domingo, 4 de octubre de 2015

Ray Donovan, temporada 3: un peldaño arriba

La serie protagonizada por Liev Schreiber fue subiendo en intensidad, principalmente emocional. En un potente episodio final caímos en cuenta de que el objetivo era mostrarnos a un Ray Donovan vulnerable, lejos del control. No queda duda que los caminos, de todos los personajes, quedaron expuestos al cambio más radical.

Recuerdo su primera temporada, justo después de “Dexter”, lo cual benefició mucho a la ficción de Showtime. Sin embargo, #RayDonovan quiso emprender su camino en solitario y la segunda temporada fue la confirmación de su éxito. De hecho, el final de la segunda etapa fue visto, en USA, por un 41% más de público que en la primera (puedes leer cuando escribí de esa temporada aquí).

Para la 3ra sesión la serie experimentaba varios cambios, algunos con mucha incertidumbre detrás: su creadora, Ann Biderman, que había estado al mando decidió bajarse del proyecto. David Hollander tomó el relevo, alguien que ya ejercía de guionista y productor pero que podía darle otra mirada. Ian McShane se incorporaba interpretando a Finney, un productor de cine que contratará al protagonista para sacar a su familia de un dilema. Lucien Dubenko prometía un rol curioso pero expectante al meterse en la piel del padre Romero, un clérigo con ansias de descubrir quién fue el asesino de un sacerdote que murió en la primera temporada (adivinen!). Y el fichaje de Katie Holmes fue lo más sorprendente y las crónicas señalaban a un personaje de potente importancia en el guion.

El escenario prometía y funcionó muy bien. El hilo principal era devolverle a Ray el protagonismo, el que había perdido gracias a Mickey (Jon Voight). Ray no solamente dejó claro que necesita tener el control de todo y todos, sino que debía explotar en su emocionalidad en algún minuto y el guion nos estaba preparando para eso. Personalmente, había momentos en que me ahogaba el sentir la presión que tenía el personaje, resolviendo “asunto” tras “asunto” y todos involucrando dinero, muerte, peligro, familia. Y en esta acumulación constante de preocupaciones, tuvieron mucha relevancia el desarrollo que el guion le permitió a los hermanos de Ray:
Bunchy (Dash Mihok) decide tomar el control de su vida casándose y con un embarazo a la vista. Y Terry (Eddie Marsan) se transformó en esa voz maternal que Ray necesitaba para no caer en la desesperación; el tiroteo donde Terry casi muere fue el punto de inflexión para un nuevo Ray. Y Daryll (Pooch Hall) si bien tuvo una línea argumental más ligada al boxeo y ser el compinche de Mickey, igual termina girando su línea de acción luego del asesinato de su novia.
Los Minassians. Fueron la amenaza que hizo actuar a los Donovan como familia. Bridget, la hija de Ray, ligándose a su profesor y marchándose de su casa en el episodio final también situará al protagonista en otro escenario (como padre). El personaje que, para mí, sigue quedando al debe es el de Abby (Paula Malcomson) y a estas alturas creo que no es un problema de guion sino que de actriz, la que no me encaja totalmente como esposa de Ray, algo le falta. Y Mickey….finalmente dejando la ciudad, algo que le habían pedido toda la temporada y sólo hizo en el último cuadro, para que nos imaginemos que Jon Voight (quizás) no va a estar en la 4ta temporada (sería un riesgo).


Las incorporaciones que señalamos anteriormente funcionaron bien, salvo Katie Holmes. El personaje de Ian McShane fue perfectamente caracterizado, tuvo desarrollo y un final acorde. Puso sobre las cuerdas a Ray y lo hizo sentirse amenazado. Lucien Dubenko se lució como el sacerdote que, finalmente, expía a Ray de sus culpas y lo hace caer en el momento más logrado de toda la temporada: la confesión, el arranque emocional que explota como olla a presión, la contención y la acogida. Un gran momento, que sitúa a Ray Donovan, de cara a la 4ta temporada, con la posibilidad de ser más vulnerable pero siendo el mismo. Katie Holmes tuvo un desempeño mediano, su personaje asomó como eje central pero fue perdiendo fuerza. Es más, ni siquiera se logró transmitir muy bien que Ray estuviera realmente interesado en ella; aunque Hollander no ha sido preciso al señalar que desaparecerá completamente, es difícil que puedan mantenerla sino le ofrecen un papel con una línea más clara y eso involucra tener una relación con Ray la que, por ahora, no vemos cómo se podría desarrollar. Bueno, para eso están otros en esa tarea.


En resumen, una experiencia cercana a la muerte. Un embarazo. Tiroteos bien logrados. Una experiencia religiosa. Todo esto tuvo la 3ra temporada, cuyo final llamado "Exsuscito," llenó todo para imaginarnos un nuevo comienzo en la cuarta temporada, ya anunciada, y la colocación de muchos personajes en peligro. La traducción del título del episodio final significa "despertar" y Ray llegó al lugar más vulnerable y a las manos de alguien que conocía la verdad sobre él para despertar a algo seguramente desconocido. Ahí fue donde realmente la temporada desembocó hacia donde nos condujo todos los capítulos: a la emocionalidad escondida del protagonista.

Ray Donovan es una serie que se inspira en el mejor cine negro de los ‘40, con una historia muy bien hilvanada, que en cada temporada nos va descubriendo los secretos de la familia Donovan. El productor, y director del episodio final, David Hollander, nos promete una "nueva ciudad" para una 4ta temporada que podría hacer perdurar mucho más a una serie a la que le llora una precuela o un spin off.

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