sábado, 16 de noviembre de 2019

The Capture: ¿podemos seguir creyendo en lo que vemos?


La BBC es capaz de darnos series de un rigor absoluto y, en otros casos, puro entretenimiento y acción. “The Capture” se incluye entre estas últimas, cautivando a la audiencia con una temática en sintonía con los tiempos.

En la línea de “Bodyguard”, pero con un final más desconcertante, la inspectora Rachel Carey abandona su lugar en la sección de Antiterrorismo para  poder mantener una relación sentimental con su superior. Su llegada a Homicidios le plantea un escenario totalmente nuevo cuando un ex soldado, acusado de matar a sangre fría a un talibán, es liberado de la cárcel gracias a que su abogada demuestra  que la captura de imagen, donde se ve al hombre disparar, podría tener el audio desfasado. Cuando la detective interpretada por Holliday Grainger es asignada para evaluar el caso, se encuentra con una maraña de desinformación.
  
“The Capture” es ese thriller de espionaje de tendencia paranoica, que saca su fuerza de los temores del momento: fake news y falsificaciones en la era del terrorismo, lo cual es el ingrediente que mueve vertiginosamente un guión que a veces tropieza por culpa de ese  ritmo, tal cual le ha pasado a “Homeland”, por ejemplo. De esta manera, la serie se mueve en una atmósfera menos frontalmente política que “Bodyguard” porque se fija en que sus personajes no respiren, porque todo es acción y acción y giros inesperados; igualmente lanza su crítica a la sociedad  tecnológica  que deja  campo libre a la  manipulación, al tiempo que la verdad se vuelve  quimera. 


A partir de esta premisa y la carrera contrarreloj que toman los hechos, se descuida el que ningún informático pueda separar lo real de lo añadido por computador. O que  una prestigiosa oficina de abogados se le ocurra fingir un autosecuestro y falsificar pruebas que los inhabilitarían como defensores y los llevarían a prisión. O más increíble, que a Rachel no se le haya ocurrido mirar primero la cámara del bus para comprobar si Hannah lo tomó. Y es bien delirante pensar que el MI5 colabore con la CIA para que ésta asesine a una ciudadana británica en suelo británico. Muy loco.

A nivel de actores, como siempre, las series inglesas cumplen. Buen protagónico de Hollyday Grainger , quien fuera Lucrecia Borgia en la serie inglesa sobre la familia papal, y gran satisfacción de ver que al jefe del operativo de la CIA en Londres lo interpreta el incombustible Ron Perlman. Y Callum Turner, con cada gesto y diálogo, nos convencía de  que nuestros cerebros son sugestionables.
Una vez más, los ingleses  ofrecen  entretenimiento contemporáneo inteligente. “The Capture” es ambiciosa y con su frenético desarrollo descuida un poco el final, pero sin duda que tiene muy buena producción y establece un punto acerca de si los servicios secretos deben tener mayor supervisión por parte del poder civil. Aún no se confirma una segunda temporada aunque, y después de sopesar sus opciones, la CI Carey tenga casi decidido establecerse como topo dentro del programa de correcciones y así poder  observar a los observadores.

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