cuyo guión no corrió a cargo exclusivo de Charlie Brooker; contiene giros, sorpresas y humor, al tiempo que nos sitúa en una incómoda gama de grises con respecto a quiénes son los héroes y quiénes son los villanos, dónde está el bien y el mal. El protagonista es un genio y un psicópata a la vez. En su casa se dedica a jugar en su propia recreación virtual de “Star Trek”, haciendo de capitán sobre las copias genéticas de sus compañeros de trabajo, a los que odia. A partir de ahí se desarrolla una trama sencilla pero efectiva, con buenas cuotas de oscuridad y planteando el punto de vista bizarro y esencial de la serie acerca de Dios y la venganza. Buen inicio.

“Black Mirror” también es sinónimo de reflexión ante el miedo y la desesperanza, y algo de eso trató de tomar Jodie Foster para recrear la fobia que desarrollan muchos padres cuando sus hijos son pequeños. En “Arkangel”, lamentablemente, esta fobia es aprovechada para introducir un elemento tecnológico en personajes demasiado simples y sin trasfondo. El ritmo, además, es lento y el guion va girando erradamente, hasta terminar en una historia  poco sorprendente y centrada en la relación madre-hija más que en la propia problemática de la tecnología. Quiere oler al “Cisne Negro” por todos lados pero ha escenas pobres y que dejan mucho que desear, como aquella en la que se muele la píldora en la juguera. Para colmo, Foster propone un final insatisfactorio, que no deja ninguna conclusión y es casi indigno de su trayectoria. Traspié.

John Hillcoat firma “Crocodile”. El boom del thriller nórdico (“Millenium”, “Trapped” etc.) parece ser la influencia con la que el director de “The Road” envuelve el relato. Los gélidos parajes de Islandia le dan al episodio una atmósfera que ayuda a contextualizar a la asesina, en una historia que se basa en la premisa del instinto de supervivencia, el peso de los pecados del pasado y los propios recuerdos como último recurso de intimidad; los escenarios lo son todo en este episodio, porque los personajes son previsibles y planos  y la trama se torna medio aburrida cuando quiere jugar al detective, introduciendo suspenso y  toda una escena de investigación policíaca para una mujer que sólo es una trabajadora de una compañía de seguros; por supuesto, todo culmina con un final bastante absurdo. Por lo menos, “Crocodile” tiene guiños y homenajes que nos sacaron del letargo. Por ejemplo, destaca la reutilización de la interpretación de Irma Thomas de “Anyone Who Knows What Love Is”, la cual fue protagonista inolvidable de “15 Million Merits” (segundo episodio de la primera temporada) cuando Jessica Brown-Findlay intentaba conquistar a los jueces del programa de talentos. El otro guiño son los  caramelos, los que también consume la protagonista del episodio “Metalhead”.


Tras la decepción de “Crocodile”, la serie se pone nostálgica e intentar replicar a “San Junipero”. En “Hang the DJ”, Tim Van Patten reimagina cómo serían las páginas de citas elevadas a la enésima expresión por la tecnología. El amor es y será uno de los temas centrales de “Black Mirror” porque no existe nada más opuesto a la lógica (sustento de la tecnología) que ese sentimiento que nos diferencia, y es en el amor donde Charlie Brooker ha encontrado momentos para sus reflexiones más profundas. Lejos de aspectos trasgresores, como la homosexualidad de "San Junipero", en “Hang the DJ” se opta por  personajes clásicos y un escenario ambientado en la actualidad. Claramente no llega a la excelencia sentimental del episodio más aclamado de la serie, pero se la juega por plantear una parte ácida de esa relación ser humano-tecnología, llevada a un extremo casi cruel, en el tortuoso camino hacia la felicidad. El final podría haber sido más jugado y da la impresión que Brooker no quiso dar el siguiente paso e igualmente devolvió al amor a la categoría de “ser parte de un destino”, dándole un touch humano.

Prescindiendo casi por completo de diálogos, David Slade nos envuelve con muchas referencias cinematográficas clásicas en "Metalhead". Observamos algo de “Terminator”, pasando por “Psicosis” y llegando a “Depredador”. Con una duración de 40 minutos (la más corta de la temporada), y en tono blanco y negro, el guion nos sitúa en un espectáculo de terror en el ya típico mundo postapocalipsis que plantea la serie. Aquí, un grupo de tres personas buscan algo en lo que pareciera ser una bodega abandonada, hasta que se topan con una versión tecnológica del demodog de “Stranger Things”, dando inicio a una carnicería muy parecida a la de “Depredador”. El fantástico diseño del villano (clara ironía) y su integración al entorno gracias a efectos especiales perfectos, son aciertos potentes del episodio. Los tiros de cámara, la exageración de la actriz (muy bien Maxine Peake) y la música de clavicordios delirantes, son un  homenaje a “Psicosis” y al cine de suspenso de los ’60, cerrando esta historia con un final tan negro como reflexivo.

Con una estructura ramificada, Colm McCalthy reimprime el terror de “Outcast” en el recorrido que una chica hará por un museo. Los flashbacks y el ritmo trepidante hacen que la historia de “Black Museum” sea la mejor trabajada y lograda de la temporada. Es cierto que repite la estructura del inolvidable “White Christmas”, integrando tres historias diferentes que acaban entrelazadas con la trama principal, pero está ejecutado con precisión y nos devuelve el espíritu “Black Mirror”, porque funciona como buen final de serie. La naturaleza del museo es otro conjunto de guiños a episodios de temporadas previas y los de esta misma sesión: Rolo Haynes es el responsable de este lugar y es presentado como un charlatán estupendamente interpretado por Douglas Hodge y que comparte similitudes con el personaje de Jon Hamm en “White Christmas”, mientras que "San Junipero" es otra referencia evidente al ser el nombre del hospital donde trabajaba Haynes; también está la máquina de ADN que se usó en “USS Callister”. Visto de esta forma, el episodio le da globalidad a la temporada, lo que sumado a los mencionados autohomenajes dan como resultado una cuarta temporada cohesionada, quizás la más cohesionada de la serie, porque la sugerencia del creador de que todo ocurre dentro un mismo universo, se reafirma con claridad en este episodio. El final, punto débil de varios de los capítulos, tiene tal carga de ironía que se adueña prácticamente del nombre de la serie. ¿Detalles negativos? que Letitia Wright brilla en los 5 minutos que le da la trama para destacar; quizás la podrían haber aprovechado más, junto con los parajes desérticos del exterior del lugar y que contrastaban radicalmente con la modernidad del extraño museo. No hubo mayor alusión a ese aspecto.


En resumen, seguramente ninguno de estos seis episodios pasará a la parte alta del ránking de los seriéfilos, a pesar de que esta cuarta temporada quiso seguir invitando a la reflexión sin ser tan impactante como la anterior. “Black Mirror” nunca ha sido un alegato anti-tecnología ni anti ser humano, simplemente ha jugado con maestría a mezclar ambos conceptos y mostrar el choque que produce la fórmula debido, principalmente, a la imperfección  humana. En ese propósito ha cumplido otra vez porque no transó su esencia y no se dejó enceguecer por los flashes que, merecidamente, le produjo la temporada 3.

Esta ha sido una temporada de transición y que quiso ser equilibrada, sin tocar temas políticos, raciales, ni sexuales. Como todo equilibrio, siempre hay riesgo de caer, y si se estuvo cerca de eso es tarea de Charlie Brooker y Netflix definir qué es lo que quieren de esta fórmula. Porque si de explorar límites se trata, “Black Mirror” puede  y debe seguir dando mucho más.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Mejores series de 2017

La naturaleza de este blog es hacer listas de fin de año, lo que es muy difícil considerando que el género está ofreciendo cerca de 400 series de todo tipo de estilos, por tanto, cualquier listado se queda corto. Pero, igual, le sacamos brillo a la libreta que, durante todo el año, anotó nuestras (in) certezas sobre la gran cantidad de propuestas que consumieron nuestro tiempo. Con esa información haremos un balance del querido, esclavizante pero imprescindible mundo de las series en 2017.

21. BoJack Horseman  
BoJack ha sido una revolución y es de lo mejor de Netflix. Esta cuarta temporada fue muy intensa, con su tono habitual al referirse a la campaña de Trump, la sexualidad, la paternidad etc.

20. Glow
Otra gran revelación. Con presupuesto bajo y casi sin marketing, la  serie femenina contó con acertados ingredientes que le otorgaron frescura, una personalidad propia y una tanda de episodios muy entretenidos, amables, y con toques de amargura. Review completo acá 

19. Better Things
La serie gana al retratar, con mucho humor, el drama que supone el paso de los años en una actriz. Serie divertida, pero dura. Cada episodio mostró los tópicos del amor, el cual termina siendo el bálsamo del relato. Muy bien dirigida, lo mejor que tiene es el dominó de escenas, una tras otra, sin relleno, con un ritmo intenso y mucho que contar.

18. Alias Grace
Puesta en escena impecable, dirección artística de altura, estupenda fotografía y mejor vestuario. La miniserie utilizó la narración  a modo de flashbacks, para intentar explicar qué le ocurrió a la protagonista en su camino. Otra serie con una mujer al frente y con historias de desigualdad social acerca de su rol. Review completa acá

17. Fargo
“No estamos aquí para contar historias. Estamos aquí para contar la verdad”. Este diálogo inició la temporada y plasmó la temática para el resto de los capítulos. ¿Qué es verdad? o mejor dicho, ¿Qué es una historia verdadera (true story)?. La  temporada tuvo una increíble factura técnica y Hawley aprovechó cada bifurcación moral para situar emocionalmente a los personajes. Acá la review



16. Narcos
Cuántos creían que tras la muerte de Escobar no habría nada que hacer con “Narcos”. Sin embargo, Netflix nos trajo una temporada que no falló frente a sus antecesoras y que fue igualmente rica a nivel técnico y cinematográfico. ”Narcos” está lejos de morir y esperamos con muchas ganas su nueva temporada, con actores latinos que no falserán el acento y que la harán sentir mucho más latina. Review acá 

15. Better Call Saul
Sigue creciendo y ya se ha convertido en una de las mejores series de estos últimos años. Y lo ha hecho apostando a recursos clásicos: una gran historia, sólida narración y notables y complejos personajes. Su episodio “Chicanery” está dentro de los mejores del año, ejemplificando este crecimiento narrativo. Review completa acá


14.The Crown
Esta temporada siguió con los juegos políticos, las intrigas personales y, sobre todo, con una cuidadosa habilidad para equilibrar humanidad y nobleza. La serie continuó observando el paso de la historia, aunque a veces pareciera que era un espejo sin mucho qué decir. Lo más sombrío que nos dejó la temporada fue observar el abismo existente entre el príncipe Carlos y su padre, Felipe, el cual falla al no amar a su hijo. La reina no lo hacía nada de mal, en todo caso. Sería la última temporada con la brillante Claire Foy en el papel de Isabel II, la cual cedería el testimonio a la gran Olivia Colman.

13. Feud: Bette and Joan
Relatar la mítica rivalidad entre Joan Crawdford y Bette Davis fue importante por lo que implica el discurso en torno a las oportunidades laborales de las mujeres, en este caso, en Hollywood. Ryan Murphy se rodeó de un equipo mayoritariamente femenino tanto detrás como delante de las cámaras, y mostró una ficción muy emotiva hacia sus capítulos finales. Review acá



12. Game of Thrones
El “patrón de fundo” de HBO está cerca de su final. La temporada 2017 nos dejó algunos episodios gigantescos en estética, otros brillantes en su narrativa y otros dedicados a los “fans”, avanzando a pasos agigantados en la historia y desatando las teorías que alimentarán todo el 2018, pues el último estreno será en 2019. 

11. Rick & Mory
Ha sido una tremenda revelación. La temporada nos dejó uno de los mejores episodios del año (“The Ricklantis Mixup”) y  con uno de los mejores guiones también. Su aporte es la constante exploración de la ciencia ficción con buen gusto y harto rollo narrativo.


10. Line of Duty

Aunque este género está muy trillado, esta propuesta es demasiado fresca y novedosa. Enfocada en el departamento de anticorrupción, sirve para navegar por los límites de la ética y moral de la policía. Lo genial de “Line of Duty’”es que nada es lo que parece y siempre aparecen motivos, que difuminan las líneas del honor. Sus personajes están repletos de fantasmas y su narrativa es un exhuberante laberinto. Pura catarsis.


9. Broken
Su calidad dramática es asombrosa. Sean Bean en su mejor papel desde Game of Thrones. Si te gusta el estilo “Line of Duty”, esta serie es imperdible en su dramatismo y credibilidad. Además, es entretenida y bastante adictiva.

8. Master of None
Es lo mejor, hoy por hoy, en comedias de autor. No tendrá la osadía de Louis C.K. pero sí una simpatía y positivismo que atrapan. Carismático como él solo, Aziz Ansari presentó otro inigualable cóctel de espíritu soñador mezclado con temáticas raciales,sentimentales y sociales, con diálogos inteligentes y edición descollante. El capítulo "Thanksgiving" es uno de los mejores del año.



7. The Leftovers
HBO dio fin a una de sus ficciones más incomprendidas y enigmáticas. Las palabras se hicieron pocas ante tanta belleza, ante tanta reparación espiritual. In extenso la comentamos acá



6. Mindhunter
Conseguir que David Fincher grabara una serie es otro tremendo regalo para los que gustamos del género. El pulso firme que le dio al rodaje nos regaló angustia, intensidad, oscuridad medida, en una excelente mezcla de psicología e investigaciones policiales.




5. The Deuce
1971, Richard Nixon era Presidente, Vietnam entraba en su última etapa y los Rolling Stones editaban “Sticky Fingers”. Nueva York era un lugar muy distinto a la ciudad que hoy conocemos; por eso es que solo alguien como David Simon era capaz de hacer una serie sobre la industria del porno con un episodio piloto, de 80 minutos de duración, sin mencionar en ningún momento el tema central de la historia. Todo lo que vimos antes sobre el New York de los ’70 quedó aplastado. Review acá 




4. Dark
Misterio en su dosis más pura; el proyecto era bastante ambicioso y resultó superior a varias propuestas ligadas a lo paranormal (a “Stranger Things”, por ejemplo). Excelente ambientación, con unos sombríos bosques que desprendían misticismo entre las tinieblas. Gran fotografía, rodada en tonalidad oscura y acompañada de una increíble banda sonora; es de esas propuestas que te atrapan en su  ciencia ficción y recargado argumento, repleto de giros. La recomendamos acá 




3. Big Little Lies
Gran ejemplo de lo que pasa cuando actrices de cine  producen y  confeccionan su propia miniserie. Este drama mostró las caras ocultas de una comunidad escolar de clase media-alta, con una gran Nicole Kidman, secundada muy de cerca por Reese Witherspoon y Shailene Woodley, en tremendos roles.



2. Twin Peaks
Aunque técnicamente es la continuación de la Twin Peaks de hace décadas, la nueva aventura televisiva de David Lynch y Mark Frost podría considerarse como una ficción renovada, pues  su lenguaje y propuesta son completamente nuevos, jugando constantemente a aturdirnos y estimularnos. Fue otro tipo de narración, lo convencional ha muerto. Si hasta “Cahiers du Cinema” la colocó entre las mejores "películas" del año generando un debate necesario y entretenido. Por esto y más, el regreso de David Lynch al guión y dirección de esta serie fue un gran regalo. Review completo acá 




1.The Handmaid's Tale
Aunque se trata de una distopía, los debates morales muy actuales que estableció acerca del rol de la mujer en la sociedad, la homosexualidad y la religión, la hicieron  angustiosa pero necesaria. Muy emotiva y cruda, con Elisabeth Moss en uno de los papeles de su vida y con un reparto en perfecto dominio de sus roles; los secundarios brillaron tanto como los protagonistas, los que hicieron sentir demasiado real el sufrimiento de esas mujeres que se vuelven luchadoras hacia ese mundo opresor. Ya ha ganado muchos premios y los seguirá obteniendo porque está bien hecha, pero además por su rudo planteamiento. In extenso, la comentamos acá



Menciones honrosas

Taboo
La serie está hecha para el lucimiento de Tom Hardy, pero no se queda atrás si es por intensidad de argumento. Su realización y edición son más que buenas, lo que permite avanzar rápido en la trama.

The Good Fight
Una sorpresa. Alicia Florrick ya no está, pero sí Diane Lockhart (Christine Baranski) y Lucca Quinn (Cash Jumbo), quienes navegan en un bufete de mayoría afroamericana, en los Estados Unidos de Trump. Súper ágil, entretenida, inteligente, con tensiones raciales y políticas constantes.


The Sinner
Jessica Biel se echa la serie al hombro, tras muchos años alejada de papeles importantes. La carga dramática de su personaje y su gran actuación hace palidecer al resto del reparto, sin embargo, el tramo final no defrauda.


13 Reasons Why
La calidad es cuestionable, pero el que haya generado diálogo y debate sobre un tema tan complejo como el bulling y el suicidio adolescente, la hacen merecedora de una mención. A pesar de que su extenso metraje le  jugó en contra, no cabe duda que se hizo responsable de una conversación de todos y todas, en las casas, colegios, universidades, y eso ya es ganar y aportar.


Decepciones

Godless
La fotografía, los paisajes del desierto y la banda sonora sobresalen, aunque no son más que lo clásico que debe tener un western. Hubo un par de buenos personajes pero que fueron desaprovechados, pese a las buenas actuaciones, mientras que otros fueron mal interpretados. Los errores de guión aparecieron uno detrás de otro, pero lo peor fue hacernos creer que personajes femeninos del siglo XIX, en el Oeste norteamericano, podían tener comportamientos de mujeres de nuestro tiempo.

Mr. Mercedes
Cuántas expectativas para tanta desilusión. El desarrollo no fue convincente y le sobraron capítulos. Lo peor, el final.

American Gods
La crítica se rindió a sus pies, principalmente por el viaje que propuso hacia la espectacularidad. Acá la tachamos de insuficiente porque cayó en la trampa de la "temporada prólogo" y porque, a nivel de argumento, podría haber apuntado a algo más sólido.

Legion
Como siempre, hay espectadores y críticos que la han amado, pero en este caso, y era algo que ya esperábamos tras los malos tráilers,  la propuesta se tornó aburrida y nos sacó de la historia constantemente.

The OA
Todos los años tiene que haber una serie que divide a la audiencia y reconocemos que estamos entre los detractores de "The OA". Es inclasificable y nos pone una trampa al mantener total independencia sobre  las preguntas que plantea. ¿Qué fue eso de la “Otra Tierra”? ¿acaso una reflexión filosófica en torno a la vida y nuestro papel en ella?.

Marvel’s The Defenders
Planteamiento propio de una película y que debió tener una trama mejor elaborada para permanecer fuerte. Mucho artilugio, fuegos artificiales, un gran enemigo y una batalla final...elementos de un guión fácil.

 American Horror Story: Cult

Quienes seguimos a Ryan Murphy siempre esperamos la temporada de esta serie. Tras “Roanoek”, creímos que la habíamos recuperado, pero “Cult” volvió a extraviarse al dejar  de lado el soporte de lo paranormal y trabajar sobre los miedos humanos. Era un gran tema el de las sectas lideradas por personas que lavan los cerebros de cientos, sin duda una gran trama, más con Sarah Paulson y el cada vez más sólido Evan Peters en los roles principales. Pero algo pasó después del episodio 4, se cayó en un pantano y en los dos capítulos finales la serie corrió a mil por hora tratando de cerrar los círculos, de manera predecible y bastante mediocre.


Y para ti ¿cuál fue la serie del año?

jueves, 21 de diciembre de 2017

Mr. Robot, temporada 3: La fe recuperada

Después de una segunda sesión llena de críticas, Sam Esmail recupera el ingenio y la ambición y preparó una temporada 3 mucho más atractiva, gracias a nuevas posibilidades y personajes que aportaron a que el resultado fuera asombroso.


No se nos olvida su alucinante primera temporada y las decisiones cuestionables que se tomaron para la segunda, sobre todo cuando se trató de reproducir la misma idea pero dando vuelta la trama. Para la tercera sesión, el creador, escritor y director Sam Esmail tomó las riendas para mostrar que la serie tiene, todavía, un montón que ofrecer.
Después de todo el arco de Elliot y el disparo, la tercera temporada comenzó con el hacker dándose cuenta de que su revolución no salió como esperaba: la economía colapsó y la gente sufrió, mientras que las corporaciones se volvieron más fuertes. ¿Cómo podría  remediarlo?. La idea base de la temporada responde esta pregunta en una palabra: redención, y para redimirse, Elliot decide unirse al enemigo para pagar por sus errores. Desde allí se desencadenan complejas reflexiones en cada capítulo, repasando su vida y sus decisiones, acompañado de la figura de Mr. Robot quien le reprocha pero que, tras el capítulo 5, cambia de actitud y de forma de comunicación viéndose como un igual, con una identidad más propia. Este cambio seguramente fue sugerido para no engañar más al espectador y, ahora, el maestro tomaba posesión del cuerpo y la mente del protagonista  creando flashbacks intensos. Todo esto, con el objetivo de no dejar fuera al espectador, de invitarlo a ser parte de los eventos y así tener un mejor entendimiento del universo de la serie.

El arco entre Elliot y Angela también maduró. Ahora, los movimientos e ideologías de ambos eran  diferentes. La ejecutiva sólo actuaba movida por un interés amoroso, pero ahora aparece involucrada directamente en el juego de la manipulación del Dark Army. Portia Doubleday estuvo excelente y muy intensa, mientras que Rami Malek, realmente un líder de una nueva generación de actores, supo hacer resurgir a su personaje librando batallas contra los chinos, E Corp, él mismo y contra quienes lo han utilizado. Con multiplicidad de recursos físicos, Malek, en cada capítulo, nos hacía ver cómo Elliot se desintegraba y luchaba por renacer. Por otro lado, la voz de la razón fue la de Darlene, quien trató de lidiar con  la poca estabilidad emocional de Elliot y Angela. El rechazo de Elliot a la traición de Angela movió parte de la trama cuando ésta fue desentrañando la manipulación y traición de Angela, la que finalmente sucumbe ante las muertes de Trenton y Mobley y, por supuesto, por las cuatro mil víctimas de las explosiones de los 71 edificios de E Corp.
Otro punto alto de la temporada fueron las incorporaciones de Bobby Cannavale en el rol de un curioso vendedor de autos. De look excéntrico y setentero su personaje es realmente importante en los ciberataques y seguirá dando qué hablar en la siguiente temporada. Este rol fue un nexo fundamental para entender cuán poderosa era la organización. La escena en la que asesina con el hacha y a sangre fría al jefe del FBI, lo retrata como un ser sin escrúpulos, dejando a la agente DiPierro sin opciones de negarse a colaborar; este arco queda armado para la siguiente temporada.
Y el otro personaje que fue más regular y tuvo un peso más relevante fue el de BD Wong, el villano de WhiteRose.
Y los guiños a otras películas no podían faltar. "V", "American Psycho", "El Club de la Pelea" aparecieron en momentos claves.


El universo Mr. Robot volvió a brillar por el gran uso de la fotografía y montaje. Por ejemplo, el apagón del capítulo 1 obligó a filmar en completa oscuridad, en una distopia asombrosa y opresiva. También estuvo el fantástico quinto episodio ("eps3.4_runtime-error.r00")  realizado en un solo plano secuencia, de principio a fin. Esto le dio una tensión y emoción que no nos dejó bajar la guardia. O el capítulo 8, donde la nostalgia del pasado vuelve a través de los cosplay de “Volver al Futuro” y de por qué no elegir “The Martian”, en esa gran conversación en la fila para entrar al cine. Y qué decir del episodio final, cuando la escena dentro de la cabaña son 5 minutos de una música incesante, tenebrosa, mientras todos allí están con la posibilidad cierta de recibir ese disparo en la cabeza.


La  temporada triunfó en el sentido de la progresión con la que fue presentada y porque Elliot termina, aparentemente, redimido. Los diez episodios rescataron las mejores partes de los años anteriores y los combinaron para crear un suspenso único y en constante evolución. La serie reencontró su voz, recuperó la confianza en su propia narrativa y visualidad, a pesar de que los acontecimientos se vuelven cada vez más complejos. 

martes, 19 de diciembre de 2017

Dark: el perfecto trato al misterio

Netflix sigue dando pasos para incrementar la calidad de su catálogo, incluyendo propuestas como la de “Dark”, producción alemana que centró su nudo argumental en la desaparición inexplicable de varios niños dando pie a todo tipo de hipótesis; éstas, son tan bien trabajadas que mantienen en vilo al espectador, teniendo como patrón de desarrollo un extraordinario tratamiento de la circularidad del tiempo.

Los habitantes de Winden están nerviosos debido a la desaparición de un niño de 15 años, a la que pronto se sumará otro. Conforme avance la trama de “Dark” nos adentramos en un mundo complejo y misterioso, con toques de tipo sobrenatural relacionados con el tiempo. De ahí que la pregunta central que plantea la serie sea la de no concentrarse en el “dónde”, sino en el “cuándo”. Así, la trama va desentrañando los secretos mejor guardados de  los habitantes de este pueblo, y  algunos de ellos son sumamente oscuros.
Tan particular visión proviene de la mente de Jantje Friese y su deseo por lograr responder de dónde venimos y si el tiempo funciona como pensamos que funciona.
Esto es “Dark”, no sólo oscura sino que más compleja que varias de las propuestas seriéfilas enfocadas en el misterio. Desde un punto de vista intelectual exige del espectador un poco más que el nivel de “Stranger Things”, pues su definición del misterio es mucho más puro e intenso, mientras que su guion funciona como un rompecabezas que  nos da partes inconexas, las que sólo pueden unirse si el espectador se esfuerza en hacerlo. Allí responde a su naturaleza alemana. La cantidad de detalles a recordar, los variados giros y cruces entre tramas no deparan un viaje fácil, pero sí, adicitivo. Acá está la propuesta para  saber si sabes gestionar la información de manera inteligente.

El casting, lo mejor
Oliver Massucci o Karoline Eichhorn no nos suenan mayormente, pero el desempeño de todas las actrices y actores del reparto ha sido definido, por unanimidad, como impecable. Habría que destacar el trabajo de Louis Hoffman, a quien recordamos por su papel como soldado nazi adolescente en “Land of Mine”, cinta danesa nominada al Oscar por Mejor Película Extranjera este año. Aquí, Hoffman interpreta a Jonas, uno de los personajes más carismáticos y de mayor peso de la serie. Su consistencia, la credibilidad que imprime a su rol para sostener un argumento lleno de subtextos, evidencia la gran dirección de actores. El resto del elenco se ubicó perfectamente en la premisa de “pueblo chico, infierno grande”, ya que todos los habitantes aparentaban ser bondadosos y hasta ingenuos, pero todos escondían algo espeluznante con respecto a su pasado y, en cada “época”, se reflejaba muy bien pues los diálogos, escritos por Friese, permitían que la tragedia que están viviendo las familias no se convirtiera en un momento muy hollywoodense. Por el lado de la dirección, podemos definirla como otro punto alto. Hasta hace poco, el único director que se encargó de todos los episodios de una serie fue Cary Fukunawa (en “True Detective”); ahora, Baran bo Odar dirigió los diez capítulos de “Dark”, lo que permitió tratarla como una película larga evitando, dada la complejidad del argumento, el dejar cabos sueltos desde lo narrativo y otorgándole, a todo el conjunto, la sensación de uniformidad.



La música fue otro factor acertado. Lynn Fainchtein fue la supervisora de la música y quien ya había trabajado en “El Renacido” y “Arráncame la vida”. Su buen trabajo se escucha en las canciones elegidas para acompañar las imágenes, las que consiguen un equilibrio natural. A ello habría que sumar la música creada en exclusiva para la serie, la que estuvo a cargo del compositor australiano Ben Frost, quien logró crear sonidos metalizados, cercanos a lo que traza Hans Zimmer.


En resumen, “Dark” nos ofrece misterio bien planteado, el que consigue verse fresco y original.  No se puede negar que, a pesar de la cantidad de personajes que podrían aburrir a más de alguien, la serie pica en tu curiosidad por ver a qué hora y en qué momento, las piezas comienzan a unirse. Demasiados puntos a favor y una firme candidata a estar entre los mejores estrenos del año.


sábado, 9 de diciembre de 2017

Mis Mejores Capítulos de series (2017)

No fue un año completamente brillante, pero sí que hubo propuestas interesantes y series con historias que nos dejaron episodios inolvidables, con personajes que definieron el rumbo. Ese episodio especial está preparado con antelación, es revisado y reeditado varias veces y suele quedarse en la memoria por la emoción o el quiebre que provoca. Este año hubo varios de ese tipo, acá un breve resumen:

21.Halt and Catch Fire: "Goodwill"
Cuatro fueron los protagonistas de una historia que fue encontrando cada vez más capas y nuevos caminos para sus dinámicas. Este episodio logró la excelencia televisiva luego de mostrar, a través de verdadera poesía audiovisual, el evento más devastador que jamás se habría pensado para la serie. La mayor parte del episodio es sobre el proceso de pérdida, sobre las cosas horriblemente prácticas que ocurren después de que alguien muere repentinamente. No comienza con el funeral, comienza con la necesidad de procesar la masa física de una vida: su ropa, sus muebles, sus estatuas, mientras todos se arrastran por la casa sin saber cómo empezar. Un giro que se convirtió en el epílogo que acercó la historia a su punto final.


 20.Rick y Morty:  "The Ricklantis Mixup"
Burlarse de los preceptos de igualdad y libertad es el fin último de esta serie  que, en su último capítulo, hizo una parodia del mundo. Rick y Morty se preparan para ir a la búsqueda de la Ciudad Perdida de la Atlántida cuando son visitados por sus alter egos, los que tienen una campaña electoral para reconstruir la Ciudadela. Historias paralelas que realizan una crítica social y política sobre una ciudad que tiene sólo dos tipos de individuos: los Ricks y los Mortys, siendo los Mortys ciudadanos inferiores y que viven para complacer a los Ricks. Un episodio lleno de referencias cinéfilas y acontecer político actual, con una crítica ácida al sistema económico, social y político estadounidense.


19.Mr Robot : “eps3.4_runtime-error.r00”
La mitad de temporada tuvo una gran sorpresa, entregándonos más de cuarenta minutos de un despliegue técnico asombroso, gracias al plano secuencia que nos mantuvo en tensión constante. Elliot  se va alternando en planos generales, subjetivos y  contraplanos, mientras analiza el funcionamiento de su cerebro como si fuera un computador, y el cómo ve su rutina diaria como un programa de ejecución automática. Todo está confeccionado de forma maravillosa, desde el primer minuto será una vorágine imparable. Esto crea un gran efecto de tensión, junto con mostrarnos que la estabilidad emocional de Darlene, Elliot y Angela está peor que nunca, con una clara ruptura individual que ahonda en las profundidades humanas y las diferentes formas que tienen de resquebrajarse. 


18. Better Things: “White Rock”
Mezclar elementos del pasado, el presente y hasta lo sobrenatural para crear una mirada absorbente del legado de la familia. "¿Cómo puedes olvidar a alguien que nunca conociste?", pregunta Sam. Son los secretos, las confrontaciones, la aceptación, el dolor y la risa lo que componen la familia, y "White Rock" crea un caso convincente para comprenderlo. A pesar de que Louis CK coescribió el episodio, no hay nada de falso en lo que se cuenta, hay una sensibilidad y una fortaleza ejemplificada en la mujer. Tal vez sea el dolor y la penitencia que comparte la familia  de Sam, o tal vez es solo que las francas verdades de Pamela Adlon impregnan cada centímetro de este episodio. Al igual que su pregunta retórica, el episodio es un tanto paradójico, pero eso es lo que le da todo el poder.


17.Game of Thrones: “Stormborn”
No hubo episodios promedio esta temporada. Todos tuvieron un excelente nivel y este es uno de los que hay que enmarcar, principalmente, por el encuentro entre Arya y Nymeria; es decir, ella cree que es Nymeria, pero cuando el animal sigue su camino ella se da cuenta de que "No eres tú". Momento álgido y de profunda tristeza para la fanaticada. Por otro lado, Sam trata la psoriagris de Jorah, Euron embosca la flota en la que van Theon y Yara y la confirmación de que Daenerys es la protagonista de la temporada, son elementos que dieron poder a esta emisión. Todo quedó bajo la influencia directa de Daenerys y sus acciones, lo que indicaba que los guionistas le iban a meter velocidad y precisión al relato.


16.The Handmaid’s Tale: “ Night”
El cambio de actitud. June está embarazada y sabe que tiene el poder en su vientre. Pero Serena es consciente de esto, por eso decide dejar muy claro hasta dónde está dispuesta a llegar para asegurarse de que el embarazo llegue a término. El cuadro que muestra a June mirando por la ventana ejemplifica que no solo quiere sobrevivir, sino que quiere cambiar las cosas. Maravilloso cierre para una gran temporada, con una de las escenas del año: la de la piedra.


15. Girls: “American Bitch”
El acoso sexual como pocas veces se había tratado. Este debe ser uno de los episodios más ambiciosos de Lena Dunham, porque decidió mostrar un tema tabú en media hora de emisión. Y lo mejor es que no somos conscientes de ello hasta que la pantalla se va a negro, con Rihanna sonando de fondo. Es ahí cuando descubrimos que Hannah fue más Lena Dunham que nunca. ¿Dónde se encuentra el límite del consentimiento?, ¿Es el abuso de poder igual de grave que la fuerza física?. El episodio abordó todas estas preguntas en la confrontación que tuvo Hannah con el novelista Chuck Palmer (interpretado magistralmente por Matthew Rhys), acusado de acoso sexual. El diálogo fue arriesgado y da para debatir.


14.Master of None: “ New York, I love you” 
El capítulo sólo exhibió ingenio, gracia e inteligencia. La idea es confirmar que estas historias que nos trae "Master of None" son posibles, que hay múltiples aventuras mundanas alrededor. Es el capítulo más Woody Allen de la temporada, empezando por la forma en que se mira la ciudad y  su gente, y la manera en que los diálogos se construyeron. Detalles graciosísimos, como la trama de los sordomudos y una mirada divertida sobre los extranjeros que construyen esta ciudad, fueron un ejercicio magistral a la hora de crear interés con historias de personajes anónimos.  


13. Big Little Lies: “You get what you need”
El desenlace de “Big Little Lies” nos dio más de lo que esperábamos. No solamente se revelaron los detalles del misterioso asesinato con el que arrancó la historia, sino que además se nos planteó una fiesta en la que todos los problemas  salieron a la luz. El director y los guionistas del episodio supieron jugar  con la tensión y nuestras emociones. La narrativa fue activa y obligó al espectador a estar muy atento. Y para cerrar con un buen sabor de boca tuvimos un poético epílogo, con todas las mujeres protagonistas en la playa.


12.Game of Thrones: “The dragon and the wolf”
El capítulo funcionó de maravillas y fue un cierre excelente de temporada. Primero, hay que agradecer que cerraran una trama que no funcionaba (la rivalidad entre Sansa y Arya). Y segundo, agradecer los diálogos, los que estuvieron a gran altura, sobre todo el de Cersei con sus hermanos. Estos mensajes expusieron lo lejos que ha llegado  para conseguir sus propósitos y de cómo ya es imposible dar marcha atrás, pero también dejan a la vista sus puntos débiles. Cersei puede odiar a Tyrion, pero es incapaz de dar a la Montaña la orden de matarlo. Por otro lado, es un episodio que demuestra que la esencia de “Game of Thrones” no se ubica tanto las batallas y las escenas espectaculares, sino en la dialéctica, en los movimientos, en la diplomacia, donde cada gesto es digno de análisis.

  
11.Fargo: “Who rules the land of denial?”
Este capítulo es puro “Fargo”. En resumen, Varga creyó tener completo dominio sobre Emmit por lo que se despreocupa, ocasión que es aprovechada por Stussy para escapar de su mansión e ir hasta la comisaría. Este acto nos reenfocó en la temática central del episodio: el juicio de sus personajes. La hora había llegado. Fueron 50 minutos de tensión pura y varios giros. Todo culmina con un clímax gore con la decapitación al agresor, mientras Barner hacía geniales movimientos de cámara cuando acompaña a la pareja huyendo  para, después, voltearse y enmarcar el hacha. Es el ejemplo clásico del humor negro de la serie. La dirección de Mike Barner es excepcional cuando captura la atmósfera densa y peligrosa del lugar, mientras que el director de fotografía, Craig Wrobleski, hace un trabajo fantástico al capturar la belleza del ambiente, manteniendo siempre un tono gris y frío en sus encuadres. Nos acercábamos al final de la temporada (y de la serie, seguramente) y todas las piezas se movían hacia un punto común: el cerco a Varga.


 10.The Handmaid’s Tale: “A woman’s place”
Desde el inicio, la serie deja bien claro al espectador cuál es el nuevo rol de las mujeres dentro de la sociedad de la República de Gilead y hasta dónde están dispuestos a llegar. La protagonista del capítulo es la señora Waterford en el pasado y allí nos sorprende como una mujer de armas tomar, ideando todo este sistema de fecundación. Pero, poco a poco, le fueron arrebatando el protagonismo cediéndoselo a su marido. Serena, entonces, ha sido cómplice de su propia opresión, ha sido víctima y verdugo. Un gran capítulo, donde la amargura y la ironía de este  mundo misógino nos fue restregado en la cara.


9.Feud: Bette and Joan: “And the Winner Is… (The Oscars of 1963)”
La disputa entre Bette Davis y Joan Crawford llegó a su máximo esplendor en este episodio, donde la realidad superó a la ficción. Escrito y dirigido por Ryan Murphy, el capítulo se enfocó en el momento en que todos los ingredientes fueron puestos en función de hacer la historia más intensa, ejemplificando todos los movimientos rastreros que se producen cuando en una relación reina el odio y la envidia. El escenario perfecto fue la entrega de los premios Oscar de 1963, para lo cual el director preparó un capítulo de ensueño para los cinéfilos, realizando un gran trabajo en la recreación de la gala del certamen, entrando en el comidillo de su producción y lo que ocurre tras bambalinas; genial el plano secuencia en el que Joan acompaña al ganador al Óscar a Mejor Director hasta la sala de prensa. La edición, en paralelo, de la escena real y la ficticia de varios pasajes de la entrega de premios, fue reproducida tantas veces en Youtube que ya por eso el episodio sale victorioso. Como punto aparte, hay que señalar que durante la emisión del capítulo, Susan Sarandon posteó en su cuenta de Twitter el recuerdo de que ella y Julia Roberts también fueron víctimas de los rumores de antipatía, por parte de la prensa y de sus propios agentes. 



8.Feud: Bette and Joan: “ ¿Quieres decir que todo este tiempo hemos podido ser amigas?” 
El desenlace de esta ficción de Ryan Murphy nos dejó con los aplausos en las manos y el nudo en la garganta. Escrito por Gina Welch y dirigido por Gwyneth Horder-Payton (gran parte de los episodios, a excepción de los realizados por Murphy y Tim Minear, tuvieron a mujeres detrás de cámara), ya es uno de los favoritos de la crítica porque, junto con destilar la gran reflexión acerca de la amistad en Hollywood, mostró una reparadora ensoñación en la que Joan imagina lo que pudo haber sido su relación con Bette Davis. La transformación emocional de ambas actrices y como lo entregan todo, habla de un gran episodio, de una gran historia.


7.Game of Thrones: “The Spoils of War”
Para muchos, uno de los mejores episodios de la historia de la serie. Hubo imágenes de gran belleza, aunque todo el concepto hablara de apocalipsis. El ejército Lannister desintegrado, Cersei bloqueada en Desembarco del Rey y Tyrion desautorizado, algo inédito y que obedeció a que la química entre Snow y la Khaleesi había aumentado significativamente. Tyrion fue el rey del episodio al vivir uno de los momentos más emocionalmente complejos de la temporada, pues asistió a la batalla visiblemente compungido. Cuando, por fin, había encontrado un lugar en donde desarrollar su potencial, la guerra lo pone en escenario de precaria estabilidad; la destrucción del ejército Lannister es la ejemplificación visual de la aniquilación de sus raíces, lo que le provocó una angustiante contradicción. Por otro lado, Bran avanzó muy despacio en su arco narrativo, el cual ha sido muy esquemático y le permitió a los guionistas total libertad, pues su historia se ha escrito solo hasta la mitad. El retorno a casa de Arya fue otro punto álgido, siendo la escena de la cripta un momento muy emotivo pues, en una inmensa oscuridad, se cruzan las miradas y el abrazo con Sansa. La esperanza y la resistencia. Sensacional.


6.The Leftovers: "The book of Nora"
Es fácil elegir finales para hacer una lista de mejores episodios. Gran parte de la narrativa de la temporada se guarda para la season finale, lo que suele ser  una apuesta segura para la relevancia, la acción y las conclusiones. El final de “The Leftovers” entregó los tres y más. Los  últimos  minutos estuvieron dedicados plenamente a Nora y al final de su lucha por reunirse con sus hijos, tras siete años de sufrimiento. Este episodio reafirmó el hecho de que “The Leftovers” no trataba de el porqué de una desaparición sobrenatural, sino de cómo los personajes de su universo, gente corriente, lidiaba día a día con ese dolor, algo parecido al enfoque que tuvo “The Walking Dead”, en ese aspecto. Cada palabra escrita por Damon Lindelof y Tom Perrotta tienen un significado que es más que un buen final, eso sería disminuirlo. El final fue tan bien escrito y dirigido, que tiene hasta dos interpretaciones: la dicotomía de la fe y la falta de ella, de que puedes elegir creer o no creer. La serie y el final funcionan por igual, con ambas.


 5.The Deuce: "My name is Ruby"
El final de la temporada no solo fue una hora dedicada a Ruby (Pernell Walker), una prostituta que había estado luchando por competir con los nuevos burdeles protegidos por la policía y construidos por la mafia.  "My name is Ruby" es una pieza de época que hace paralelos con la modernidad y le pone rostro a todo lo que la serie venía relevando. En este episodio, terminamos por comprender de dónde viene Eileen (la escena en la que visita a su hermano en el psiquiátrico es devastadora) y también entendemos que tiene talento para dedicarse al porno, no como actriz, sino como directora y productora. Impulsada por una estupenda Maggie Gyllenhaal, Eileen debería ser la fuerza que impulse “The Deuce” de aquí en adelante y el último plano del capítulo lo deja muy claro, al retrotraernos al que cerraba el primer episodio; si en aquél veíamos un pasillo de un hotel de mala muerte, en éste vemos el elegante pasillo de un burdel. El escenario es diferente, pero el contexto es el mismo, solo que más evolucionado.



 4.The Handmaid’s Tale: “ Late” 
Cuesta elegir episodios de "The Handmaid’s Tale" porque toda la serie es una maravilla. Sin embargo, este capítulo es especialmente conmovedor por la terrible historia de Deglen (grandiosa Alexis Bledel), así como por los flashbacks que nos relataron la muerte de los derechos civiles y humanos en este país, que terminará siendo la República de Gilead. Muchos elementos que volvieron fascinante a la serie se unieron en "Late", el último dirigido por Reed Morano, cuyo agudo ojo para la belleza y el terror fueron esenciales para establecer su estética. El episodio hace tanto por conectar los puntos entre lo que consideramos el hoy, y la pesadilla del futuro que se avecina.



3.Master of None: “ Thanksgiving”
Esta serie tiene una inmensa cualidad: hacer grandes reflexiones sobre temas complejos, sin perder la comicidad. Y este episodio fue gran ejemplo. Hubo un notable uso del montaje al mostrar la relación entre Dev y Denise, desde niños, y atravesando diversos almuerzos familiares en el Día de Acción de Gracias. Como la familia de Dev es musulmana, aprovechaba el hogar de su amiga para participar de esta festividad. El capítulo está repleto de guiños que resumen  décadas de momentos cómicos, que hacen de lo incómodo algo divertido. La narrativa entrelaza conversaciones sobre lo que significa ser minoría en Estados Unidos lo que, para Denise, se intensifica por ser gay y de familia negra. La conversación nunca cayó en la trampa del sermón, sino que se mantuvo emocional, cálida y super divertida. 


2.Better Call Saul: “ Chicanery”
Si “Better Call Saul” es el viaje personal del Jimmy McGill en ruta hacia el Saul Goodman sin escrúpulos de “Breaking Bad”, este capítulo es un punto de quiebre irreversible en el personaje. El conflicto con su hermano Chuck, que se venía cocinando desde la primera temporada, terminó por explotar en este episodio, el cual dejó la energía de la serie por todo lo alto. El arco principal se enfocó en la batalla de Chuck por destruir a su hermano y las artimañas que usó Jimmy, propias de “Breaking Bad”, para salirse con la suya. El capítulo está cruzado por detalles propios de BB, siendo uno de los más relevantes el regreso de Huell y su participación en la caída de Chuck. El golpe certero es que allí estaban presentes las únicas personas que de verdad le importan a Chuck: su ex esposa y sus colegas.  Otro giro inesperado se produjo cuando Jimmy decide interrogar a su hermano y el capítulo se eleva en intensidad y emotividad, gracias a tremendas interpretaciones y planos de cámara. Otro punto relevante es la batalla de argumentos entre Kim Wexler y Howard, donde se aprecia el amor-odio que se tienen.
El corazón de la serie siempre ha sido Jimmy y su relación con Chuck; ésta ha moldeado al personaje y gracias a ella hemos aprendido mucho sobre Jimmy (y sobre Saul). Todo eso explotó por los aires. La perfección de este episodio radicó en que solo hubo un conflicto, demostrando que la simplicidad del universo de Vince Gilligan es parte fundamental de su éxito.



1.Twin Peaks : “episodio 8”
De pronto, una serie de televisión estaba haciendo cosas que  se experimentaban en las salas de arte de los ‘60 y ’70. El gran creador  se metía en su propio inconsciente para traer al presente una historia que hilvanaba toda su obra, y se presentaba en la pantalla chica como una explosión de creatividad que nada tiene que ver con lo que se está exhibiendo en la actualidad. David Lynch le muestra un gran respeto al espectador al regalarle  una hora de narración audiovisual de nivel sobresaliente. Con este episodio se empieza a construir, de alguna forma,  un nuevo territorio televisivo al mezclar poesía visual deslumbrante con conmovedor arte del caos y el conflicto. El gran director parte por regalarnos la actuación de Nine Inch Nails, quienes tocan una canción  violenta y oscura, tanto como lo que se viene en el resto del episodio, el cual nos traslada temporalmente a 1945 y a la primera prueba atómica en Nuevo México. Lynch nos metió (literalmente) en el hongo de la explosión, con una seguidilla de imágenes al estilo de “El árbol de la vida” de Terrence Malick . El capítulo equivale al nacimiento del mal, esa es la gran reflexión que nos propone el director en esta hora sublime, donde hay mucho de “Muholland Drive”, de fuerzas destructivas y de los peores instintos de la humanidad.



Y para ti ¿cuál fue el episodio del año de una serie de TV?.

lunes, 27 de noviembre de 2017

American Horror Story: Cult: contra su esencia

Por primera vez, el enfoque del miedo giró al ángulo en el que se conectaron política occidental y control de masas, tomando como pretexto el clima de la elección presidencial y el triunfo de Donald Trump. La premisa de “Cult” fue que lo que ocurre en la realidad causa más terror que las historias sobrenaturales, sin embargo, hubo algo que los creativos olvidaron en el camino.


Cada temporada de AHS ha dado indicios de estar frente a una gran historia. Jugar con el miedo, en sus distintas manifestaciones, ha sido el caldo de cultivo para excelentes pasajes, sin embargo, así como han sido buenas las premisas, también han sido varias las ocasiones en las que Ryan Murphy y Brad Falchuk  destiñen más que aciertan.  Y esto se grafica claramente en “Cult”.
¿Cuál era la personificación del miedo?, Kai, una personalidad que solo era comparable a la de los psicópatas de “Mindhunter”; por otro lado, ¿Cuál era la componente psicológica? el clima político enfervorizado, el cual correría por un carril distinto al que hubiéramos esperado. En el primer episodio, “Election Night”, se nos presentaron los personajes principales en el juego de la división de América, la de Hillary y la de Trump, pero ejemplificándola a una escala menor; es allí donde conocimos a Ally (Sarah Paulson) cuya reacción a la victoria de Trump es tan negativa que agrava su inestabilidad mental y potencia sus fobias. Y, aparentemente, en el otro lado, está Kai (Evan Peters) dispuesto a transformar toda la ciudad con su discurso americanista radicalizado; justamente, este personaje es quien lleva en sí mismo el slogan de Trump de “make América great again” y, para llevar la frase a la práctica, se va haciendo de discípulos dispuestos a morir por él.


Todo iba relativamente bien hasta el cuarto episodio. Había desesperación, inestabilidad, un matrimonio lésbico con un niño concebido en fertilización, asesinatos macabros, payasos terroríficos, mucha sangre, sin embargo, la trama comenzó a caer en el aburrimiento, los crímenes se repetían, los discursos fanáticos aumentaban y la estética se tomaba la serie. Así, vimos a Evan Peters interpretar a Andy Warhol, en un episodio dedicado a Valerie Solanas; también hizo de Charles Manson en el dedicado a los asesinatos de su secta, y otros más también aparecieron; si bien pudo ser interesante este repaso de grandes asesinos en serie, cada uno visto por separado y tomándose medio episodio, no aportó gran cosa a la trama ni a su desarrollo, ni al carisma de ninguno de los personajes centrales. Este fue uno de los errores de la temporada, el no trabajar correctamente el perfil de los personajes.
Destaquemos lo bueno. 
Lo mejor de la temporada fue Evan Peters, el que ha demostrado, una vez más, todo su potencial dramático. Gracias a él la temporada tuvo algún significado. Sarah Paulson, por su lado, estuvo en la vereda de enfrente sufriendo al principio pero construyendo en secreto su otra personalidad, la que veríamos al final. Del resto, se rescatan algunas interpretaciones pero esta dupla fue la que más luchó por dar coherencia a una trama que se desdibujó y que nos hizo extrañar mucho a Jessica Lange. ¿Y el cierre de la historia? Fue lo más extraño.

Los dos capítulos finales fueron a toda velocidad, intensos, matando los minutos, como si todo debiera resolverse lo más pronto posible. Y la escena final, verdaderamente, fue para  la risa. Las elucubraciones que hablan de una posible líder feminista camuflada en el universo que Kai buscaba liderar, no se sostienen. La conclusión es que los guionistas no supieron cómo cerrar, porque la historia se les había ido de las manos. 
Lo lamentable, es que AHS entró en una espiral en la que, realmente, nunca se sabe qué esperar. Esto ha ido ahuyentando a la fanaticada que la glorificó en sus excelentes primeras temporadas y que ha soportado estoica y paciente lo que ha venido después. “Cult” se ubica por debajo de “Roanoke” y no está en el podio de lo mejor que ha hecho Ryan Murphy.

martes, 21 de noviembre de 2017

Alias Grace: artista del engaño

Grace es la protagonista de otro potente drama histórico, el cual se ancla en el realismo y en ejuiciar las bases de una sociedad patriarcal. No está a la altura de “The Handmaid`s tale”, pero si enganchaste con ésta, la propuesta de Grace te gustará igual porque es más que una serie de mujeres, es una historia de maltratos contada por una artista del engaño, pero eso nadie lo sospecha al mirar los ojos de la desdichada protagonista.

No es casualidad que “The Handmaid’s tale” sea una de las series más reveladoras del año. Además de sus méritos técnicos y actorales, fue importante por la dura crítica feminista que destapó. Pero Margaret Atwood, autora d ela novela, tenía otro as bajo la manga, el cual se enfocaba en el género de ficción histórica. En “Alias Grace”, Atwood narra el caso real de Grace Marks, una inmigrante irlandesa que llegó a Canadá en el siglo XIX y que, a los 16 años, fue condenada y encarcelada por el asesinato del ama de llaves de la casa en la que trabajaba como criada, una diferente a las de “The Handmaid’s tale”, pero cuya vida también estaba marcada por las carencias. Con todo esto, habrá quien piense que es otra serie feminista utilizada como vehículo de denuncia, pero la propuesta se evade de los discursos y deja que los personajes hablen por sí mismos, siendo ese un punto extraordinariamente logrado, porque es ahí donde el personaje principal ejerce un efecto casi de hechizo.
Son seis episodios, los que se podrían dividir en dos partes: los cuatro primeros, donde Grace cuenta su vida, y los dos últimos, en donde la serie da un vuelco y se transforma en un thriller que va mostrando sus capas, gracias a una estructura flexible. De esta forma, se afinó muy bien la ambigüedad del relato de la asesina, logrando que la pregunta típica de si es inocente o culpable se vuelva entretenida, un puzzle, y no un accidente.

Grace
¿Se dejó arrastrar a los crímenes por el otro empleado de la casa?, ¿O era ella quien manipulaba los acontecimientos?.
Grace es un gran personaje, súper complejo, con una personalidad llena de capas que se irán develando. Sarah Gadon captura todos los matices de su personaje y su narración es tan magnética que consigue transmitir toda la manipulación que requiere la construcción de la historia. Otro punto logrado son las escenas con el Dr. Jordan, las que nos hacen la pregunta constante de sí puede haber alguna química amorosa entre ambos; esos momentos son necesarios para mostrarnos  la clase de mujer que la sociedad de la época pudo moldear. Reitero que la miniserie gana en los dos últimos capítulos, que pasan de ser una descripción del papel a ser un thriller, porque ahí es cuándo empieza a apostar sobre la inocencia o culpabilidad de Grace.
Sarah Gadon, al contrario del insulso papel que tuvo en “22-11-63”, se desdobla en habilidades, hipnotizando con su mirada entre inocente y malvada. Por otro lado, muy bien estuvo Anna Paquin, en su mejor interpretación tras “True Blood”.



Otros puntos fuertes:
  • Rebecca Liddiard (Mary Whitney). Es un personaje vital en la vida de Grace porque la inspiró y significó su despertar a muchas realidades. Sus escenas juntas son notables.
  • El reparto. Destacan el director David Cronemberg, como el Reverendo Verringer; Edward Holcroft como el Dr. Jordan; Anna Paquin, como Nancy y Zachary Levy, como Jeremiah.
  • Los seis episodios fueron dirigidos por Mary Harron. (“American Psycho”), quien además fue productora y trabajó codo a codo con la adaptadora. Visiones femeninas que, finalmente, permitieron la redención del personaje, tal cual quería la autora de la novela.
  • Producción: si bien no tiene los niveles  de “The Handmaid’s tale”, cuenta con momentos muy inspirados y bastante brutales, efecto que se apoya con el montaje.
  • Relato en primera persona: la voz en off nos permite acceder a los pensamientos de Grace, los cuales contradicen, en ocasiones, sus acciones, pero nunca pierde el tono crítico y reflexivo.
  • Femme fatale: podemos concluir que todos los hombres que pasan por la  vida de Grace se enamoran de ella, ya sea por lástima, por su pasado o por su presente. Inocente o culpable, Grace era tan fuerte y mental que terminaba siendo una advertencia contra los hombres, porque por toda su historia era incapaz de enamorarse de ninguno. 




Una serie muy cerebral, un retrato de época fiel, un relato personal extremadamente agudo. En seis episodios, encontrar velocidad narrativa, reflexión y actuaciones que dan en el tono, no es fácil, sumámdose a la lista de grandes producciones realizadas este año. Incluso, esto nos hace olvidar que, para variar, no quede claro si Grace es la asesina, más bien, el guion la deja como una femme fatale con apariencia de desdichada, totalmente hipnótica. La historia es fascinante y es un gran true crime, de los mejores vistos en años.