lunes, 8 de marzo de 2021

WandaVision: ensayo de fórmulas

 Los productos Marvel siempre han ido  a lo seguro, no corren riesgos. Por eso, la propuesta de “WandaVision” es, a lo menos, llamativa. Recurriendo al novedoso elemento de enganchar con capítulos semanales anclados en series de comedia del pasado, se hace esperar para develar su verdadero tono y, lo más importante, mostrar la estrategia Disney para la gran cantidad de productos que vienen, relativos al MCU.

 

Con la temporada completa, una concluye que “Wandavision”  no ha sido tan extraordinariamente distinta al resto del MCU, tal  como prometían sus capítulos iniciales. Pero aún así, plantea un interesante entramado de conexiones entre cine y televisión que atrae a un público intermedio y a los enamorados de la nostalgia. Pero todos sabíamos que el  mundo ficticio de estos homenajes a sitcoms no podía ser lo medular, por muy en serio que se lo hayan tomado en la exquisita producción y ambientación, y el desarrollo perfecto de ese tono cómico por parte de los protagonistas (Paul Bettany está increíble en ese tono humorístico).

Cada capítulo era una década y una comedia representativa de la misma, con los atuendos y lenguajes de esos momentos pasados, pero siempre la pregunta era  por qué la serie recurría a las comedias de situación; la respuesta, es que ese  lazo especial que Wanda Maximoff comparte con “Dick Van Dyke Show”, “Malcom in the Middle” o “I Love Lucy”, es el espacio de seguridad emocional que éstos brindaban. Esta elección de referentes es de una lógica aplastante si consideramos la naturaleza de la Bruja Escarlata, sobre todo, y de Visión. Pero estaba  claro que aquellos homenajes eran circunstanciales y que la   aparición de Agatha Harkness (obvia si se sabían leer las pistas),  llena de humor, era el nexo con este  trasfondo de genuina “brujería” del personaje de Wanda. 

A   mitad de la temporada, el fan de Marvel respiró tranquilo porque aparecieron las agencias gubernamentales alimentando la trama conspiranoica y de  control de super héroes. A partir de ese momento, y pese a destellos de excentricidad gracias a Agatha Harkness y esos recuerdos a series emblemáticas, la Bruja Escarlata y Visión vuelven a encajar con el MCU, instalando la pregunta de qué  futuro plantea “WandaVision” para este universo, considerando que aquí toda producción afecta a la que viene. Al parecer, la respuesta está en las series, porque a pesar de ese inicio gracioso, la producción se las arregló para mantener la identidad Marvel: buenos efectos, humor, guiños, estupendo reparto, personajes atractivos, los que dejan caer su manto emocional en los episodios finales. De hecho, el episodio 8 no tuvo acción pero  resplandeció gracias a esas dimensiones emocionales, con un arco narrativo que comenzó su construcción hace mucho tiempo, en “Avengers: Era de Ultron” (2015). Una vez más somos testigos del modus operandi de Marvel para desarrollar personajes al largo plazo, algo que puede desagradar a los puristas del guion, pero que resulta loable en cuestiones de planeación a futuro de cualquier franquicia.

Hoy,  lo único que le importa a Disney es no perder el impulso, encadenar un producto con otro. En pocos días tendremos el estreno de “Falcon y el Soldado de Invierno”, que promete un tono más “Avengers” y con menos  espacio para excentricidades. Pero sin duda, que este “ensayo de fórmula” que significó “WandaVision” deja la lección de que se puede  probar distintos tonos, ensayar posibilidades para  cimentar los arcos narrativos de personajes de manera novedosa, en el presente y en el futuro y en las próximas fases del universo , lo cual es fundamental en la receta Disney para perpetuarse en el entretenimiento y en la competencia de los streaming.

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