jueves, 14 de abril de 2016

AMERICAN CRIME: una serie inteligente

¿Cómo calificar una serie cuándo ésta es muchísimo más que un “es buenísima”?. Quizás no sea para el público masivo, podrá perder espectadores en su bien lograda lentitud, pero el show de John Ridley apunta a algo más que el simple entretenimiento tras un jodido día de trabajo: es denuncia social, es un abrir los ojos, es una interpelación directa al espectador. Ahí está toda su riqueza.


American Crime pertenece a este grupo de series que, poco a poco, debiera irse imponiendo: cambiar de historia y elenco todos los años y concluyendo su historia, permitiendo redondear y acotarse a lo que se quiere contar específicamente, sin perderse en temporadas largas y con giros obligados. La temporada 1 se centró en el crimen de un veterano de guerra y todo el abanico de sospechosos (que incluyeron latinos y afroamericanos) dejando en evidencia intolerancias y prejuicios. En esta segunda entrega la serie repite casi a todo el casting para contarnos otra historia, la que se convierte en espejo de la sociedad y nuestros razonamientos cuando hablamos de religión, raza o sexo. El conflicto es un crimen que no se preocupa por quién fue el asesino, sino que intenta entender el porqué del asesinato.
Lo que podría ser una broma estudiantil pasa a mayores cuando Taylor cuenta que fue violado por su amigo Eric. De allí en más, la serie explora todos los intereses que rodean a este caso, ocurrido en un colegio muy caro y exclusivo, lo que añade ingredientes que enriquecieron la trama. El resultado es un retrato incomodísimo de la sociedad actual.


Guion lleno de tabús, discriminación, educación en crisis, violencia, abusos, internet….todo es expuesto al espectador, quien debe tomar partido. Así, American Crime va presentando la mirada de cada uno de esos seres, donde ninguno es completamente inocente. El gran mérito del guion es hacer  la pregunta de ¿qué hubieras hecho tú…? poniéndote en el lugar de las víctimas y los supuestos culpables. Fue un ejercicio emocional y reflexivo para todos.
Nuevamente las actuaciones fueron punto más que relevante. Felicity Huffman está espectacular, Lili Taylor también, Timothy Hutton, Regina King a gran nivel etc. Los jóvenes del elenco (Jessup y Pollari, tremendas revelaciones) entregan una representación de los adolescentes que es de lo más power que se ha visto últimamente.


La temporada brilló porque supo ocupar muy bien los silencios (algo ya visto con maestría en The Leftovers); hay cosas que no se dicen, las fachadas, la tensión....todo se respira, se transmite por la pantalla. Y asumiendo la culpa de que no es una serie fácil de ver (los números fueron bajos en la temporada 1) el creador sube la apuesta y logra un ambiente aún más angustiante. American Crime (temporada 2) fue un excelente ejercicio para tomar en cuenta las consecuencias de la discriminación, de la visión sesgada, del bullying, del no aceptar al otro. Serie sin sentimentalismos, dura y por ello destinada a una audiencia minoritaria; sus números son el fiel reflejo de esta sociedad que siempre está buscando mirar para el lado.

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