Luego de una primera temporada que levantó nuestros espíritus, la temporada 2 de “The Mandalorian” continuó la línea y pisó igual de fuerte, dispuesta a situarse como uno de los mejores productos derivados del universo “Star Wars”. La tarea de Mando por encontrar al clan guerrero más reservado de la galaxia ha sido difícil, tanto así, que lo llevó a terrenos desérticos y a otros llenos de niebla, mientras hacía incómodas alianzas y encontraba personajes de total referencia al universo.
No se necesita ser un completo conocedor del universo cinematográfico de Star Wars para disfrutar The Mandalorian, la propuesta más concisa que ha presentado la plataforma Disney+, y que gana adeptos por doquier. Sin miedos ni complejos, se plantea como una serie espacial que se desarrolla en un tiempo lejano al creado por George Lucas, pero que su concepción la presenta como una historia independiente que conecta con algunos acontecimientos expuestos en la historia principal. “The Mandalorian” ha sabido posicionarse gracias elementos bien conjugados, como contar, de manera contundente y rápida, las aventuras de este caza recompensas con una misión compleja y, por otro lado, el que sus co-creadores Jon Favreau y Dave Filoni hayan dado un giro al western, lo que produjo una sensación de serie áspera, pero fresca y reconociblemente Star Wars.
Pedro Pascal ha sido el estoico hombre de
honor que carga el casco, mientras su camino fue recorrido haciendo guiños a la Fuerza y estableciendo esta historia
tipo padre-hijo, con un ser inventado y que se llevó todos los flashes: Baby
Yoda. Así, esta segunda temporada era esperada para conocer cómo nos iban a seguir contando este viaje, para lo cual la producción
de Luscasfilm estableció aciertos interesantes en la rotación de directores: la mirada de Dave Filoni, Jon
Favreau, Peyton Reed, Rick Famuyiwa (perfecto para cualquier cosa “Star
Wars”), Robert Rodríguez (dirigiendo el episodio final) y hasta el actor Carl Weathers (sí, Apollo Creed) que
interpreta al ex magistrado Greef Karga. Cada uno jugó con los mismos elementos,
basándose en ir entrando en terrenos añorados por los fans del universo y adjuntado
a cada escena, un trabajo escenográfico y argumental de calidad.
Muchas escenas en exterior, mucho espacio y tensión propia del western más cuidado. La foto, el trabajo de las criaturas y la dirección de los episodios rayó a muy buen nivel. Disney y Lucasfilm están invirtiendo muchos recursos en este show y así es como nos han presentado una producción elaborada, con aventuras convincentes e incorporando elementos casi medievales: caballeros con armadura, un temible dragón, la parábola bíblica, Mando en el vientre de la ballena, y el elemento occidental de "vaqueros" e "indios" que se unen contra una amenaza común. Ese giro es muy de “Star Wars”, pues ahí se enfatiza la unión de especies al servicio de un bien mayor.
“The Mandalorian” está demostrando ser capaz de expandir el universo con más respeto y mejores aciertos que las secuelas que hemos visto en el cine o la TV. Hasta es capaz de incluir a las denostadas precuelas en su argumento y aún así, despertar interés cada semana, generar debates y análisis sobre el tratamiento de esta historia que ya logró que Disney anunciara dos spin-off gracias al hombre del casco que (no sabemos!) ha desarrollado sentimientos ante un Grogu cautivo y que, ahora, será el centro de la acción de la tercera temporada. Lo que sí sabemos es que se vienen más episodios con batallas muy bien coreografiadas, con poderosa música de Ludwig Goransson y fantásticos dibujos post créditos, elementos que podrían transformar a “The Mandalorian” en un nuevo clásico de esta “new era Star Wars”, con tintes de western y que vale la pena seguir explorando.
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