Gracias a films como “Phantom
Thread” es que se entiende el por qué el cine arte sigue existiendo y
sobreviviendo a la imperante ciencia ficción, ávida de múltiples superhéroes.
Esta hermosura de película fue grabada en celuloide, una rareza en
esta era digital, pero que otorga tal calidad de imagen que logra dejar en el
espectador una sensación de teatro en detalle. Y si esta es la despedida de Daniel Day Lewis, lo hace alcanzado la cumbre.
Paul Thomas Anderson es uno de
los mejores en su trabajo. Y si “Inherent Vice” había dejado dudas, “Phantom
Thread” es un tapa boca rotundo con respecto al touch de magia que el
director le otorga a sus films. Esta película es cine puro, repleto de locura,
belleza y brutal honestidad. Los años le han dado sabiduría al director y por
eso se le ha hecho fácil hacerlas de director, escritor y cinematógrafo
brillante dentro de esta especialidad de los 35mm, donde las escenas con poca
luz recrean maravillas atmosféricas. El resultado es una colección de
hermosísimas imágenes que no estamos acostumbrados a ver en el cine actual.
La historia de “Phantom Thread” gira
en torno a Reynolds Woodcock, un hombre casado con su oficio: el ser uno de los
modistos más codiciados de la Inglaterra de los ’50. El guión del film es
impecable al construir a este hombre, cuyo semblante denota un dolor reprimido,
en una vida cuyo sostén ha sido su hermana Cyrill, junto a quien ha construido
este imperio de la moda. El guion presenta muy temprano a Alma, una mesera que
desordenará la reglamentada vida de Woodcock, en una escena coreografiada de
manera exquisita (¿cuándo te habían pedido desayuno de esa manera?). Ambos
vivirán todos los altibajos de una relación sentimental con mucha perspicacia, enclavando
los respectivos temperamentos con total precisión. PTA va desde lo tierno hasta
lo mordaz, prestando atención a las manías que siempre han estado ahí, pero que
no son percibidas sino hasta después de que se acaba el encanto inicial. Todo funciona
en torno a los caprichos de esta pareja, cuyo sarcasmo está a la orden del día,
lo que provoca que tengan geniales altercados por estupideces.
Todos sabemos de qué pasta está
hecho Daniel Day Lewis. Ganador de 3 Oscars, se enfrentó a un papel distinto a los que había desarrollado últimamente, el que pudo dibujar desde cero. No hay fallas en su elegancia, dolor, admiración, potencia en los diálogos, y si este significa su retiro del cine, con esta interpretación solo deja de manifiesto que será un vacío difícil de llenar. Pero la sorpresa absoluta es una excelente Vicky Krieps
(Alma). Krieps es casi una "novata" al lado de Day Lewis, pero fue capaz de ponerse a la par. Esto es muy
evidente hacia la mitad de la película, donde la chica desata su humor negro,
transformando el drama en una comedia a lo “My First Lady”. Lesley Manville es
otro acierto feroz. Está fantástica como la hermana del protagonista, dominando
cada gestualidad de su rostro y representando el lado frío, pero empático, de
la casa Woodcock. Hace recordar a la señora Danvers de “Rebecca”, el clásico de
Hitchcock.
Otros aciertos mayúsculos son el
diseño de vestuario y el soundtrack. Con niveles altos de producción, estudio y
creación, se lograron ropas exquisitas, mientras que el trabajo de Jonny
Greenwood (ha trabajado con Anderson desde 2007), y toda esa música
febril, delirante, atmosférica, fina, ha sido buenísimo. El guitarrista se ha
superado, abonando a esta historia equilibrio entre lo sublime y lo
perverso.
“Phantom Thread” resulta ser
de lo mejor de la filmografía de Paul Thomas Anderson, quien plantea este
versus entre voluntades y clases distintas, junto con mostrar el veneno que muchos
están dispuestos a beber con tal de continuar al lado de ese ser especial. La
película puede ser interpretada de muchas maneras y revisada desde distintos
ángulos, o que la enriquece como producto artístico pero, sea como sea, lo que
es seguro es que ,el espectador obtendrá como recompensa tanto cine arte en
cada encuadre, que pareciera que está en presencia de algo totalmente fuera de
lo que significa hacer cine en estas décadas.
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