No fue una serie muy innovadora ni vino a cambiar las reglas
del juego: la co-producción de BBC y AMC se ciñó a tópicos
conocidos y con ellos entregó un material que no necesitó giros y golpes efectistas
para generar tensión en cada plano.
John le Carré ha sido víctima de muchísimas adaptaciones al
cine y la TV: “La casa Rusia”, “El Topo”, “El jardinero fiel”, “El sastre de
Panamá” son algunas que se me vienen a la mente. Ahora se sumó “The Night
Manager”, la que llegó en un momento donde los espías tienen copada la pantalla
chica. Pero esta propuesta venía con dos ases bajo la manga, que la hacían
irresistible: Tom Hiddleston y Hugh Laurie. Ellos fueron la razón
principal por la que me interesó la serie, y resultó ser algo mucho más potente
que dos protagonistas de lujo.
La historia de Jonathan Pine (Hiddleston), un ex militar que
acaba convertido en pieza clave para tratar de encarcelar al poderoso Richard
Roper (Laurie), empresario millonario gracias a su negocio de venta ilegal de
armas. Ese es el leif motiv.
El héroe trabaja (inicialmente) como recepcionista de un hotel
en El Cairo. Mientras ese país es un hervidero ante la inminente caída de
Mubarak (2011); el conserje conoce a Sophie quien le develará un secreto que la
condena a muerte y, de paso, Jonathan queda involucrado en una trama de intriga
internacional de la que no podrá escapar. El duelo de personajes fue puro
disfrute. El riesgo del protagonista es constante. Años después, Pine clama por
venganza introduciéndose en el círculo de Roper. Se transforma en su
hombre de confianza, aunque en realidad es un agente obsesionado con derribarlo.
Hay bellas mujeres, muchas armas y terribles secretos que atraviesan naciones
enteras. Ingredientes infaltables del género están presentes en “The Night
Manager” y funcionan a la perfección en su clasicismo, al tiempo que el
protagonista trataba de mostrar al mundo la verdadera cara del enemigo.
Hiddleston vs Laurie. Dos actores renombrados al servicio de
dos personajes muy diferentes a los que nos tienen acostumbrados. El Loki de Marvel se
la juega como un valiente tipo que, tranquilamente, podría ser el mejor
exponente que la pantalla chica haya logrado para tener su propio James Bond. Y
ya muchos medios especializados señalan que podría ser el sucesor de Daniel
Craig en el cine. Carismático, sensual, audaz, se atreve a insertarse en
las sombras (junto a la ayuda de una magnífica actriz británica llamada Olivia
Colman) y se convierte en el contrapunto perfecto para el cínico y arrogante
villano de la serie…en la piel del Dr. House.
Temas actuales como las revueltas en Medio Oriente -y el
lugar que ocupan en ellas las grandes potencias- en 6 episodios que son un
oasis visual, con perfecta fotografía y planos generales; todos dirigidos por Susanne
Bier (ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 2011 con “In
a Better World”).
Clara, concisa, un elenco brillante, donde Hiddleston y
Colman destacan por sobre el resto. Me quedé con las ganas de sentir más
villano a Hugh Laurie, actor que después de “House” se alejó de la pantalla y
ahora vuelve al primer ruedo y no sé si logré separarlo del magnífico doctor
que se hacía el malo. “The Night Manager” tuvo un final muy decente, nada inesperado,
pero bien hecho. La producción fue de primer nivel y nos dejó un personaje
protagonista que daría la talla para hacer con él un spin off.
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