"The OA" es otro ejemplo que Netflix, luego de “Stranger
Things”, quiere apostar más fuerte por la ciencia ficción y por personajes que se
salgan del molde.
Después de un 2016 descollante para Netflix, con la fabulosa
temporada de “Narcos”, la arrolladora temporada de “Black Mirror” y las
consolidaciones de “House of Cards” y “Better Call Saul”, ahora sea el turno de
hincarle el diente a la ficción tras todo lo ocurrido post “Stranger Things". Y a ese apetito podría
responder este experimento llamado “The OA”, cuya estrategia de promoción fue
el absoluto misterio, lanzando el tráiler unos días antes y en plenas fiestas
de fin de año.
¿Cuál es la verdad de “The OA”? hacer girar la historia en
torno a una desaparición y hacerla lucir como que no se trató de un simple
rapto, que hubo algo divino en medio. Esa es la idea (ambiciosa) tras la
producción.
De imágenes alucinantes pero algo infantiles, con
actuaciones discretas y una narración torpe, “The OA” se ancló a la
algarabía que ha despertado en las redes sociales y que hacen parecer que la
fórmula funcionó, pero hay que detenerse un instante pues no todo en una serie son los efectos y los diálogos complejos, es decir, aúne no hemos podido encontrar a alguien que sepa siquiera qué significaba “OA”.
La protagonista de todo esto es Prairie, la que regresa a su
pueblo para contar dónde estuvo todo este tiempo, pero no se lo iba a contar a cualquiera; cinco fueron los que se autoseleccionaron, aquellos categorizados como los “paria”
del colegio. Los invisibles. Y aceptaron creer. A medida que avanza la
historia, nadie parece preguntarse cómo esta joven vuelve a su casa, tras 7
años desaparecida, recuperada de su ceguera y haciéndose llamar “La OA”. Entre medio, el guion nos lleva a Rusia, sin contexto alguno, y nos presenta la historia de
una niña con un padre muy bueno (y muy malo), que acaba siendo víctima de
un atentado terrorista. Una cohesión narrativa desaparecida. No solamente el
guion falla en este tipo de apartados, tampoco se le encuentra coherencia a varias subtramas.
La narración parte bien; el relato de la familia
reencontrada no se pierde. Todos queremos saber sobre Prairie, pero ella no
quiere saber de nadie más que de las personas que dejó atrás, y
rescatarlas de su supuesto cautiverio será la misión de los ocho episodios. Si bien Prairie sólo quiere
reunirse con esos amigos, su pasividad por avanzar en el supuesto rescate es desesperante. Brit Marling funciona como Prairie, cumple una labor limpia,
sobre todo en los capítulos en que demuestra su ceguera, pero eso no quita que
el retraimiento del personaje atasque el ritmo de la serie. Esa es la razón por
la que los personajes secundarios deben salvar la historia y ha sido un gran error
de guión no explorar más a fondo en las historias de estos compinches.
El guion también falla cuando nos hace depender de la
sorpresa, la cual demora en llegar y le va quitando ritmo, por lo que varios episodios resultan muy irregulares porque se
diluyen entre la fantasía y la realidad.
Ese tono indie, medio desequilibrado, sitúa a “The OA” como una
obra de autor, pero con una pretensión artística que no logra cumplir más allá
de una fotografía adecuada y que refleja la soledad de los personajes. La ficción, además, tiene un
tono muy serio, lo que anexado a la falta de ritmo, actuaciones bajo el
promedio y la no contextualización de su montaje, la hacen salir perdiendo, a
pesar de abordar una interrogante a la que se le podría sacar más lustre:
¿qué hay después de la muerte?.
“The OA” tiene una teoría acerca de esto y el cómo la
desarrollaría, en potenciales nuevas temporadas, marcará el juicio definitivo sobre estos 8 episodios.
Lo mejor: la fotografía y la interrogante
Lo peor: falta de ritmo, a ratos es demasiado seria y los
personajes no tienen desarrollo.
El mejor capítulo: son todos irregulares. Quizás, el capítulo 4 logra enganchar más que el resto.
Recomendaciones: verla en modo maratón. Si la ves a saltos,
se te irán detalles.
Otra temporada?: Si cambian a los guionistas podrían
responder la interrogante con otra historia, ya que el final es tan abierto que es difícil imaginar que les quedó cuerda ara más, o bien, no quisieron contarlo todo para así extenderse a
una 2da temporada. Quedó muy en el aire la verdad acerca de Hap y Homer, dos personajes centrales a los que se les destinó casi nada de tiempo.
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