Los productos Marvel siempre han ido a lo seguro, no corren riesgos. Por eso, la propuesta de “WandaVision” es, a lo menos, llamativa. Recurriendo al novedoso elemento de enganchar con capítulos semanales anclados en series de comedia del pasado, se hace esperar para develar su verdadero tono y, lo más importante, mostrar la estrategia Disney para la gran cantidad de productos que vienen, relativos al MCU.
Con la temporada completa, una concluye que “Wandavision”
no ha sido tan extraordinariamente distinta al resto del MCU, tal como prometían sus capítulos iniciales.
Pero aún así, plantea un interesante entramado de conexiones entre cine y
televisión que atrae a un público intermedio y a los enamorados de la nostalgia.
Pero todos sabíamos que el mundo
ficticio de estos homenajes a sitcoms no podía ser lo medular, por muy en
serio que se lo hayan tomado en la exquisita producción y ambientación, y el
desarrollo perfecto de ese tono cómico por parte de los protagonistas (Paul Bettany
está increíble en ese tono humorístico).
Cada capítulo era una década y una comedia
representativa de la misma, con los atuendos y lenguajes de esos momentos pasados,
pero siempre la pregunta era por qué la
serie recurría a las comedias de situación; la respuesta, es que ese lazo especial que Wanda Maximoff comparte con “Dick
Van Dyke Show”, “Malcom in the Middle” o “I Love Lucy”, es el espacio
de seguridad emocional que éstos brindaban. Esta elección de referentes es de
una lógica aplastante si consideramos la naturaleza de la Bruja Escarlata,
sobre todo, y de Visión. Pero estaba claro que aquellos homenajes eran
circunstanciales y que la aparición de Agatha Harkness (obvia si se
sabían leer las pistas), llena de humor, era
el nexo con este trasfondo de genuina “brujería”
del personaje de Wanda.
A mitad de la temporada, el fan de Marvel respiró tranquilo porque aparecieron las agencias gubernamentales alimentando la trama conspiranoica y de control de super héroes. A partir de ese momento, y pese a destellos de excentricidad gracias a Agatha Harkness y esos recuerdos a series emblemáticas, la Bruja Escarlata y Visión vuelven a encajar con el MCU, instalando la pregunta de qué futuro plantea “WandaVision” para este universo, considerando que aquí toda producción afecta a la que viene. Al parecer, la respuesta está en las series, porque a pesar de ese inicio gracioso, la producción se las arregló para mantener la identidad Marvel: buenos efectos, humor, guiños, estupendo reparto, personajes atractivos, los que dejan caer su manto emocional en los episodios finales. De hecho, el episodio 8 no tuvo acción pero resplandeció gracias a esas dimensiones emocionales, con un arco narrativo que comenzó su construcción hace mucho tiempo, en “Avengers: Era de Ultron” (2015). Una vez más somos testigos del modus operandi de Marvel para desarrollar personajes al largo plazo, algo que puede desagradar a los puristas del guion, pero que resulta loable en cuestiones de planeación a futuro de cualquier franquicia.
Hoy, lo único que le importa a Disney es
no perder el impulso, encadenar un producto con otro. En pocos días
tendremos el estreno de “Falcon y el Soldado de Invierno”, que promete un tono
más “Avengers” y con menos espacio para
excentricidades. Pero sin duda, que este “ensayo de fórmula” que significó “WandaVision”
deja la lección de que se puede probar
distintos tonos, ensayar posibilidades para cimentar los arcos narrativos de personajes de
manera novedosa, en el presente y en el futuro y en las próximas fases del universo
, lo cual es fundamental en la receta Disney para perpetuarse en el
entretenimiento y en la competencia de los streaming.
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