Jane Campion suele enfocarse en mujeres, pero esta vez, la psicología del hombre se toma su exitosa propuesta.‘El Poder del Perro’ es un filme que, a pesar de ser silencioso, siempre está nadando en tensión, a punto de reventar, porque habla de la represión y la masculinidad tóxica.
Phil, George y un grupo de
vaqueros visitan el restaurante de Rose (Kirsten Dunst). Las mesas están
adornadas por flores de papel creadas por su hijo Peter (Kodi Smit-McPhee), un
joven sensible que resalta por su delicadeza y delgadez, lo cual lo vuelve una presa
perfecta para Phil, quien quema una de las flores y arremete psicológicamente
contra él, formándose un arco dramático que, pensamos, nos llevaría en una
dirección más o menos conocida, pero siempre hay sorpresas en films como este.
‘El Poder del Perro’ es la nueva
película de Jane Campion y está inscrita en el realismo psicológico. Adapta la
novela de Thomas Savage que sigue a Phil Burbank (Benedict Cumberbatch), un
vaquero despiadado y del tipo macho alfa. Es 1925 y el mundo moderno empieza a
asomarse, incluso en aquella casa de los hermanos Burbank, donde la
masculinidad de Phil se ve amenazada ante la llegada de la esposa de su
hermano, una amenaza tan grande que deberá ser erradicada sin contemplación; ante
la invasión de la nueva esposa, Phil va
a retraerse a un estado de niñez adulta, donde solo un propósito guiará sus
acciones: deshacerse de Rose y de su hijo Peter (Kodi Smit-McPhee), volviendo
el mundo que habitan un caos intolerable. La película los seguirá e irá estructurando
la narrativa como un un intercambio de
agravios, del que no hay más salida que la derrota de una de las partes.
La primera mitad de ‘El Poder del
Perro’ se concentra en la desagradable personalidad del protagonista, sin
embargo, Campion recompensa eso con una segunda mitad impredecible, en donde el
minimalismo cobra sentido. Aquí, la película toma una dirección inesperada, al
tiempo que la tensión y sensualidad aumentan, pasando de un thriller sobre un hombre
aterrorizando a una mujer, a un estudio psicológico de la represión emocional y
sexual masculina.
Benedict Cumberbatch es espeluznante en su rol, pues cada vez que levanta su cabeza o se escucha su silbido, es señal de peligro. La soberbia música propuesta por Jonny Greenwood refuerza esa siniestra idea. Y luego, Campion hace algo mucho más efectivo: las trayectorias de Phil y Peter se empiezan a conectar y allí es cuando la película levanta el vuelo. De repente, comprendemos que ambos son unos inadaptados con grandes similitudes; por ejemplo, la escena con el conejo deja ver que el muchacho también tiene un lado cruel. Y la ubicación del rancho, entre montañas y hombres trabajando, cobra fuerza en la historia, mientras que los planos generales de un Phil aislado se hacen más significativos, porque lo que inició como un tormento psicológico provocado por el machismo, se fue transformando en erotismo.
Cumberbatch entrega una actuación
sólida, que adquiere mayor fuerza cuando es vulnerable. Kodi Smit-McPhee se
lleva muchos aplausos y la química entre ambos hace crecer el film. Por
momentos, el personaje de Rose y George desaparecen, pero Campion siempre
encuentra una manera de regresarlos al cuadro, mientras nos regala, durante
toda la cinta, minimalismo puro y duro: la sangre, el sudor, el reflejo de la luz
sobre la piel, los detalles de la montura, la suavidad de las manos…todo brilla
con la misma intensidad, al tiempo que los planos generales nos regalan
majestuosidad silente y cómplice de lo que el guion desarrolla.
Jane Campion vuelve a poner sobre
la mesa personajes tan humanos que nos sentimos afligidos cuando los conocemos
y no sabemos qué pensar de ellos. Son personajes que incomodan, porque eso
transmiten, ni siquiera ellos están cómodos con ellos mismos. Eso inunda la
pantalla mientras los sentidos se deleitan con un apartado técnico
impecable. Su acertado elenco, los bellos paisajes, la fuerza de la historia, y
fundamentalmente, la conjugación de todos estos elementos bajo una dirección
notable, hacen que ‘El Poder del perro’ sea capaz de transportarnos a un mundo
de hace 100 años ,y con eso, sigamos reafirmando que el western es un
mar de secretos, la mayoría repletos de represión y urgencia de liberación.