sábado, 21 de enero de 2017

SHERLOCK, temp 4: pocas energías para la recta final

Años esperando, para que los episodios se vayan como agua entre los dedos. El final de Sherlock (temp 4) deja instalada a la serie en medio de polémicas varias, rátings en picada y críticas por doquier. Pero más allá de eso, queda la sensación de que los chicos de Baker Street no van más.


Esta adaptación modernizada del clásico detective siempre ha sido fenómeno mundial en el mundo de las series; con cada regreso se han generado posiciones enfrentadas, porque siempre ha alimentado altas expectativas. Esto ha sido llevado al extremo con la cuarta temporada que, en sólo tres capítulos, tuvo tiempo para decepcionar, emocionar, e incluso, dejar indiferente a más de alguno.

Los capítulos
El arranque fue flojo, a pesar de que se nos presentó un Sherlock diferente, más oscuro, más errático y menos brillante. En el segundo episodio nuestro protagonista recuperó la lucidez y el ritmo de siempre. Los personajes tuvieron tiempo para desarrollarse y hasta se presenció a un buen villano, interpretado por Toby Jones. El capítulo, además, incluyó un ingenioso giro final que obligó al espectador a volver la mirada sobre acontecimientos pasados y a observar la introducción de un inesperado villano final.
El tercer capítulo, el último de la temporada, tenía el complicado reto de mantener el alto nivel que había marcado Steven Moffat con el segundo episodio. La historia se planteó como una sucesión de pruebas que Sherlock debía resolver pero que lo obligó a poner en juego constantemente el factor emocional. Aunque el capítulo se mantuvo en un nivel medio, con serios problemas de guion, hubo también momentos brillantes, como toda la escena de la granada voladora en el departamento de Sherlock. O la reaparición de Moriarty en lo que, en un primer momento, pareció una resurrección forzada, pero que después se explicó como un flashback ideal para cerrar el círculo de la serie; este "The Final Problem" resuelve que son las emociones y la conexión que logra Sherlock con los otros humanos, lo que termina perjudicando su abismante inteligencia, poniéndola por debajo de la de sus hermanos. Pero, por eso mismo, termina siendo el más fuerte de los hermanos.


Analizando este 4×03, nos queda la sensación de que puede actuar como final de serie porque no quedaron cabos sueltos. Las declaraciones de Steven Moffat refieren a esto, de alguna forma: “Si esta es la última vez -y no estoy pensando en que lo fuera, pero podría ser- es posible que podamos acabar así”.

La temporada 4 ha tenido muchas críticas porque hubo una pérdida de esencia y porque hubo, también, una indulgencia exagerada con los personajes. Hubo muchas fallas en la ejecución del guion, hubo filtraciones y problemas de ráting que, claramente, no estaban en el puzzle de los realizadores. El éxito de una serie radica en cómo haces para que el tiempo invertido en la relación espectador/personajes funcione, y permita aceptar algunos pifias, sólo por el cariño que sentimos hacia ellos. Con Sherlock y Watson juntos, la serie finalizó con su peor número histórico de audiencia: 5.9 millones de espectadores, el que hace aguas frente a los 8.1 de la 1ª temporada. Esto habla de desgaste. Podemos echarle la culpa a que las audiencias se aburren más rápido ante la nutrida oferta seriéfila, o bien que todas las filtraciones (el episodio final estuvo disponible, con una versión rusa en la red, desde el sábado anterior) atentaron contra el factor sorpresa del cual bebía la serie, y en cantidad.
El personaje y la serie evolucionaron. La cuarta temporada fue una montaña rusa, con un capítulo bajo, otro arriba y otro en el medio. Si bien no hay nada confirmado, el olor a final de serie es indiscutible y aunque los protagonistas estén dispuestos a regresar, todo parece indicar que hasta acá llegamos. Ojalá nos equivoquemos porque este no es el final que merece Sherlock. A pesar que siempre defendemos que es mejor una retirada a tiempo que agotar la fórmula, sin duda que el detective más famoso y peculiar de la historia merece un final a mayor altura.


Lo mejor: las locaciones y los flashbacks.
Lo peor: el guion hizo aguas en algunas partes, como en el escape de Eurus (gran perfomance de Sian Brooke) de su prisión al final del 2º capítulo, o cómo sobrevivieron a la explosión, o cómo desaparecieron las cadenas de Watson.
El mejor capítulo: Sin duda el nº 2 “The Lying Detective”. Y es que el caso que se nos presentó no es sino el plan de Sherlock, organizado por Mary, para que Watson le salve la vida y así recompongan su relación. Un engaño tan bien pensado que Sherlock predice lo que va a hacer Watson en todo momento.Es la primera vez que se profundizó en la mente de Watson, una persona tan íntegra que, como dice Sherlock, a veces no parece humana La escena de la reconciliación entre ambos queda como una de las mejores de la serie.
Recomendación: Que estés concentrado y que no pierdas la fe luego del 1er episodio.

Otra temporada?. No ha sido renovada aún y las declaraciones de Steven Moffat señalan que hay un desgaste tanto en el espectador como en los realizadores. Pero con la BBC nunca se sabe.

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