domingo, 27 de marzo de 2016

Batman vs Superman: sólo es la siembra para algo más grande

Uno de los films más esperados del año ha llegado y tiene al mundo abarrotado en críticas negativas. Sin spoliear, doy mi visión de esta película que reúne a dos superhéroes que tienen varias generaciones de fanáticos, siendo ese uno de los grandes problemas, junto con el del relato y la edición.


Marvel ha dado, de a poco, una pauta sobre las películas que superhéroes que la gente quiere ver. Tanto “Iron Man” como “Capitán América” sobre todo, se han fortalecido y asentado su éxito en historias bien elaboradas, hasta con narrativa dramática que no suena forzada y que se ha anexado al efectismo de la película. Desde el año pasado que los trailers (siempre muy bien minuteados, no nos engañemos) nos venían avisando que “Batman vs Superman: dawn of justice” sería de aquellos films inolvidables. Cada héroe arrastra una historia, en el cine y la tv, apoteósica, pero mi gran duda era saber si Zack Snyder sería capaz de responder al reto.

Primera cosa. El film carece de un tono que lo defina; no es una película de Batman y tampoco una película de Superman, ni de ambos en conjunto. El gran problema acá es que no se impone una certeza. Por ejemplo, ver a Tony Stark creando una armadura y haciendo mejoras en ella, película a película, muestra que el plantear un verosímil te permite entender mejor lo que cuentas y prorrogarlo a siguientes secuelas con mejor fluidez; una buena historia y un planteamiento correcto sobre qué leyes de la realidad se buscan alterar, puede construir un hilo conductor que anexe los efectos especiales, típicos de estas producciones, como un valor agregado a la historia. Y ninguna cosa es mejor que la otra. No es el caso en la segunda película DC Comics/Warner Bros.
Segundo y predecible. Hay abuso de los efectos especiales y problemas de edición; por ejemplo, el batimovil participa en secuencias donde los videojuegos tienen mejor fotografía, luz y velocidad, mientras que las peleas de Superman y Mujer Maravilla carecen de estética y no se ven reales. Tercero y reitero, hay una falta de delimitación sobre qué historia se quiere contar. Y cuarto: dos públicos distintos a los cuales satisfacer. Quinto: la falta de eje queda aún más descubierto por una serie de pomposas discusiones sobre la humanidad, las que giran sobre sí mismas sin llegar a ninguna parte ; la psicología de los personajes tampoco está muy bien elaborada y no están a la altura de tamaña grandilocuencia. Al final todo es un problema de expectativas ante el enfrentamiento del siglo…eran demasiado altas, y más aún, con el peso de empezar a construir, de un momento a otro, un universo compartido para hacerle competencia a los héroes de Marvel.



Pero también queremos rescatar puntos positivos, esto no es un gran desastre. Veamos:

Henry Cavill es un buen Superman. Qué difícil ponerse en el traje azul y capa roja. Es de esos papeles que te encasillan como actor. Cavill es un sucesor digno de Christopher Reeve, tiene un look apropiado al Superman heroico de los ’80 y pareciera estar más perturbado emocionalmente. En 2013, la química con Amy Adams (Lois Lane) y la relación con sus padres mantuvieron al personaje conectado a tierra, incluso cuando los ángulos de cámara (malos) de Snyder amenazaron con marear al público, Cavill se elevó como una verdadera estrella de ese cine heroico.
Ben Affleck hace su propia versión de Batman. Mi temor es que era demasiado pronto para ver otro Batman en el cine. Porque Christian Bale había dejado un algo imperecedero en su interpretación en "The Dark Knight." Ben Affleck no es un novato y eligió no fijarse en esas trampas comparativas, ofreciendo un anti-héroe diferente: un canoso hombre murciélago, casi en los 50, que está muy desilusionado de la vida. Su interpretación no es la mejor – lo sobrepasan Bale y Michael Keaton- pero no está entre los peores tampoco. Él nos da un Batman que entra en conflicto con cuánto espacio tendrá para crecer, tomando en cuenta las secuelas que se están barajando.
Gal Gadot como la Mujer Maravilla. Su participación en el film era, más bien, un estudio para ver si ella aguanta una franquicia como la Mujer Maravilla. Su papel es pequeño pero alentador respecto a lo que vendrá en 2017 con “La Mujer Maravilla”, dirigida por Patty Jenkins. Aportó.
Menos personajes. Lo que conlleva menos complicaciones narrativas que la mayoría de las películas de superhéroes interconectados de Marvel; en ese sentido, ésta es más simple y no hace falta un manual para entender a estos personajes, que ya tienen 50 años en el cine, pero a los que hay que darles un carácter más actual, hacerlos más contemporáneos, y en esa tarea no siempre se acierta.




A diferencia de Nolan (que logró transformar su saga en una obra de arte del cine), Snyder creó una película que sólo puede verse con bebidas y cabritas. La película tiene mucha adrenalina pero le falta historia, un eje. También tiene problemas de edición en las secuencias de batalla, la luz no es de las mejores. La BSO es adecuada, a cargo de dos próceres a la hora de componer para películas de acción. Sin embargo, no descuidemos la idea de que esta película está tratando de construir otro púbico, de renovar los fans, aquellos que buscan el efectismo, por eso era más fácil no tener peso dramático y enfatizar los efectos. Ninguna de las dos cosas se logró correctamente y la película llegará de distinta forma a los dos tipos de espectadores que tendrá: Unos van a quedar decepcionados porque no van a sintonizar con mucho de lo que se ve en pantalla. Y los otros, van a quedar decepcionados porque conocen la materia prima, el lugar desde donde parte todo, y esperaban que el primer puntapié para “La Liga de la Justicia” estuviera más a la altura. Porque, señoras y señores, eso es lo que de verdad importa…efectivamente este film es sólo un origen, una recortada de césped para sembrar lo que verdaderamente debiera ser grande en este universo DC/Warner: la película de LA LIGA DE LA JUSTICIA.

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