Al igual que ‘Little Miss Sunshine’ o ‘Billy Eliot’, estamos ante una propuesta donde la familia será el problema y, a la vez, la solución. La adolescente con posibilidades de progresar en la vida, necesitará de los suyos para lograrlo, entretejiendo un relato de superación como tantos otros, que toca la fibra sensible para lograr la emoción.
Esta película es un remake del film francés 'La
familia Bélier' que adapta ideas y mantiene el nivel de genialidad de la
original. Es la historia de una familia sordomuda cuya hija menor es la única
oyente y guía del resto. Sin embargo, en esta versión del director y guionista
Sian Heder, la historia es ambientada en Massachusetts con la familia Rossi,
miembros de una clase trabajadora dedicada a la pesca por generaciones, lo cual
crea un obstáculo a a los padres cuando tienen que comprender por qué su hija
quiere ir a la universidad.
Con ingenio y humor, 'CODA: Señales del corazón' nos involucra emocionalmente con la familia protagonista. Se traduce encanto en la rutina laboral, en el sacrificio
del trabajo físico, el cual es compensado por una familia que alimenta un clima
festivo a pesar de tener que lidiar con situaciones de indignidad del trabajo. Para
ellos, la familia unida es motivo de felicidad siempre, a pesar de los problemas
que genere el entorno.
Con inteligencia, el film jamás nos hace sentir lástima por la
familia sordomuda. Su carencia es una entre otras (como la del dinero) y la
actitud siempre alegre de superar sus conflictos, junto a sus personalidades
extravagantes, logra un clima de empatía muy efectivo. El padre de familia es
Frank, interpretado por Troy Kotsur, que ha arrasado en la temporada de
premios; es un hombre limitado pero bueno de corazón; la madre, Jackie, es
interpretada por Marlee Matlin, ganadora del Oscar por 'Te amaré en silencio', el
hermano mayor, Leo, y Ruby (Emilia
Jones) conforman una familia que traspasa la pantalla con mucha humanidad. En esta
última se centra el conflicto del guion, pues al no ser sorda, tiene y tendrá
acceso a más posibilidades y de a poco empieza a entenderlo, sobre todo cuando
conoce a su profesor de música, quien le despierta el deseo de cantar.
Y justamente, el profesor de
música y el padre son roles fundamentales para la adolescente, porque se
transforman en sus guías espirituales, y cada uno le aporta dudas y
necesidades, las que alimentan el desarrollo de todo el film. Porque CODA se
trata de la necesidad de comunicarse y, en ese punto, la película hace un
tremendo uso del sonido para escenificar el conflicto, pero también, la felicidad.
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