miércoles, 23 de diciembre de 2020

Mejores episodios de series en 2020

24.Sex Education: episodio 07

Guion: Laurie Nunn

Dirección: Ben Taylor

Las protagonistas se embarcan en la tarea de encontrar puntos en común entre ellas, y a raíz de un incidente que afecta a Aimee, todas sus compañeras solidarizan y recuerdan algún trauma relacionado a temas de género. Es la actualidad, es la ejemplificación de la hermandad que produce, incluso entre mujeres  diferentes, algún tema relacionado al abuso. 

23.Ramy: Episodio “They”
Guion: Maytha Alhassen, Ryan Welch y Ramy Youssef

Dirección: Cherien Dabis

Odio a las diferencias y el temor a ser extranjero en el Estados Unidos de hoy. “Estoy aquí para quedarme, perra”, debe ser una de las frases seriéfilas del año. 

22.The Umbrella Academy: episodio "743"

Guion: Bronwyn Garrity & Robert Askins

Dirección: Amanda Marsalis

Se cerraron las tramas secundarias dejándonos preparados para el gran final. Vimos  varias revelaciones y sacrificios importantes, el apocalipsis se evita, Hargreeves revela su verdadera naturaleza y los policías van de viaje en el tiempo. Ver a los hermanos juntos es un punto muy a favor, junto a la extraordinaria narrativa que logra. 

 

21.BoJack Horseman: Episodio “Nice While It Lasted”
Guion: Raphael Bob-Waksberg

Dirección: Aaron Long

La serie empezó como una comedia, pero acabó siendo algo más. La despedida solo da lugar a los verdaderos protagonistas para un cierre agridulce, con alta  emocionalidad, como lo fue el último lote de capítulos, algo distantes del planteamiento inicial y abocados a experimentar con el espectador. La escena final se refiere a lo que podría haber sido esa historia en otro mundo, porque la vida es complicada y siempre puedes arruinarlo, pero siempre puedes mejorarlo. Pocos programas lo entendieron tan bien.

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20.Killing Eve: Episodio "¿Are You From Pinner?"

Guion: Suzanne Heathcote
Dirección: Shannon Murphy

Observamos con  profundidad la complejidad del personaje de Comer y conseguimos despegar las capas de Villanelle, para entender cómo se transformó en la mujer que es hoy. En este capítulo  confronta sus sentimientos, claramente conmocionada, al borde de las lágrimas, buscando encajar en esa familia. Toda esta experiencia puede cambiar su futuro.

 

19.The Good Place: episodio “Whenever You’re Ready”
Guion: Michael Schur

Dirección: Michael Schur

El cierre deja una sensación de satisfacción. Michael Schur despidió esta comedia por la puerta grande, concluyendo de manera impecable cada una de las historias y con la certeza de que todo va a estar bien. El final de la serie trató sobre lo que sucedió después de que realmente vivieras en el paraíso y hubieras hecho todo lo que querías, haciendo las paces y logrando relaciones prósperas. Ese fue el proceso de dejarse llevar y convertirse en una “ola que regresa al océano”.

 

18.The Boys: episodio   "What I Know"

Guion: Rebecca Sonnenshine

Dirección: Alex Graves

Si esto hubiera sido lo último del programa, habría sido suficiente para mantener a raya cualquier angustia. Los escritores de televisión deberían estudiar el guion de este capítulo porque así se hace un final de temporada:  resolviendo  la gran incógnita del primer episodio, cerrando varios arcos de personaje, y en otros, para abrir nuevas posibilidades para una serie que va a evolucionar. 

 

17.I May Destroy You: episodio “Social Media Is a Great Way to Connect”
Guion: Michaela Coel

Dirección: Michaela Coel y Sam Miller

Sin duda, una de las ficciones autorales más importantes del año. En este episodio vemos la relación enfermiza de Arabella con las redes sociales, tras convertirse en una suerte de referente para los sobrevivientes de la violencia machista. Pero toca fondo y toma conciencia de cómo la cultura del escrache, el doxing y las “cancelaciones” se han convertido en un arma de doble filo.

16.What We Do In The Shadows: episodio “On the Run”

Guion: Stefani Robinson
Dirección: Yana Gorskaya

Uno de los episodios de televisión más divertidos del año, es una sacudida de diversión  muy necesaria. La presencia de Mark Hamill le agregó carácter, convirtiendo todo en una gran broma. Y la actuación de Berry lo deja en un canon de comedia excéntrica, increíblemente inteligente, con  todos los elementos de una película de terror y, sin embargo, muy mundana.

 

15.Lovecraft Country: episodio “Sundown”

Guion: Misha Green

Dirección: Yann Demange

Fue el programa más ambicioso de 2020. Jugó con elementos del terror y ciencia ficción mientras mezclaba lecciones de historia que comparaban el racismo de los años ’50,  con los disturbios civiles de hoy en Estados Unidos. Este debut fue uno de los  más macizos de una serie durante el año, una declaración que establece personajes y resplandece a través de los puntos de la trama. Lovecraft creó sus historias para que otros autores las expandieran y usaran los conceptos de terror cósmico que lo caracterizaron, y este punto de partida nos adentró en un viaje alucinante.

 

14.Devs: episodio: 01

Guion: Alex Garland

Dirección: Alex Garland

Otro de los pilotos del año. Ciencia ficción,  filosofía, física cuántica, una historia de amor, las empresas y un supuesto crimen. A lo largo del episodio todo esto se junta en gran equilibrio,  y disparan el universo de la serie hacia lo impredecible.

 

13.The Crown: episodio “The Hereditary Principle”

Guion: Peter Morgan

Dirección: Jessica Hobbs  

La familia real esconde un secreto dramático y Helena Bonham Carter realiza un trabajo admirable abordándolo; acá profundiza en la depresión de su personaje y expresa emociones que traspasan la pantalla.

 

12.Mrs. América: episodio “Houston”
Guion: Dahvi Waller

Dirección: Janicza Bravo

La lucha por frenar la enmienda por la igualdad de derechos de la mujer tuvo su clímax en este episodio, donde ambos grupos de mujeres se enfrentan. Una gran construcción narrativa que comienza con un viaje en auto y atraviesa hoteles repletos, entrevistas incómodas, drogas con desconocidos, y un viaje interior que termina cambiando por completo al personaje de Sarah Paulson.


11.The Good Fight: episodio “The Gang Deals with Alternate Reality”

Guion: Robert King and Michelle King
Dirección: Brooke Kennedy

Magistral. Este capítulo fue una  recreación bizarra del piloto de la serie, donde todo ocurre en un mundo donde Hillary Clinton ganaba las elecciones en 2016. En una hora alucinante, el programa explora lo que podría haber sido y las consecuencias no deseadas de la victoria de la ex candidata del Partido Demócrata. “The Good Fight” continúa siendo una terapia de grupo.

 

10.Devs: episodio 8

Guion: Alex Garland

Dirección: Alex Garland

Este final articula hábilmente el determinismo del programa, y deja abierta la pregunta de cuánto de nuestro destino reside en nuestras propias manos. También tiene un aura bíblica, con imágenes sorprendentes, alusiones a Cristo e incluso algo que se asemeja a la vida después de la muerte.

 

9.I May Destroy You: episodio "Ego Death"

Guion: Micaela Coel

Dirección: Micaela Coel y Sam Miller

El clímax llega cuando Bella se da cuenta de que su trauma no la dejaría, a menos que ella lo hiciera irse. El final termina con un jardín en crecimiento, la lectura de un libro y una inhalación de aire. Un compromiso con la honestidad.

 

8.The Mandalorian: episodio "El Mariscal"

Guion: Jon Favreau
Dirección: Jon Favreau

Minutos  que mostraron a la serie en su máxima expresión: vinculación con la tradición “Star Wars” (la armadura de Boba Fett), usando una combinación de efectos y CGI (el dragón de arena), inclusión (los Tusken usan un lenguaje de señas que no se tradujo en los subtítulos), referencias a la cultura pop (Olyphant ha interpretado a un mariscal en otras series) y, por supuesto, el fuerte vínculo entre Mando y Grogu.

7.Euphoria: episodio: “Trouble Don’t Last Always”

Guion: Sam Levinson

Dirección: Sam Levinson

Íntimo y honesto ejercicio en el que abandona su histrionismo característico, para  trasladarnos a uno de los capítulos más terrenales. Un episodio difícil y poco  esperanzador, una mirada hacia el oscuro interior de estos personajes marcados por las adicciones.

 

6.Gambito de Dama: episodio "Endgame"

Guion: Scott Frank
Dirección: Scott Frank

El resultado nunca está en duda, pero el viaje es sumamente gratificante. Hay emociones por montones, desde Beth ganando la admiración de su ídolo, hasta todos sus amigos saltando al teléfono ante su última jugada. Ahora, en el top del mundo, debe encontrar nuevos rivales, partiendo con los rusos que disfrutan de un juego en plena calle. Si ya lo ganó todo ¿se acaba el desafío?, lo único que sabe Beth es que quiere seguir jugando.

 

5.Better Call Saul: episodio “Wexler vs. Goodman”
Guion: Thomas Schnauz

Dirección: Michael Morris

En este ejercicio brillante de escritura de guion, quedó plasmado que el camino iniciado por Jimmy no tiene retorno; además, nos lleva por distintos estados de ánimo, pues pasamos de las risas por los videos con falsas acusaciones a Mesa Verde, hasta las lágrimas con el verdadero Wexler vs Goodman. La discusión en casa y, finalmente, una propuesta de matrimonio nos dejaron atónitos, buscando respuestas en los créditos. Aplausos para Rhea Seehorn, quien una vez más estuvo soberbia. 


 4.Dark: episodio "Vida y Muerte"

Guion: Jantje Friese

Dirección: Baran bo Odar

La tercera temporada fue un deleite de episodios alucinantes , pues había que cerrar todas las historias y ciclos. Pero uno que destacó fue "Vida y Muerte", porque sacó a los personajes centrales de la narrativa y nos sorprendió con dos actos de brutalidad: La violencia entre Katharina y su madre, y la joven Elizabeth, que evolucionó hasta convertirse en una dura guerrera del futuro.  



3.The Mandalorian: episodio "El Jedi"

Un verdadero regalo para todos los que se preguntaban si la historia de Din y Baby Yoda continuaría sin vincular su aventura con algo de la mitología “Star Wars” . Esta entrega arrojó una información tras otra y cambió el juego para los espectadores. Influencias occidentales y samuráis sostienen visualmente el episodio, el cual fue un paso adelante hacia una versión muy diferente de Grogu y que, incluso, es posible que no nos guste en quién se convertirá. 


2.Better Call Saul: episodio "Bagman"

Guion: Gordon Smith
Dirección: Vince Gilligan

En una temporada llena de momentos memorables, este episodio se lleva el podio. Vince Gilligan sacó del sombrero tiroteos de alto octanaje, tensos enfrentamientos cara a cara y su inclinación por la comedia negra. Un giro desértico, del tipo “Pine Barrens” de “Los Soprano” , donde “Bagman” se torna de gran trascendencia, por lograr  introspección y explosión. Aquí es cuando las historias separadas de este show comenzaron a colapsar y se siente que el final está cerca.



 1.Perry Mason: episodio 8

Guion: Rolin Jones, Ron Fitzgerald & Kevin Hynes

Dirección: Tim Van Patten

HBO estableció una trama en la que el experimentado investigador también llegaría a ser  abogado. A muchos preocupó que este Perry Mason repitiera los  “momentos” melodramáticos que hicieron famoso a la saga de los  ' 50. Eso estaba bien en ese entonces, cuando la televisión se basaba en dramas desechables, pero las audiencias de hoy exigen más. Y este episodio lo refrenda con momentos bien construidos, profundos y de redención, como cuando Perry obligaría magistralmente al detective asesino a admitir los hechos, o cuando Hamilton Burger se pone de pie obligándolo a salir de su plan engañoso. La  dirección fantástica de Tim Van Patten y la producción de primer nivel,  cierran la historia como una gran orquesta en su noche de clausura. Ahora sabemos que Perry se adentrará en un nuevo terreno, y con el enfoque maduro de la narración, nos ayudará a distinguir la nueva serie de las pasadas. Eso y contar con Matthew Rhys , hace que valga la pena ver cada episodio. Y qué decir de la gran Juliet Rylance, la que se está preparando para robarse todas las escenas la próxima temporada. ¿Della Street en la Facultad de derecho? Vamos con eso!.





domingo, 20 de diciembre de 2020

Mejores series de 2020

 La naturaleza de este blog es hacer listas de fin de año, lo que es muy difícil considerando lo explosivo de la oferta y que ya no todo está en Netflix. Con un año atípico, donde la tragedia del cine logró un auge de la televisión y el streaming, le sacamos brillo a la libreta que, durante todo el año, anotó nuestras (in) certezas sobre la gran cantidad de propuestas que consumieron nuestro tiempo. Con esa información haremos un balance del querido, esclavizante, pero imprescindible mundo de las series en 2020.

 

21.“The Plot Against America”

A la cabeza están David Simon y Ed Burns y la componen seis buenísimos episodios protagonizados por Morgan Spector, Zoe Kazan, Winona Ryder y John Turturro.  Una notable producción contando una ucronía familiar increíblemente sólida, a la vez que consciente de lo difícil que es, en un momento de cambios, tener una perspectiva panorámica de los hechos.

20.“Tales From The Loop”

La nostalgia, lo vintage, está a la orden del día, y por eso la serie funciona, porque conecta con aspectos de nuestra infancia. La preocupación por el paso del tiempo puede ser aterradora, por lo cual, el aura de esta serie es muy “Black Mirror” pero despojada de ese pesimismo sobre la tecnología, y también tiene algo de “The Leftovers”, por la cantidad de temas que hace reflexionar. Muy interesante.

19.“We Are Who We Are”

Luca Guadagnino filma increíble. Y aquí nos lleva de regreso a Italia con este drama adolescente sobre el amor, la búsqueda de la identidad propia y el camino a la adultez, mostrando lo que rodea a las etiquetas en torno a la orientación sexual. Su gran riqueza de contenido se afirma en un gran elenco y la puesta en escena de Guadagnino, tan  chispeante como pausada.

18. “Sex Education”

Tras una primera temporada notable, se apreció una evolución dentro de la propia narrativa, donde cada personaje creció en su escritura, interpretación y profundidad. Es una de las mejores series de adolescentes en la actualidad y presenta una forma única de tocar temas tan importantes, como la sexualidad y la salud mental. 

17.“Giri/Haji”

Familias que son un lío, expiaciones, redenciones del pasado, del dolor, de la soledad. Es un thriller policial archi visto, pero que está bien hilvanado en una fusión londo-japonesa y que deja un agradable sabor, después de conocer la ruta que recorren sus 5 protagonistas. 

16.“Devs”

Alex Garland en su forma más accesible, pese a que esta propuesta tiene rasgos definitorios de su obra: su obsesión con el transhumanismo y la tecnología aplicada a conocernos a nosotros mismos. Esta serie es una atrapante mezcla de filosofía y ciencia ficción, mientras reflexiona sobre cómo se cuentan las cosas en televisión.


15.“The Crown”

Top 5 absoluta en cada ranking, pero este 2020 baja de la cima porque, a pesar de desarrollarse en una época más actual, se tornó más lineal y poco sorpresiva. Si el año pasado fue la temporada del Príncipe Carlos, esta temporada fue la de las mujeres: Princesa Diana y Margaret Thatcher y cómo las dos tenían una lucha de poder con la monarca. Tiene un tono más reflexivo que las anteriores, sin embargo, sigue siendo de lo mejor que hay para degustar.

14.“Lovecraft Country”

De las mejores series de terror y ciencia ficción del año, a pesar de no ser una serie sobre Lovecraft, sino una inspirada en un libro y que juega con el nombre y creaciones del escritor. Sus libros existen en la ficción que propone este viaje lleno de racismo, monstruos y universos paralelos, y todo con un increíble vestuario de los años ’50.

13.“Westworld”

Una de las series estrella de HBO y que trasladó la acción al mundo abierto, para contar cómo los androides, ahora conscientes de su verdadera naturaleza, tratan de tomar el control. Dejó de ser un western de ciencia ficción para convertirse en un thriller futurista, en la línea de “Blade Runner”. La principal pregunta que planteó es si la amenaza de una revolución de las máquinas es importante, en un mundo donde se han desdibujado las fronteras entre los humanos implantados y las máquinas con conciencia artificial. Es la falta de certezas sobre quién es quién.

12.“The Last Dance”

Gran visionado sobre Michael Jordan y la mejor generación de los Chicago Bulls. Es emocionante en cada capítulo, en cada entrada en las distintas épocas de Jordan y el resto de estrellas. Muy bien editado, en forma de thriller, genera tensión en el espectador que mira cada partido como si fuera el último. El material de archivo es una locura, son imágenes que perpetúan una era de oro, lo cual es refrendado con entrevistas a los héroes de aquellos días. 

11.“I May Destroy You”

Serie dura pero necesaria. Originada en su propia experiencia, Micaela Coel escribe, crea y protagoniza una obra sobre el leve recuerdo de lo que ocurrió una noche. A raíz de esta experiencia nos encontramos con una magnífica y concienzuda exploración sobre la sexualidad y el consentimiento. Es una serie de temática importante porque pone sobre la mesa el tema de la cultura de la violación y el abuso sexual.


10.“Mrs. America”

Una crónica de la lucha por la aprobación de la ERA en el Estados Unidos de los ’70. Con un inmenso reparto y una dirección de arte y fotografía que refuerzan el mensaje, vamos conociendo dos luchas de mujeres: una por conseguir una carrera política y otra, por clavar la bandera de los derechos de la mujer. Puede parecer que el tema es el feminismo, pero no se queda solo en la ERA, sino que aparece el juego político por detrás de la lucha. Pero hay que decir que Schlafy no sería conocida sin la ERA y que el grupo feminista merecía mayor tiempo en pantalla y mayor desarrollo, pues el guion se dedica demasiado a defender a su protagonista. 


9.“Gambito de Dama”

La serie más vista en la historia de Netflix, es protagonizada por una atrapante Anya Taylor-Joy, quien puso de moda al ajedrez. Ella carga con todo el peso del guion, en una historia de tremendo  buen gusto. Trata de manera adecuada el problema de la adicción, moviéndose en una recreación de época absolutamente exquisita. Por otro lado, está excelentemente narrada y esquiva los estereotipos de los niños prodigio, proporcionando un ritmo que no se toma ni un respiro.

8.The Mandalorian”

Aclamada por los fans del universo “Star Wars”, la segunda temporada de la serie protagonizada por Pedro Pascal, por fin nos contó detalles sobre Baby Yoda, su pasado y su posible conexión con los villanos de la saga. Mando y Grogu siguieron su odisea espacial, mientras recorren un universo cada vez más conectado con la franquicia madre. Podríamos decir que fue el mejor western del año y lleva la filosofía al límite, al convertir en éxito una serie protagonizada por un enmascarado y un muñeco sin líneas de diálogo. Sin embargo, estos personajes tienen sustancia y los directores de cada episodio, dieron en el clavo con los puntos de vista de lo que debe tener un verdadero producto “Star Wars”.

7.“El Colapso”

Innovadora. Una serie antológica de ocho episodios filmados en plano secuencia que aborda el cómo sería el colapso de nuestra civilización, y con esa premisa, los directores prevén un conjunto de situaciones que podrían suceder en diferentes lugares y distintas clases sociales.  El reparto ofrece interpretaciones correctas ante un rodaje agotador, pero  lo que más queda son las reflexiones incómodas, aunque necesarias, que parecen golpes al mentón debido a las circunstancias que se ven en pantalla. A nivel técnico es magistral. 


6. “I Know This Much Is True”

Son 6 horas difíciles, de hecho, nadie podría verla en modo maratón sin quedar desarmado. En ese aspecto, Derek Cianfrance no afinó completamente el guion, pero podemos echarle la culpa al confinamiento, a los miles de muertos en el mundo, al cambio rotundo de nuestras vidas el que, a muchos espectadores, no les va a permitir apreciar completamente el desarrollo de la historia. “I Know This Much Is True” está bien dirigida y esplendorosamente bien actuada. 

5 “My Brilliant Friend”

Podría parecer solo la historia de una amistad, pero es mucho más que eso. Los espectadores somos como un alma desvariada que acompaña a estos personajes, llenándonos con esos sentimientos que emanan de sus excelentes caracterizaciones. Las guionistas Elena Ferranta, Laura Paolucci, y Francesco Piccolo junto al creador Saverio Costanzo, hacen un bellísimo trabajo mostrando diálogos coherentes, profundos y simples, como si fueran las voces sabias de nuestros abuelos. La serie es un producto de calidad, que le hace total justicia a la icónica novela en la que está basada, gracias a su increíble fotografía, música y actuaciones intensas y llenas de humanidad de sus dos protagonistas y en las distintas etapas de sus vidas. 

4.“Better Call Saul”

Brillante. Ese es el concepto con el que nos hemos quedado tras el visionado de la temporada 5. Cada vez más cerca del tiempo de “Breaking Bad”, esta sesión se dio el lujo de deslumbrar en su lenguaje visual, giros dramáticos y crecimiento de sus personajes, todo en una armonía tan bella que ya acumula puntos por sobre su serie madre. Tiene al menos, 3 episodios sublimes, por sobre la media, y a una pareja que pareciera estar a punto de enfrentar complejísimas decisiones.

3.“Unorthodox”

Intensa, emocional, y que logra jugar con los ingredientes de la historia real en la que se basa. Es una historia singular que nos habla del derecho de tener voz propia. El drama es cruzado por la religión, la fe, y por la actuación extraordinaria de Shira Haas, al captar con precisión la dualidad de su personaje (fragilidad y fortaleza). Anna Winger (“Deutschland '83”) tomó las memorias de Deborah Feldman y las llenó de espíritu, superación personal y maduración.

2.“Dark”

Con un guion complejo, Netflix corrió el riesgo con la serie alemana que descolló por presentar un puzzle perfectamente hilvanado y contado en pocos episodios. Algunos piensan que escoger ser tan enredado es, a la vez, ser poco original, pero hay que reconocer que toda la historia estuvo bien llevada gracias a un equipo de guionistas que se la jugó por mezclar elementos de la física con la filosofía, junto a un casting escogido al dedillo; todo esto, logró una coherencia tan notable para un final que aclara que el sacrificio por los otros siempre será la solución al acertijo de la vida. Distintos tiempos, distintos mundos. Luz y oscuridad. Shakespeare y Einstein y, en el centro de todo, una trágica historia de amor de dimensiones épicas.


1.“Perry Mason”

HBO toma al mítico abogado de los años ‘50 y lo muestra más joven, desaliñado y atormentado. Esta caracterización despoja a Perry Mason de cualquier excelencia y hace el parangón con los antihéroes de hoy, como podría ser un Tony Soprano, Don Draper o Walter White. Encarnado por un magnífico Matthew Rhys, la serie se desarrolla en una escenografía en total tributo al cine negro, manejando sus elementos sustantivos con elegancia, sobre todo las secuencias nocturnas, los colores tenues y ese retrato de los bajos fondos de Los Ángeles. Juliet Rylance está apoteósica como Della Street, personaje que salta del rol secundario que siempre tuvo en la serie original, para transformarse en la mente maestra en la sombra. Lo que define a este nuevo Perry Mason es la turbulencia que arrastra en su interior, algo común en las ficciones de HBO a partir de “True Detective”, cuyo creador fue el primero al que se le encargó este proyecto y, en varios momentos del relato se perciben sus huellas. Seis décadas después, los hombros erguidos de Raymond Burr se comprimen en el perfil de Matthew Rhys para desarrollar una serie oscura, sórdida y bella en lo estético, con mucho aire melancólico gracias a la partitura de Terence Blanchard. Con estos elementos, se aleja del Mason de CBS, en alianza con Timothy Van Patten, un favorito de HBO y colaborador en “Boardwalk Empire”, “Los Soprano” y  “Game of Thrones”. Su firma es una pista más de que estamos ante una de las grandes apuestas del canal, y así lo ratificó la audiencia de 8 millones de espectadores que tuvo su capítulo estreno.



sábado, 12 de diciembre de 2020

The Mandalorian, temp 2: hacia una nueva era

Luego de una primera temporada que levantó nuestros espíritus, la temporada 2 de “The Mandalorian” continuó la línea y pisó igual de fuerte, dispuesta a situarse como uno de los mejores productos derivados del universo “Star Wars”. La tarea de Mando por encontrar al clan guerrero más reservado de la galaxia ha sido difícil, tanto así, que lo llevó a terrenos desérticos y a otros llenos de niebla, mientras hacía  incómodas alianzas y encontraba personajes de total referencia al universo.

No se necesita ser un completo conocedor del universo cinematográfico de Star Wars para disfrutar The Mandalorian, la propuesta más concisa que ha presentado la plataforma Disney+, y que gana adeptos por doquier. Sin miedos ni complejos, se plantea como una serie espacial que se desarrolla en un tiempo lejano al creado por George Lucas, pero que su concepción la presenta como una historia independiente que conecta con algunos acontecimientos expuestos en la historia principal. “The Mandalorian” ha sabido posicionarse gracias elementos bien conjugados, como contar, de manera contundente y rápida, las aventuras de este caza recompensas con una misión  compleja y, por otro lado, el que sus co-creadores Jon Favreau y Dave Filoni hayan dado un giro al western, lo que produjo una sensación de serie áspera, pero fresca y reconociblemente Star Wars.

Pedro Pascal ha sido el estoico hombre de honor que carga  el casco,  mientras su camino fue recorrido haciendo guiños a la Fuerza y estableciendo esta historia tipo padre-hijo, con un ser inventado y que se llevó todos los flashes: Baby Yoda. Así, esta segunda temporada era esperada para conocer cómo nos iban a seguir contando este viaje, para lo cual la producción de Luscasfilm estableció aciertos interesantes en la rotación de directores: la mirada de Dave Filoni, Jon Favreau, Peyton Reed, Rick Famuyiwa (perfecto para cualquier cosa “Star Wars”), Robert Rodríguez (dirigiendo el episodio final) y hasta  el actor Carl Weathers (sí, Apollo Creed) que interpreta al ex magistrado Greef Karga. Cada uno jugó con los mismos elementos, basándose en ir entrando en terrenos añorados por los fans del universo y adjuntado a cada escena, un trabajo escenográfico y argumental de calidad.

Los guiños al universo expandido  fueron de alta valoración en esta temporada, resaltando, además,  los regresos de algunos queridos personajes. En ese sentido, Ahsoka Tano ya no es la  adolescente de “The Clon War”, sino una jedi entrenada que nos deleitó con  revelaciones muy interesantes sobre la trama principal. También supimos que baby Yoda tenía nombre y que fue  rescatado del templo jedi tras el golpe de Palpatine. Esto, por supuesto, nos lleva a preguntarnos muchas cosas y las especulaciones están a la orden del día. ¿Cómo nadie se fijó en un niño tan parecido al maestro Yoda?, ¿Cómo consiguió escapar de Darth Vader?. Otra aparición que nos tenía preparada la serie, fue la del gran Almirante Thrawn, un nombre que recordarán los fanáticos más antiguos de “Star Wars”. O el de Boba Fett, con ese  genial  diseño de  armadura y cómo lo  aprovechó la producción haciéndole luchar al lado de los buenos. Otros personajes se agregaron con total acierto, como el mariscal, el cual interpreta Timothy Olyphant de forma ganadora;  Moff Gideon no se quedó atrás y desplegó tantos Stormtroopers como Dark Troopers fueran necesarios para capturar a Grogu, sin contar la dolorosa  destrucción del Razor Crest.

Muchas escenas en exterior, mucho espacio y tensión propia del western más cuidado. La foto, el trabajo de las criaturas y la dirección de los episodios rayó a muy buen nivel. Disney y Lucasfilm están invirtiendo muchos recursos en este show y así es como nos han presentado  una producción  elaborada, con aventuras  convincentes e incorporando elementos casi medievales: caballeros con armadura, un temible dragón,  la parábola bíblica, Mando en el vientre de la ballena, y el  elemento occidental de "vaqueros" e "indios" que se unen contra una amenaza común. Ese giro es muy de “Star Wars”, pues ahí se enfatiza la unión de especies al servicio de un bien mayor. 

“The Mandalorian” está demostrando ser capaz de expandir el universo con más respeto y mejores aciertos que las secuelas que hemos visto en el cine o la TV. Hasta es capaz de incluir a las denostadas precuelas en su argumento y aún así, despertar interés cada semana, generar debates y análisis sobre el tratamiento de esta historia que ya logró que Disney anunciara dos spin-off gracias al hombre del casco que (no sabemos!) ha desarrollado sentimientos ante un Grogu cautivo y que, ahora, será el centro de la acción de la tercera temporada. Lo que sí sabemos es que se vienen más episodios con batallas muy bien coreografiadas, con poderosa música de Ludwig Goransson y fantásticos dibujos post créditos, elementos  que podrían transformar a “The Mandalorian” en un nuevo clásico  de esta “new era Star Wars”, con tintes de western y que vale la pena seguir explorando.

martes, 8 de diciembre de 2020

Mank: la reivindicación del artesano

Sacando a relucir un guion que llevaba veinte años guardado, David Fincher regresa con una propuesta clásica.“Mank” hace mención al proceso de elaboración del guion de una de las películas más valoradas de la historia (“Ciudadano Kane”), pero en vez de centrarse en la conflictiva relación con Orson Welles, Fincher expande el alcance hacia un telón de fondo muy interesante pero que, a ratos, deja la sensación de querer abarcar demasiado.


David Fincher es uno de los genios cinematográficos de las últimas 3 décadas. Por eso mismo, Netflix lo reclutó, otra vez, aprovechando la excelente experiencia de “Mindhunter”. Por ahora, el norteamericano pone su prestigio al servicio de “Mank”, película que recoge la historia de Herman Mankiewicz, creador del guion original de “Ciudadano Kane” y cuyo proceso se muestra acompañado de adicciones y los conflictos políticos de la época que tocaban el desarrollo de la industria del cine, los que son el corolario perfecto para que explotara su irreverente personalidad.

“Mank” va a ser amada y odiada, porque hay muchos personajes de la historia del Hollywood clásico que podrían alejar al público masivo, y porque se centra en el entramado político de esos años (en la figura de William Hearst), el cual sirve para desatar al Mankiewicz que quiere que sus historias hagan reflexionar al público. Aquí, el guion del padre de Fincher nos sorprende, porque estábamos esperando la historia de las tensiones entre Welles y Mankiewicz, sin embargo, se expande a una fotografía del momento social en plena gran depresión, con una industria que descubría el cine sonoro y que estaba en cambios de paradigma. La película se estructura con maravillosos flashbacks que tratan de hacer un paralelismo a “Kane”, los cuales son dotados de energía en secuencias que muestran quién era quién en este mundo; excelente es la escena en la que Louis B. Mayer le pide a sus trabajadores que hagan un sacrificio, reduciendo sus salarios.


Con un ritmo veloz para capturar esos “locos años”, donde la música de Trent Reznor y Atticus Ross es clave, y a la vez, con una segunda línea de tiempo actual, más gris y pausada, es en esta última donde se aprecia la arista de la relación con Orson Welles y donde, si se quiere, Fincher deja espacios para desmitificar a este último como figura virtuosa.  

Actuaciones a gran altura y visualidad cautivadora

La postura es la de un autor que justo consigue la inspiración cuando pareciera que está al final de su vida creativa, inmerso en la depresión. Sin embargo, Oldman equilibra perfectamente esta dualidad entre una persona ética, que busca que el espectador se emocione y reflexione, pero que a al mismo tiempo, sucumbe ante la podredumbre industrial, dejándose llevar por esas debilidades que lo llevan a su faceta más cínica. El relato lo pone en prácticamente todas las escenas, con mujeres que son soporte para la historia y que encajan en cada tiempo: su esposa (Tuppence Middleton), su cuidadora (Lily Collins), y los mejores diálogos con Amanda Seyfried, cuya química es espectacular; la personificación de Marion Davies cautiva, muestra el lado más inocente de una actriz que quedó atrapada en una industria de hombres y que sirve de inspiración para el personaje de Susan Alexander. Por otro lado, el protagonismo visual de “Mank” tiene todo un sello. Desde los créditos ya introduce una declaración de intenciones, adornada con más elegancia entre los paralelismos con el cine de antaño; la composición, la edición que imita las transiciones de las películas de ayer, fundiéndose a negro en cada toma, se complementan con una vibrante fotografía de Erik Messerschmidt, con tiros de cámara brillantes, apostando con difuminados, con luces y sombras, tal cual lo hizo el director de foto de “Ciudadano Kane”. No restemos ese mérito, si bien a muchos les podría parecer exagerado e innecesario, es un detalle que eleva a “Mank” como uno de los mejores estrenos del año.

Podría ser que la relevancia que otorga el guion al arco político, en lugar de centrarse en los demonios que acosaban al guionista, no sean del gusto de la mayoría, pero más allá de esa apreciación, “Mank” está a muy buen nivel y ojalá pueda ser disfrutada en la gran pantalla, tal cual “Roma” y “El Irlandés”, donde sus directores usaron Netflix como estrategia, pero cuyo resultado final es un homenaje al cine de las primeras épocas. Y en el caso de este film, se erige como reconocimiento a quien imaginó “Ciudadano Kane”, película que siempre aparece en el top 3 de las mejores de la historia y cuyo creador había quedado a la sombra de Welles. No en vano, el film termina con ambos refiriéndose al otro, pero con Mank sujetando el Oscar.


sábado, 28 de noviembre de 2020

Entre el “Diego” y “Maradona”: dos miradas al astro del fútbol

Películas y documentales sobre la vida de Diego Armando Maradona, abundan. Tras su inesperada muerte, los fans se han volcado a Youtube y a plataformas de descarga, intentando dar con los nombres que, con distintos enfoques, han tratado de vender un retrato del astro argentino. Algunos ejemplos son el documental de Javier Vázquez “Amando a Maradona” (2005), y las películas “El día que Maradona conoció a Gardel” (1996), “Maradona, la mano de Dios” (2007), o la serie “Maradona en Sinaloa” de Netflix. La mayoría de estas producciones fueron del agrado del otrora rey del fútbol, pero otras no tanto, como fue el caso del documental dirigido por el británico Asif Kapadia, estrenado en Cannes 2019, y con el mismo Maradona siendo partícipe en la elección de quienes hablarían sobre su carrera.

Por el contrario, uno de los más renombrados es el documental “Maradona by Kusturica”, el cual fue mucho mejor recibido por el argentino, porque su retrato es desde la perspectiva de un revolucionario del fútbol, el Dios, el drogadicto y la leyenda.

Así, el metraje de Kusturica muestra diversas facetas de Maradona desde la admiración que sienten hacia él millones de personas, poniendo acento en que su origen humilde no fue obstáculo para desarrollar un talento abrumador. El director aparece en varios momentos siendo el que permite el diálogo, e incluso llega a llamarlo el  “Sex Pistols del fútbol”. Con esta intimidad, Diego se entrega y logra revelar detalles de su vida de los que nunca había hablado, como preguntarse hasta dónde habría podido llegar de no haber caído en la droga; junto con eso, el docu repasa los lugares favoritos del astro, lo cual permite acercar la producción a su origen, a cómo, a través de sus contextos sociales, se fue transformando en ídolo. Y uno de los momentos más notables, es aquel en que las grandes figuras políticas del mundo quedaban impresionadas por su carisma; el caso más emblemático es el de Fidel Castro, con quien el futbolista tuvo una estrecha amistad. “Maradona by Kusturica” está hecho desde la admiración del director y se nota. No es malo que un realizador decida filmar a alguien que admira, pero Kusturica es un artista y se espera una mirada que no sea la de un fan y nada más.

Héroe, campeón del pueblo, ídolo caído, inspiración para millones. Gracias a la intimidad sin precedentes que logra con  el Diego, Kusturica lleva al público hacia un viaje basado en la adoración pura.

Once años después de este controvertido documental, el ganador del Oscar Asif Kapadia se lanzó con otro retrato al capitán de la selección argentina ganadora de la Copa del Mundo de 1986, en “Diego Maradona”. Aquí, la propuesta es otra, con un documental más clásico y cronológico, y que se planta desde el concepto del caos interno que le provoca a una persona dejar de ser “Diego”, e inventarse un personaje (“Maradona”), para lidiar con su realidad de ídolo.

Aunque Maradona era un genio con el balón, la película se concentra en el otro lado, en su vida fuera del campo de juego. El documental recorre sus mejores años (del ‘84 al ’91), cuando su leyenda empezaba a escribirse en Nápoles, un equipo que jamás había ganado la liga italiana, hasta que con Maradona la consiguieron dos veces. También se muestra la victoria en el mundial de México y se expresa la idea de que no necesitó ayuda, que se “echó al hombro” a su equipo, y que el temple era lo que le daba la fuerza para resolver cada partido a su favor.

La historia de Maradona es gigante, pero ha sido contada varias veces. Kapadia, entonces, necesitaba un nuevo ángulo, a pesar de tener casi 500 horas de material de archivo, muchas de carácter inédito, lo cual lo vuelve una delicia a la vista. Tal como lo hizo con “Amy” y “Senna”, Kapadia elige la voz en off para relatar los hechos, sin embargo, en este documental se habla de una persona que aún vivía (para el estreno), por lo cual incluir la voz de Maradona era una novedad en su estilo; de esta manera, se obtienen frases claves y declaraciones que le den soporte a la puesta en escena, rica en imágenes ochenteras; en sus intervenciones, el futbolista tiene pasajes interesantes, como cuando dice que en Italia, el racismo llevaba a declarar a los ciudadanos de Nápoles como los “africanos” del país. Kapadia apoya ese contexto con declaraciones de amigos, ex novias, su ex esposa, su hermana, para ampliar la mirada de la historia, pero es decepcionante que haya escogido limitarse a los años (bien documentados) del paso del futbolista por  el club italiano, aunque, por otro lado, es la mejor forma de comprender su figura como transformador de una sociedad completa, como la insignia de la esperanza y la alegría de una ciudad olvidada; sin embargo, abundan las imágenes de fiestas y salidas nocturnas, lo cual lo vuelve predictivo. Y esto puede deberse a que Kapadia se acogió a la hipótesis del entrenador de Maradona, Fernando Signorini, quien explicita que, según él, existen dos personalidades: “Diego” el pobre, el de la villa sin luz ni agua y que, a pesar de esa adversidad, era encantador y generoso; y “Maradona”, el futbolista, la estrella, el ego. Kapadia  decide hacer una película sobre Maradona en lugar de hacerla sobre Diego, lo cual deja fuera la posibilidad de ahondar en su pensamiento político, en sus conflictos con el poder, en su visión de lo que representa su legado, y de cómo podía seguir inspirando a las futuras generaciones.

Kusturica y Kapadia son grandes realizadores, reconocidos y premiados, pero ninguno logró hacer “el gran” documental sobre Diego Armando Maradona. Ni desde el punto de vista de la admiración, ni desde el egocentrismo. Su muerte, sin duda, va a generar nuevas visiones y reinterpretaciones de sus éxitos y fracasos, de sus caídas y renaceres, pero en este momento lo que le importa a su fanaticada y a su pueblo es llorarlo, y llorarlo mucho, porque algo se partió, un capítulo se cerró en la vida de millones y, quizás, ya no haya más nada que decir, porque todo se dijo. 

Que las miles de imágenes de su pie izquierdo haciendo esa magia que regó de gloria su suelo, sigan repitiéndose en tood el mundo y por generaciones, como la mejor herencia de un personaje sin igual.  

viernes, 6 de noviembre de 2020

The Alienist:Angel of Darkness, temp 2: bebe de las mejores sin querer correr el cerco

Tardó tanto en llegar que las expectativas eran altas. Sin embargo, reafirma que solo quiere ser correcta, tomar los mejores elementos de los nombres que la llevan en el formato y proponer un visionado que entretiene y deslumbra por su puesta en escena.

 Cuando la primera temporada de “The Alienist” se estrenó en 2018, hubo una moderada expectativa. Era el proyecto de Cary Fukunaga, aunque terminó cediéndolo al, también experimentado, Jakob Verbruggen. La gesta fue difícil, pues era la época de “Mindhunter”, con un Fincher inspirado, y con otros programas que analizaban la naturaleza humana desde una versión dolorosa. El reto no fue fácil pero logró salir a flote gracias a sus deslumbrantes locaciones, y a los roles más que dignos de Daniel Brühl, Dakota Fanning y Luke Evans en los principales, más una historia cruel que  dejó varias preguntas sin responder.

Había dudas para una segunda temporada, por lo que hubo reestructuración de guionistas y Stuart Carolan asumió el reto junto a el ex “Peaky Blinders”, David Caffrey. Pero la transición no fue violenta, pues esta “The Alienist” de 2020 , parece solo una continuación de lo que vimos hace dos años; así llegó esta “Angel of Darkness”, la que presentó un guion interesante, basado en los libros, pero quedando detrás, por ejemplo, de “Perry Mason” de HBO, la que sí logró  crear una atmósfera tensa e intrigante. “The Alienist” tropieza en ese intento y a los pocos capítulos plantea errores de estructura.

Los actores no son el problema, sino que lo son los personajes. Sara Howard (Dakota Fanning) dio un paso adelante en su sueño de contar con su propia oficina y emplear solo mujeres como detectives. Un guiño al presente. Luke Evans regresó a su papel de periodista y cayó en los ripios del hombre leal y fiel hasta la muerte. El caso más lamentable es el de Daniel Brühl; el Dr. Lazlo Kreizler perdió magnetismo, encanto; ese alienista misterioso fue reemplazado por un tipo aburrido y problemático, cuya guinda de la torta fue ese extraño enamoramiento de los episodios finales y que, sinceramente, no nos interesaba ver en un personaje como ese, fascinado por los instintos reprimidos e incontrolables del ser humano. En este momento, no se necesitaba.

Nuevamente, la puesta en escena fue elegante, intelectual, rica en vestuario y elementos escenográficos. Basada en la podredumbre que exultaba “The Knick”, se nos presenta esta Nueva York  que sirve como escenario para el desarrollo del caso de “Angel of Darkness”, cuya antagonista está muy bien elaborada y lograda, aunque solo en los episodios finales se le da un espacio para profundizar en los desórdenes y carencias que la llevaron a cometer esas fechorías; y esto también es un desperdicio pues no hinca el diente en esa arista, en esa deformación mental que le hace perpetrar lo que se le imputa, porque la historia pasa buena parte de sus capítulos defendiendo a la heroína (Sara), en lo que parece ser un hilo argumental destinado a sentar las bases del liderazgo femenino. 

Ambientada en 1897, al borde de la guerra hispanoamericana, ni el racismo,  ni el prejuicio, ni la sicología de los criminales son los argumentos centrales, por lo que hay varios momentos en que todo se pierde en extensos  diálogos, filosóficas conclusiones, mucha sangre y  gritos. Con  tramas algo sobrecargadas de drama , “The Alienist: Angel of Darkness” deja de lado el carisma que había logrado el personaje de Daniel Brühl, en la primera temporada, y lo reemplaza por el ímpetu de una joven que se impone en un terreno de hombres; sin embargo,  esa mezcla no fue suficiente para que la serie encontrara su propio lenguaje como serie procedimental; así todo, no aburre y eso ya es bastante, mas no suficiente para asegurar una tercera parte.



viernes, 23 de octubre de 2020

Lovecraft Country: el horror de la discriminación

Se nota que la serie de HBO tuvo a Jordan Peele y J.J. Abrams como cerebros. "Esta es la historia de un chico y su sueño. Pero más que eso, es la historia de un chico americano y un sueño que es verdaderamente americano". Esta cita de la película "The Jackie Robinson Story" inicia todo el recorrido y encapsula el visionado, el que termina por definirse como intrínsecamente estadounidense y hoy, eso está en juego.

Emprender un viaje hacia el pasado de Estados Unidos es el símbolo que elige "Lovecraft Country", para exhibir una unión entre la literatura del horror y la lectura política de estos tiempos. Ambientada en el Estados Unidos racialmente segregado de los ’50, la propuesta de HBO resulta relevante porque tiene elementos que ayudan a entender el país lleno de conflictos que es hoy. 

La perspectiva de Peele y Green decide hacer visible el universo fantástico en el que Matt Ruff incursiona en su libro, con la metáfora de que los monstruos reales son los hombres blancos. Y ese tono se estampa de inmediato, desde la secuencia en que la conducción es a ritmo del discurso de James Baldwin sobre la imposibilidad del sueño americano para los afroamericanos, y al tiempo que esto ocurre, vemos a Atticus ir en busca de su pasado, y en esa aventura estará intrínseco el encuentro con un país que lo rechaza. Otro elemento interesante que los showrunners incluyeron al relato son los anacronismos; Baldwin es uno de varios, como también lo es la banda sonora con Etta James y Nina Simone (años ’70), Frank Ocean y Marilyn Manson, las citas al cuento "El Extraño" y la mención de los shoggoths,  referencias a Indiana Jones, evidente en el cuarto capítulo, la música de Rihanna y la música de la campaña que Nike usó hace unos años, para la igualdad LGBTQ. Nada de esto es el azar, es más, ayudan a ligar la serie con el pasado y presente de Estados Unidos.



Los personajes centrales están perfectamente delineados y la ejecución de sus actores es precisa. Atticus, George, Montrose y el resto de la familia son ávidos lectores, hábito que guía al espectador por esta compleja mitología. Leti es el personaje "femenino fuerte" y una conductora muy hábil, que se toma la historia y defiende su rol, mientras Christina es una bruja profundamente frustrada por las limitaciones de ser mujer. "Lovecraft Country" viene a confirmar experiencias como “Atlanta” o “Watchmen”, donde también es imprescindible dar al terror un imaginario complejo, que conecte las preocupaciones raciales con la revolución de los límites del mundo actual.

La serie se estrenó en el momento preciso para esta discusión. En 10 capítulos, "Lovecraft Country" nos lleva de viaje al corazón supremacista blanco de Estados Unidos, pero a través de la mirada del "black horror" hace coincidir, con lucidez y crítica, los pesares de ser negro, porque nada es porque sí en la serie, ni el apellido de Atticus es deliberado, ni tampoco lo es la escena final, con Leti quitándole la magia a Christina y dicéndole "ahora la magia es nuestra", mientras la niña clava la metáfora del cierre de ciclo rompiendo su cuello con un brazo robótico, que hace el link con nuestros tiempos, mientras es custodiada por el monstruo dueño de ese mítico territorio.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Mrs America: la mujer como obstáculo del feminismo

 La ultraconservadora Phyllis Schlafly es la protagonista de esta miniserie que nos devuelve a las raíces del movimiento feminista, el que ha encontrado enemigos en su mismo género. A pesar de no ser una figura muy conocida, su influencia todavía se deja sentir en la retórica de la derecha norteamericana, casi medio siglo después de su período de más dañina actividad.

La llamada “segunda ola feminista”, de comienzos de los ’70,  se topó  con un grupo de mujeres que no querían dar pasos hacia la igualdad y lucharían, con todo, para mantener ese rol tradicional dentro de una familia. Entre sus oponentes estaban Gloria Steinem, Shirley Chisholm y Betty Friedan, las que son encarnadas por Rose Byrne, Uzo Aduba y Tracey Ullman en la miniserie de HBO que ayuda a comprender la complejidad de los cambios, y cuánto toma la gestación de un cambio. “¿Soy la única cansada de esperar?”, bien lo sabe el feminismo desde el siglo XVIII, cuando dio sus primeros pasos. 

Pero en esa lentitud en el logro de más derechos, el feminismo no solo ha tenido detractores en políticos y la iglesia; en las propias mujeres ha habido escollos duros que han complotado, logrando la instalación de visiones arraigadas en la familia y el conservadurismo. Una de ellas fue Phyllis Schlafly, quien dedicó su energía  y perversa locuacidad a ir en contra del movimiento de liberación de la mujer, que según ella minaba a las dueñas de casa. Ella es el ojo del huracán en “Mrs America”, miniserie de HBO y creación de Dahvi Waller (antigua guionista de “Mad Men”), en la que nos muestra los caminos, en paralelo, de la revolución feminista y la resistencia liderada por Schlafly. Caminos paralelos, pero ¿dignos del mismo trato?. En ese intento por equilibrar los puntos de vista y de comprender a su antiheroína, Waller cae en ambivalencias discutibles.


En “Mrs. America”, la condena del autoritarismo moral llega a través de la forma. Los codirectores Anna Boden y Ryan Fleck (“Capitana Marvel”) ruedan las escenas de Phyllis de manera opresiva, académica, con tomas geométricas y con ella casi siempre en el centro del plano. En cambio, las escenas del ámbito feminista se capturan con una cámara más libre y hasta rockanrollera, con más colores y volatilidad. La protagonista es la gran Cate Blanchett, en su primer rol de importancia para la televisión, como Schlafly, a la que le imprime un carisma impositivo poderoso. Sus miradas matan y su sonrisa amenaza, pero no a los hombres, los que, por esos días, gritaban sin contemplaciones su misoginia; prefirió irse contra la periodista Gloria Steinem (interpretada por Rose Byrne), la política Shirley Chisholm (Uzo Aduba), primera mujer afroamericana elegida para el Congreso, o la teórica Betty Friedan (Tracey Ullman), autora del famoso libro “La mística de la feminidad”.

En los ’70, la esfera pública y de poder era dominados principalmente por los hombres, algo que se evidencia en el personaje de Blanchett y en cómo, a pesar de su conservadurismo y dialéctica, se enfrenta a los estereotipos como “¿Por qué no tomas tú las notas?”; eso le ocurre a miles todos los días y cuando le pasó, quedó perpleja, pero sin regañar asumió su doble rol: defender sus argumentos y hacer el acta de la reunión. La escena es  una acertada pincelada sobre cómo han debido darse los pasos en la lucha por la igualdad. O, por ejemplo, cuando Gloria Steinem consigue convencer a uno de los congresistas demócratas para que incluya parte de sus peticiones en su programa, como que las mujeres puedan tener control sobre su propio cuerpo, a lo cual le responden “No puedes esperar tener todo lo que quieres”.

La ambientación de la miniserie es magnífica, la intro es espectacular y las actuaciones están a gran altura. Con un equipo prácticamente femenino detrás de cámara, el guion toma una postura neutral al estructurar los episodios en base a cada una de las mujeres que fueron importantes en el feminismo y antifeminismo; cada capítulo lleva un nombre y muestra las luchas personales de esa mujer, las contradicciones internas del movimiento y cómo se formó su oposición, lo que permite acercarse a un análisis histórico de la ultraderecha y su discurso, basado en tergiversaciones y, directamente, mentiras, algo vigente hasta hoy. Ese es uno de los grandes aciertos de esta propuesta, el no perder nunca  la conciencia de ese pasado donde se forjaron las raíces del feminismo de hoy, y hace un paralelismo con el presente a través de la narración Phyllis Schlafly, mostrándola humana y sufriendo machismo,  inteligente y privilegiada. Su radicalidad se volvió su enemiga y logró que Reagan buscara a una conservadora más diplomática para el cargo que siempre soñó.

sábado, 15 de agosto de 2020

Perry Mason: veredicto a favor

Cuando el caso de la década llamó a su puerta, saltó el abogado más famoso de la tv norteamericana en la década ’50 y 60, pero en una versión que, en contenido de HBO, actúa como precuela de aquella. Protagonizada por el ganador del Emmy Matthew Rhys, será la incesante búsqueda  de la verdad la que revele una ciudad fracturada, y esa lucha será también, la única forma de redención para él mismo.

 

En la televisión estadounidense, Perry Mason  quedó ligado a la figura corpulenta y al vozarrón de Raymond Burr, gracias a los 271 episodios en los que interpretó al famoso abogado de los interrogatorios incisivos, los que sin querer le transfirieron a la abogacía un aura de idealismo. Décadas después,  HBO toma al personaje en una miniserie de 8 episodios, y lo muestra más joven, desaliñado y atormentado por la guerra; esta caracterización de Perry Mason lo despoja de cualquier excelencia y hace el parangón con  antihéroes de esta época, como Tony Soprano,  Don Draper y Walter White.

Nuestro protagonista es encarnado por un magnífico Matthew Rhys, quien trabajó perfectamente la gestualidad, la que encajó muy bien con una escenografía en total tributo al cine negro , manejando sus elementos sustantivos con elegancia, sobre todo las secuencias nocturnas, los colores tenues y ese retrato de los bajos fondos de Los Ángeles. Ambientada en California a inicios de los años ‘30, "Perry Mason" de HBO  incluye localizaciones reales, como el City Hall, el funicular Angel’s Flight y el famoso restaurante Musso & Frank Grill. 

La miniserie tiene un ritmo lánguido pero en su evolución nos muestra que es mucho más que la historia de Mason. Los personajes de Erle Stanley Gardner para la novela policial, tienen más protagonismo y sus arcos dramáticos son muy interesantes y en completa sintonía con el siglo XXI. El oficial Drake saca a flote su honradez en una comisaría corrupta, mientras sufre porque su color de piel le ha impedido prosperar. Y también está Della Street, en manos de una apoteósica Juliet Rylance, y que salta del rol secundario que siempre tuvo en la serie de original, a ser la mente maestra en la sombra; y su arco de desarrollo nos deja una gran historia para la segunda temporada, sin lugar a dudas. Recordemos que son los años ’30. Obviamente, el protagonismos de un hombre negro y una lesbiana han  proclamado el rechazo de los devotos del Mason original, sin embargo, la introducción de estos elementos señala que los creadores de estas series deben comprender el avance inexorable del tiempo, al que las ficciones también se ven sometidas. Junto con los anteriores, son muy destacadas las interpretaciones de Tatiana Maslany y de la mexicana Verónica Falcón, quien es ejemplo de los primeros aires de mujeres inmigrantes tratando de abrirse paso en la tierra de las oportunidades. 

Lo que define a este nuevo Perry Mason es la turbulencia que arrastra en su interior, algo común en las ficciones de HBO a partir de precedentes como "True Detective", cuyo creador fue el primero al que se le encargó este proyecto, y en varios momentos del relato se perciben sus huellas.

Seis décadas después, los hombros erguidos de Raymond Burr se comprimen en el perfil de Matthew Rhys para desarrollar una miniserie oscura, sórdida y bella en lo  estético, con mucho aire melancólico gracias a la partitura de Terence Blanchard. Con estos elementos, se aleja del Mason de  CBS, por la complicidad del elenco y en alianza con Timothy Van Patten, un favorito de HBO y colaborador en "Boardwalk Empire", "Los Soprano" y  "Game of Thrones". Su firma es una pista más de que estamos ante una de las grandes apuestas del canal, y así lo ratificó la audiencia de 8 millones de espectadores que tuvo su capítulo estreno, siendo el debut más visto de la plataforma en los últimos dos años y que fue un gran impulso para su inmediata renovación.

jueves, 2 de julio de 2020

Dark, temporada final: el nudo entre Shakespeare y Einstein

Con un guión complejo, Netflix corrió el riesgo con la serie alemana que descolló por presentar un puzzle perfectamente hilvanado y contado en pocos episodios. Algunos piensan que escoger ser tan enreadado es, a la vez, ser poco original, pero hay que reconocer que toda la historia estuvo bien llevada gracias a un equipo de  guionistas que se la jugó por mezclar elementos de la física con la filosofía, junto a un casting escogido al dedillo; todo esto, logró una coherencia tan notable para un final que aclara que el sacrificio por los otros siempre será la solución al acertijo de la vida.

Aquellos días en  que Mikkel y Michael eran la misma persona, parecen lejanos. Esos días eran fáciles en la historia de "Dark", producción alemana que le sacó lustre a aquella máxima que dice que los germanos no dan puntada sin hilo y desarrollan todo el plan  antes de tirarse al abordaje. En sólo 26 episodios, "Dark" exploró el drama de cuatro familias (y uno que otro habitante de Winden) a través de 4 épocas diferentes y, en sus últimos episodios, incluso en mundos paralelos. Este tramo de la propuesta creada por Baran Bo Odar y Jantje Friese funcionó como satisfactorio punto final.

La clave para entender esta propuesta está en la física. Así es, en la disciplina de Einstein y en el experimento del gato de Schrödinger, el cual se explica al inicio del penúltimo episodio y que grafica cómo nuestra mente crea dos realidades al recrear a dos gatos dentro de dos cajas: en una, el gato está vivo, y en la otra está muerto. Todo esto a un nivel de microcosmos. En "Dark", el profesor Tannhaus se hace la pregunta pero a nivel de un macrocosmos, de épocas, de mundos. Para muchos esto es pura ambición del guión, algo que ha arruinado a otras series, pero la verdad es que incluir elementos de la física para explicar por qué decidimos creer tal o cuales cosas, y de la filosofía, para comprender por qué hacemos algunos sacrificios, dibuja esta jugada como simplemente hermosa.

En "Dark" somos, literalmente, los espectadores del "experimento" del gato al ver las dos realidades que están sucediendo, al mismo tiempo, en un cosmos mayor. Lo que ocasiona estas dos realidades en loop eterno, es la creación de la máquina del tiempo de Tannhaus, lo que provoca los viajes al pasado y futuro y que las relaciones parentales se distorsionen. Así, Charlotte y Elisabeth son madre e hija y viceversa, según la época, o también hace que se produzcan varios asesinatos de padre/madre a hijos, según la época. Pero en esta temporada final, el guión agregó el giro del "mundo paralelo" al que siempre nos mostró la serie, en donde Martha es la protagonista y aprenderá  que su vida depende de que todo el pasado se reproduzca tal cual ha sido. Es ahí donde estaba el error de la matrix, y nadie se había percatado que al no descubrir el origen de estas dos realidades, no se podía cortar este loop infinito; la que lo descubre es Claudia, quien había aportado por siglos a que todo siguiera igual pensando en que su hija dejaría de sufrir el cáncer en alguno de los dos mundos. Claudia Tiendemann siempre se  mostró como un personaje manipulador, pero desear la salud y felicidad de su hija la hizo inferir  la existencia del mundo original, ese donde ocurrió el acontecimiento de origen que desencadenó la creación de la máquina del tiempo y las 2 probabilidades del gato de Schrödinger.
The end is the beggining.


Menos es más. Ese fue un punto fuerte de esta propuesta que, al tener sólo ocho episodios para el final, divagó menos, aunque siguió presentándonos nuevos misterios. No era solo ir a observar la resolución del puzzle, sino que además, pasaban más cosas. En el final, Shakespeare dibujó el sacrificio del amor entre Jonas y Martha como algo imposible, y que a pesar de "no poder existir", sería eterno. La escena bajo la lluvia, las manos y la satisfacción de haber deshecho el nudo, pareció un momento escrito por el romántico autor inglés; por otro lado, está la conclusión de que la trama de la serie no era solamente la huida de un destino ya escrito (representado en la serie por las versiones adultas),sino que el  dolor de la pérdida de nuestros seres queridos nos mueve a estar dispuestos a todo con tal de la mínima posibilidad de evitarlo.

Junto con esta sorpresa final del guión, la serie se destacó por su elevado nivel de diseño de producción, maquillaje y casting soberbio, junto con  una banda sonora que acompaña a la perfección lo que vemos en pantalla. Otro detalle bien cuidado para señalar la diferencia entre los mundos, fue que las cicatrices cambiaban de lado cuando un personaje viajaba al otro mundo, o que las localizaciones y fechas del otro mundo estuvieran escritas a la inversa. También sirvieron los pelos teñidos, un Mikkel más grande y las canciones para que la producción sostuviera este castillo de naipes.


La música de la season 3 es imprescindible para crear atmósfera. En el soundtrack, regresa el australiano Ben Frost, cargado de partituras misteriosas y oscuras. Resaltan los violines de "Alles Ist Miteinander Verbunden" ("Todo está conectado"), más una selección de éxitos contundentes de los ‘80, los que van desde Cher, a Dead or Alive y a Survivor. También está el nuevo milenio, donde incluye a los ingleses Bloc Party, el nominado al Grammy, Hozier, y hasta  material recién salido del horno, con la cantante danesa Agnes Obel y sus nostálgicas melodías. El score de Ben Frost nos recuerda el trabajo de la ganadora del Óscar Hildur Guðnadóttir ("Joker" y "Chernobyl") por esa nostalgia con la que aceita el tono oscuro de la serie. Especialmente hermoso es el tema de Jonas y Martha ("Ich Dachte, Ich Haette Mehr Zeit", ó "Pensé que tenía más tiempo".

La selección musical de "Dark" ha sido impecable desde el primer tráiler, desde el primer minuto, donde los acordes de Apparat nos encrispan los pelos con "Goodbye". 


Mucho más profunda que "Stranger Things", con varias referencias a "Donnie Darko", "Volver al Futuro", y  cercana al tono de "Twin Peaks", en el final de "Dark" es la redención y especialmente el sacrificio por un bien mayor, lo que desenreda la historia. Este sentimiento genuinamente humano fue transmitido casi al final, y permitió que los protagonistas  ganaran en el universo seriéfilo esa empatía con el amor que jamás existiría, pero que igual los hizo "el uno para el otro". Los principales portales de calificación de series ya la tienen por las nubes, como la mejor producción original del catálogo de Netflix. No es exagerado ni producto del hype, es resultado de un guión novedoso y que estaba armado desde 2017, con cada pieza incorporada en un momento determinado, para ser contado en poco tiempo, y para culminarla en el momento top.

Distintos tiempos, distintos mundos. Y en esa aparente confusión de épocas, "Dark" transmitió el mensaje de que es necesario dejar a un lado nuestros propios intereses en aras de un bien mayor. Dos mundos. Luz y oscuridad. Shakespeare y Einstein y, en el centro de todo, una trágica historia de amor de dimensiones épicas. Para muchos, el cierre ha sido conflictivo, pero realmente es redondo para la propuesta. Porque lo que queda claro aquí, es que lo que sabemos es una gota y lo que ignoramos, un gigantesco océano.



domingo, 21 de junio de 2020

I know this much is true: sin compasión por el espectador

Mark Ruffalo hace muchos años que se ganó el espacio como uno de los actores consistentes del medio, no solamente por la profundidad con la que aborda cada rol, sino porque escoge proyectos que tienen un compromiso con temas de actualidad, como los casos de pederastia en "Spotlight", o la apuesta para develar la contaminación de DuPont en "Aguas oscuras". Ahora, nos sorprende y conmueve con "I know this much is true",  drama basado en la novela del mismo título de Wally Lamb, publicada en 1998, en la que se pone el foco en las enfermedades mentales y en la incapacidad e insensibilidad de la sociedad, para lidiar con la vulnerabilidad y múltiples necesidades de estas personas.

Derek Cianfrance escribe y dirige la adaptación que nos presenta la historia de dos hermanos gemelos, Tom y Dominick (ambos interpretados por Mark Ruffalo), atravesando por las etapas de cada uno, marcadas por la tragedia y predisponiendo un tono que, inevitablemente,  lleva al llanto al espectador.  Aunque sea una ficción, lo cierto es que muchas de las situaciones que se muestran en la serie son vividas a diario por quienes deben compartir la vida con estas patologías, por lo que hay mucho de realidad y dolor que traspasa la pantalla. El recurso de los flashbacks agregan elocuencia al relato que va describiendo la relación entre ambos, y todas las dificultades por las que tienen que pasar juntos debido a la condición de Tom.


Dominick es el narrador de la historia.Utilizando un tono pausado, le da aura de epopeya a la tristeza que significa ver constantemente vulnerada la dignidad de su gemelo, desde la niñez hasta el tiempo presente en que se desenvuelve la historia. "I know this much is true" no tiene compasión por el espectador, quien seducido por una actuación arrolladora de Ruffalo, no decae en continuar el visionado, a pesar que se deba tomar aire antes de empezar cada episodio. Desoladores son los momentos en que Dominick debe acudir a terapia para tratar el stress postraumático que le aqueja, y donde aparecen el duelo, la  culpa, la autocompasión, el desamor, muerte y angustia a flor de piel, y a cada dolor el espectador es incorporado, hasta terminar agotado por la intensidad de una realidad que viven millones en el mundo. 

En este proceso, Mark Ruffalo abre su corazón completamente, se despoja de todo frente a la cámara, evidenciando su inmenso talento interpretativo para 2 roles que cargan un peso enorme sobre sus hombros. Estos son los papeles por los que dan el Emmys, y lo tendría más que merecido, porque se lo están debiendo desde 2014 cuando descolló en "The Normal Heart". 
También se destacan Kathyn Hahn, Melissa Leo, Rosie O'Donnell y Archie Panjabi en fantásticas interpretaciones.

Son 6 horas difíciles, de hecho, nadie podría verla en modo maratón sin quedar desarmado. En ese aspecto, Derek Cianfrance no afinó completamente el guion, pero podemos echarle la culpa al confinamiento, a los miles de muertos en el mundo, al cambio rotundo de nuestras vidas el que, a muchos espectadores, no les va a permitir apreciar completamente el desarrollo de la historia.
"I know this much is true" está bien dirigida ,esplendorosamente bien actuada y cumple con el objetivo de forzar el límite en el espectador, dejando espacio entre capítulos para recobrar energías y continuar con el siguiente. Es en ese lapso donde muchos han podido reflexionar sobre cuánto debemos cambiar, para incorporar las enfermedades mentales dentro de la sociedad e ir con más apoyo médico y social a quienes tienen que vivir este día a día que Ruffalo esgrime como desolador, pero que finalmente es un grito de esperanza para un mañana más digno para estas personas.


 Sin la pandemia y la terrible realidad a la que nos ha sometido ¿la habríamos apreciado diferente?, quizás no, porque a pesar que la pena nos embarga realmente a diario en el mundo, la oscuridad del camino que recorre Ruffalo está anclado a la esperanza de que el perdón y la reconciliación estén al final del recorrido.

sábado, 16 de mayo de 2020

Beastie Boys Story: cómputo final para una historia de hermandad

En el anuncio lo llaman “documental en directo” a la filmación del espectáculo dirigido y coescrito por un viejo colaborador de Beastie Boys. Spike Jonze fue pieza clave en el ascenso al estrellato noventero de la banda al ser el director de “Sabotage”, la segunda canción que lo cambió todo para estos tres amigos de Brooklyn que hoy, en clave dúo, hacen su balance final.


Los fans lo esperaban con ansias. Porque ha pasado el tiempo y Beastie Boys solo cimenta su nombre como  una de las bandas más  entrañables surgidas en las postrimerías del siglo XX.  Spike Jonze, un cineastas rupturista y representativo de esa misma generación, da forma a esta mezcla singular de stand-up con charla TED, en torno a la historia de la banda. Jonze habita en un planeta único si observamos sus realizaciones cinematográficas: “Being John Malkovich”, “Her” y “Jackass” hablan por sí solas del amplio formato que es capaz de dominar, incluida, la realización de videoclips musicales, los cuales marcaron la imagen y estética de los ’90. Beastie Boys fue uno de sus “clientes” habituales y estuvo a cargo de la dirección de “Sabotage”, uno de sus esfuerzos mejor logrados y que cimentó una fuerte relación entre cineasta y grupo, ambos provenientes de Nueva York.

Estos viejos amigos volvieron a coincidir en “Beastie Boys Story”, una propuesta con tintes de documental y largometraje, el primero de Spike Jonze en siete años.

En 2018, Ad-Rock (Adam Horovitz) y Mike D (Michael Diamond) realizaron una mini gira presentando “The Beastie Boys Book”, tour que tuvo su última parada en el King Theater de Brooklyn. La velada fue captada por las cámaras de Jonze convirtiéndose en este “Beastie Boys Story”.

El planteamiento es sencillo: Horovitz y Diamond sobre el escenario repasando su historia: un grupo de adolescentes que gustan de The Clash, se adentran en la incipiente escena hardcore neoyorquina; tras un show de Bad Brains forman un grupo malo, descubren el hip hop, se pasan al rap, pero sin abandonar el punk; en las dos horas de diálogo, se intenta mostrar la evolución desde la eterna fiesta, hasta su ascenso a la fama y la inclusión, en su mirada, de un  compromiso artístico y social. El dúo apoya su veloz narración en un  fondo documental audiovisual de todas sus épocas, junto con la reproducción de sus principales éxitos.

La etapa experimental de “Hello Nasty”,muchas anécdotas, fotos nunca vistas, el batacazo de “License to Ill”, la caída en desgracia y el renacimiento con dos discos magistrales: “Check Your Head” e “Ill Communication”. Pero por sobre todo, esta puesta en escena es un homenaje al Beastie que falta en el escenario; en esos momentos donde se evoca la figura, la creatividad, la búsqueda espiritual de MCA, quien nos dejó prematuramente en 2012, el dúo humaniza esta especie de charla TED y logra reflejar fielmente el espíritu del grupo, lo que realmente los unió, y que era esa sensación de hermandad, de acompañarse y crecer juntos a través de la música.

Pero aparte de los intentos de stand-up punzante e instantes de reflexión, “Beastie Boys Story” también deja un espacio para la autocrítica. No evitan los comentarios sobre la cruda salida del grupo de la baterista Kate Schellenbach (despedida tras la asociación con el productor Rick Rubin y Russell Simmons), ni tienen problema en reconocer que algunas bromas misóginas de sus primeras letras, estaban equivocadas.

“Beastie Boys Story” podrá no ser muy creativa en términos audiovisuales, pero para el fan se transformará, sin dudas, en un encuentro inolvidable, porque inunda el lugar con elementos muy simples, pero fundamentales para quien adora la música y explosión musical de estos amigos que iluminaron los ‘90. No aburre, atrapa, emociona, trae recuerdos. Para el fan será el mayor espectáculo del mundo, y para quienes quieren acercarse a Beastie Boys, esta propuesta de Spike Jonze será una gran oportunidad de descubrimiento de, quién sabe, su nuevo grupo favorito. Qué gratificante es conocer que tras tan excelente música se escondía la misma grandiosidad, pero en forma de fraterna amistad.