Brillante. Ese es el concepto con el que
nos hemos quedado tras el visionado de la temporada 5 de "Better Call Saul". Cada
vez más cerca del tiempo de "Breaking Bad", esta sesión se dio el lujo de
deslumbrar en su lenguaje visual, giros dramáticos y crecimiento de sus
personajes, todo en armonía tan bella que ya acumula puntos por sobre su serie
madre.
Explorar más allá de los límites de "Breaking
Bad" no parecía buena idea, principalmente porque el final de serie fue extremadamente
perfecto. Sin embargo, Vince Gilligan conocía muy bien a sus personajes y
sabía que varios de ellos podían dar más historia en una serie aparte, y Saul Goodman
es quién está demostrando, hace rato, que esa premisa es cierta. Los hilos de "Better
Call Saul" y "Breaking Bad" se entrelazan cada vez más, en tono y
temática, y en esta penúltima temporada eso ya fue insoslayable, como cuando Mike
le dice al protagonista que "las decisiones que tomamos nos ponen en un
determinado camino".
El guion, como siempre, se alejó de lo trivial para brillar en un
relato ingenioso, con giros y centrándose en el conflicto interno, siendo
fiel a la lógica de los personajes; cada
uno logró establecer su cambio de dirección (o dar luces de eso) junto con plantar las encrucijadas que deberán desenredarse en las últimas horas de serie.
Y a pesar que es a Jimmy al que queríamos observar
en esta transformación, tras la quinta temporada es Kim (magistral Rhea Seehorn)
la que deja las mayores interrogantes porque se volvió un misterio, sobre todo
en el último capítulo, "Algo imperdonable", cuyo título está lleno de
significados; uno de ellos lo da el propio Saul a su esposa, cuando ésta le
propone arruinar a Howard para poder trabajar probono. Aquí el guion
vuelve a "Breaking Bad", porque allí todos estaban convencidos de que lo que
hacían, tenía un perfil altruista; la diferencia es que, hasta acá, eso se
enfocaba a la mirada de Jimmy, pero la dupla Gilligan-Gould amplificó el tono hacia
el personaje más querido por la mayoría de la audiencia. Kim ya no es la dama
arruinada por McGill, porque ahora da muestras de poder salvarse sola. En
varios momentos nos sorprendió su complejidad, tan parecida a la de Skyler
White, un personaje que siempre fue apuntado con el dedo del machismo. Quizás,
Kim es una especie de revancha de los creadores hacia los detractores de la
señora White, porque realmente sabemos poco de Kim. Gilligan nos dio un
pequeño atisbo en el episodio donde la vemos en su infancia solitaria y
triste, pero resuelta, cuando decide bajarse del auto de una madre
aparentemente irresponsable y seguir caminando sola a casa. Y la misma
resolución vemos en el gran capítulo "Bad Choice Road", donde enfrentó
cara a cara a una amenaza real y que era el mayor terror de Jimmy. ¿Quién
es Kim?, ¿Dónde calza en este crucigrama?, ¿Tendremos esas respuestas en la
season finale?.
En "Breaking Bad" y "Better
Call Saul" los villanos tienen que estar a la altura. No era fácil tener
de antecesores a Gus Fring y Héctor Salamanca, pero Tony Dalton hace un trabajo sensacional, tanto así que fue necesario mantenerlo vivo para el cierre. De
esta manera, Lalo es el hilo que une a Saul con BB y es la mayor
preocupación de Fring. Que el plano final de la temporada haya sido su huida, espeluznante
y hermosa a la vez, tira el dato a la mesa de que la muerte, el conflicto, las
dudas y los engaños vendrán como forma de supervivencia.
Y qué decir de Bob Odenkirk. El inescrupuloso es reemplazado por alguien con miedo a morir y con miedo a perder
a Kim. Muchas cosas no las dice, pero nos basta mirar su expresión para saber
qué piensa y qué teme, como en el plano en que Kim lo observa con frialdad
mientras le cuenta su gran plan, en contrapunto con el final de season 4, donde
Kim lo observa con pavor irse por el pasillo mirando los primeros atisbos de Saul.
Analogía preciosa.
"Wexler vs Goodman" fue otro episodio
perfecto, por todos los contrapuntos que ahí ocurren, sin embargo, lo mejor del
año (extraño año) debería ser el capítulo 8 "Bagman". Dos semanas demoró
el equipo en producirlo para que funcionara por sí solo, sin necesidad de contexto.
El desierto es el escenario que desnuda el espíritu de la serie en esa huida, y
nos muestra a Saul y Mike fortalecidos como personajes; punto
aparte es la riqueza visual absoluta, en una comprensión total del lenguaje
cinematográfico que debe tener una gran producción.
A "Better Call Saul" le quedan algo así
como 9 horas para desencadenar su final. ¿Cómo Goodman entablará el vínculo con
Gus?, ¿Qué destino habrá para Lalo y Nacho?, ¿Cómo se contextualizará la escena
de "Breaking Bad" en la que son mencionados?, ¿Veremos a Walter o
Jesse en escena? y, por supuesto, qué pasará con Kim. Y también queremos
conocer qué datos nos entregará la característica escena del "presente" de
Gene Takavic (Saul/Jimmy) y que no es en blanco y negro porque sí, y tampoco es casualidad que esta, aparentemente,
desgraciada actualidad, lo enfrenta a su pasado en Nebraska, la misma ciudad donde
la pequeña Kim se bajaba del auto de su madre.
Los finales de serie dignos de la historia que
contaron, son poquísimos. Y "Breaking Bad" está en esa lista. Por eso, nadie
duda que Vince Gilligan construirá el final que Jimmy se merece, que todos
estos inmensos personajes se merecen, y que han hecho eco de la herencia de su
serie madre. Seguramente el final tardará en llegar, pero cuando lo haga
estaremos en presencia de otro hito en el mundo de las series.
Buen dato ese de Omaha, Nebraska, no me fijé cuando vi el episodio. Leí x ahí que la temporada final serán 13 episodios, será cierto? GRAN temporada, enorme
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