viernes, 28 de marzo de 2014

¿Dónde se esconde la historia?...¡cuál historia!

Carreras de autos...autos bonitos....último modelo....explosiones....Aaron Paul.
Pareciera que echar todo esto a la juguera y ver qué sale es un experimento que la industria siempre manosea cuando quiere llevar a la pantalla una película basada en un videojuego. E ahí el problema.
Como el videojuego no tiene historia, para hacer una película hay que inventar una......y en esta ocasión se reunió un trío de guionistas (sí...tres!), pero  ninguno fue capaz de resolver el Tetris.
Tobey Marshalll es un tipo cualquiera, sin ninguna ambición. De pronto se topa con el malo (de chaqueta de cuero y esos cuellos extraños....super malo), y en un arranque de inteligencia se mezcla con este personaje cayendo en prisión por su culpa, y claro, al salir está sediento de venganza.
Bueno y lo demás para qué se los cuento.......
Seguro que para cualquier director es difícil trabajar con un guión débil....el guión es el paraguas que ampara todo el cuento..... pero acá se mojaron.
La dirección de Scott Waugh tiene falencias serias en la dirección de actores, por lo que pone todo su empeño en rodar, de la manera más espectacular posible, las escenas donde los autos son los protagonistas, pero se nota harta pobreza en las escenas que son filmadas dentro de la cabina, por ejemplo.
Si las escenas de acción pura elevan el valor artístico de la película (porque están bien hechas, alcanzan un buen grado de realidad) eso dependerá de cada uno y de lo que vaya a buscar. Si la vas a ver como una forma de hacer la previa de un carrete mejor, funciona. Si vas a verla con un ojo más crítico....la verdad no encontrarás mucho que criticar.
Siendo sincera, lo único que me animó a verla fue la presencia de Aaron Paul. Todos queremos ver cuál será el futuro de este actor que le dio vida a un personaje marcado a fuego en nuestra memoria, que tuvo evolución dramática, que tuvo desperfectos emocionales claves para la historia de Breaking Bad, y que catapultaron a Aaron Paul de la televisión a la gran pantalla. Pero insistimos....cuando no hay guión aunque seas excelente actor, cuesta. Y acá le costó. El flaco favor que le hicieron fue casi no haber cambiado su aspecto físico, que te transportaba de inmediato a la imagen de Jesse Pikman....y como éste no es Jesse Pikman ni en un millón de años, sales algo decepcionado. Pienso que el asegurar gran cantidad de salas en el mundo fue lo que motivó a Aaron a aceptar esta propuesta, que al parecer no volverá a repetir, según lo que declaró en THR hace unas semanas.
Cómprese su pop corn y de ahí a otro carrete. Esa es la recomendación.

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