domingo, 24 de abril de 2016

VINYL: pagando caro el sobreexceso

Cambios para la segunda temporada ha anunciado HBO, porque tras el resultado de su 1era salida al aire, sin duda, que hay que redirigir la dirección creativa de la serie. Terence Winter (“Los Soprano”, “Boardwalk Empire”) deja el equipo porque “Vinyl”, en el balance general, se quedó en promesas.


“La serie de Fincher”, “la serie de Glenn Close”, “la serie de Spielberg”. Para muchos, la magnífica “Boardwalk Empire”nació, creció y murió como “la serie de Scorsese”…siendo que fue la obra maestra de sus guionistas, como casi siempre es. “Vinyl” también cayó en ese saco errado de categorizar una serie porque un director de cine ingresa a un proyecto de TV; esta  colaboración entre el oscarizado cineasta y el prestigioso Terence Winter prometía traernos a la pantalla el amanecer del punk, el hip hop y la música disco graficado en la figura de Richie Finestra, el presidente de un gran sello discográfico que estaba en pleno proceso de salvar su compañía y, también, su alma.
El primer capítulo de “Vinyl”, con su duración de 113 minutos (el piloto más largo de la historia) fue una mini película de Scorsese. El lugar, la música, los diálogos, los temas… todo remitió a la variante más popular de la filmografía del italoamericano. El piloto se movió hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, con una estructura de flashbacks que avanzó sin perder un segundo…todos enganchamos. La serie de Scorsese, de Mick Jagger!, punk, drogas, alcohol, música…un coctel cinco estrellas para degustar cada domingo.

Pero algo ocurrió y ya en el tercer episodio notamos que el ritmo era otro, que la historia se iba en detalles menores…Devon refugiada en un Hotel, Richie en su mansión para meterse droga como enfermo, con una muerte en la conciencia, huyendo de las consecuencias de la mafia. Cada semana eran 50 minutos para avanzar poco en la trama; había mucho recreo en esa espiral de drogas y anhelo sexual extraconyugal. Entre la difusa línea del ridículo, lo cómico y lo patético Bobby Cannavale se pasaba de afectado en cada intervención, algo que no ayudaba a un guion que lo obligaba a protagonizar escenas repetidas y sin sentido (como la escena en el bar mitzvah de su colega).


Hubo pocos momentazos. Uno de ellos fue el reencontrarse con el Bowie de ficción, justamente cuando todos aún estamos de duelo ante su muerte; además, dieron en el clavo con el actor elegido, cuyo físico era muy parecido y reprodujo su forma de hablar con elocuencia. Ese ensayo de “Suffragette City” y la posterior charla con los dos representantes de American Capitol ha sido uno de los momentos mágicos que nos dio la serie. Debieron haber habido muchos de estos momentos, nos quedamos con ganas porque “Vinyl” siempre trató, a lo Shyamalan, de ser una serie sorpresiva, pero no lograban dar ese sello. El principal problema de la serie fue su carencia de sutileza. Episodio a episodio sembraban semillas de pistas sobre lo que iba a pasar, para concluir con algo desfachatado. Ya no nos ofrecían esa patada de endorfinas; la ficción se fue enfriando por caminos que ya estaban muy transitados, perdiendo el foco realista que había conseguido y, lo que es peor, fue reduciendo el impacto inicial por sobreexceso y por tirar todo a la parrilla, por ser super explícitos, en lugar de haber jugado más con lo sutil.


Lo mejor de esta primera temporada fue la música, hubiera sido el colmo si no. Diegética, visualmente representada y escuchada como una melodía omnipresente. Pero nos quedamos con ganas de haber podido “tocar” más de cerca esa época, que estuvo tan llena de vida. La fotografía, del nominado al Óscar Rodrigo Prieto (que también trabajó con Scorsese en “El lobo de Wall Street”) dio luz y oscuridad a un mundo sinuoso, que parecía preso del humo del cigarrillo y ambiente de fiesta todo el rato; la luz nos ayudaba a aguantar esas resacas de alcohol y drogas.

Bobby Cannavale logró una actuación mixta. Esclavo de un guion repetido y poco original, logró darle algo de chispa a su personaje, el que pudo haber evolucionado más. Pero en general fue una buena actuación.
Olivia Wilde, como su esposa, fue ignorada y relegada por el guion a un plano secundario. Son los ‘70!! La mujer ya es protagonista de una liberación que, esperamos, Olivia comande en la 2da temporada.
Ray Romano, como Zak, el mejor amigo de Richie, fue una buena sorpresa. Pensé que nunca me sacaría a Raymond de la cabeza y acá logró desplegar otras capas. La escena final señala que algo tendrá que cambiar entre Zak y Richie para el segundo ciclo.
Juno Temple y el “hijo de Mick Jagger” también fueron una buena sorpresa.

“Vinyl” nos prometió disco, funk, blues y hip hop y cumplieron, era un deleite “escuchar” la serie. Excelente la escena con el Elvis ya decadente, con Robert Plant tomando las riendas de su banda y mandando al carajo al sello. Pero también nos prometieron drama y humor y creo que el guion no supo dar en el clavo, se tornó confuso y distractor, con personajes que no agarraron el vuelo, lo que se reflejó, en EEUU, con bajas de ratings paulatinas; esto fue muy problemático para HBO que, por algo, la había programado antes de su as de espadas “Game of Thrones”.


Toda esta vorágine de malas audiencias y guiones confusos hizo salir al gran guionista Terence Winter del equipo y conseguir, como reemplazantes, a Scott Z. Burns y Max Borenstein. ¿Cuál será su propuesta para la season 2?. Tres ayudas:

Aparecería como recinto el mítico CBGB
La historia podría incluir a “Ramones”
Nuevas y poderosas mujeres irrumpiendo el mundo de los hombres

Pero como Netflix siempre aprovecha los baches de HBO, los que no quedamos conformes con esta “Vinyl” estamos expectantes para el estreno de “The Get Down”, serie que también mostrará el nacimiento del hip hop, la música disco y el punk en la ciudad de Nueva York y será dirigida nada menos que por Baz Lurhmann (“Moulin Rouge”, “El Gran Gatsby”). El guionista será Shawn Ryan (“The Shield”).

Luhrmann ya se ha comprometido a dirigir los dos primeros episodios y el final de la temporada. La serie contará con 13 episodios y tiene fecha de estreno para agosto. Para “Vinyl” y su vuelta de giro dramático, esperaremos un año.

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