sábado, 28 de enero de 2017

Manchester by the Sea: exploración moderna del duelo

Kenneth Lonergan saltó a la dirección con el amparo de su “padrino”, Martin Scorsese. Fue nominado por el guión de “Gangs of New York” y ahora está en la línea del comentario por ser el director de “Manchester by the Sea”, película que surge de Matt Damon y John Krasinski y cuyo soporte debía ser un protagonista con una gran tara emocional. Con presupuesto de 6 mm de dólares, es una de las películas imperdibles que dejó 2016 y ojalá se lleve muchos premios en los próximos Oscars.


Hollywood arrastra siempre una ambigüedad: con una mano, firma guiones exagerados y con excesos superheróicos, mientras que con la otra ofrece una lista de “caprichos” más bien alejados del espectador promedio, donde los mismos actores cobran una fracción ridícula de honorarios para dotar al producto final de un tinte artesanal. Lo curioso es que estos “caprichos” de guionistas, actores millonarios y productoras, se están haciéndose cada vez con más perfección, logrando entregar un producto dramático que compite codo a codo con grandes superproducciones.
Es el caso de “Manchester by the Sea”, película que trata sobre un dolor sordo que anestesia al hombre, mientras devora su interior. Un  duelo imposible, un tremendo vacío, un hombre roto por la vida. ¿Cómo seguir viviendo así? Solamente creando un escudo fortalecido con dosis de violencia y falta de interés.  Casey Affleck es el responsable de armar este puzzle llamado Lee Chandler, y deslumbra con este triste hombre que sobrevive a la rutina, que a menudo busca una pelea con algún desconocido para sentir dolor y finalmente desahogar algo. En sus ojos y sus gestos, sentimos la pena que nunca le abandona y suponemos el vacío en el cual se encuentra. La química entre el director, personaje y el actor siempre está al máxio, no se cae en todo el film.
Bastan un par de elementos para soportar esta tremenda historia:

El Guion
Para contar la historia, están los flashbacks en “tiempo real”, como proyecciones de los recuerdos que van y vienen; estos flashbacks, el guion los utiliza  cuando viene algo que pudiera amenazar la rutina del protagonista. En estos momentos, Kenneth Lonergan decide pausar el ritmo de la película y adentrarnos en al drama personal pero lentamente, y esa lentitud no se siente, se agradece. Fuera de estas escenas, Lonergan demuestra una modestia mucho más notable cuando se trata de mostrar a sus personajes manejando la aflicción. El director enfoca la primera parte de la historia en presentar la relación de Lee y su hermano (interpretado por el excelente Kyle Chandler) y dar pinceladas de la relación con su ex esposa (Michelle Williams). El guion tiene mucho peso, las piezas cuajan y la presentación de los personajes, a tres dimensiones, está sostenida por diálogos muy ricos. Esta película es un drama en todas sus líneas, pero la diferencia es que busca contar el Cómo y no el Qué. Y el guion se agarra de un ejercicio narrativo sutil, que genera una instantánea identificación emocional con los sucesos que se observan.

Los actores
El año 2007 Hollywood descubrió a Casey Affleck con dos películas:”Adiós, pequeña, adiós” y “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, por la que fue nominado al Oscar como Mejor Actor de Reparto. Esto de interpretar personajes con el alma torturada se le da muy bien, pero en este caso está muy marcado por su físico, el cual es demasiado normal para ser una estrella de cine; además, carece de esa hermosura arrolladora con la que podría ser explotado como actor de carácter. “Manchester by the Sea” es la oportunidad para que Casey Affleck entre, definitivamente, en la liga de los grandes actores.
Michelle Williams también es otra actriz a la que se le dan este tipo de personajes sufrientes, los ha interpretado siempre y su rendimiento es alto; en este film aparece 20 minutos, pero se los roba. Y la revelación del film es Lucas Hedges, a quien ya habíamos visto trabajando con Wes Anderson, y que interpreta de manera soberbia a este adolescente y sobrino del protagonista.


Locaciones
El escenario creado por Kenneth Logerman habla del luto que atraviesa a la película, sin caer en lo melodramático, situación que habría afectado innecesariamente la narrativa. Este equilibrio se logra gracias a una puesta en escena, filmando en exteriores, con una fotografía lúgubre y en grises muy bien realizada y con la música potente de Lesley Barber, quien supo apropiarse del fracaso, tristeza y autoflagelación para construir la BSO adecuada para cada escena.




“Manchester by the Sea” es una exploración de lo que significa un duelo. Ese dolor no físico que no se alivia con una conversación; solo el alma conoce de esas heridas que nunca sanarán. Esta película muestra ese duelo como un notable ejercicio de transformación, utilizando una conmovedora descripción de entornos emocionales, sumamente humanos, y alejados de la autocompasión de este tipo de dramas.

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